
La Comisión Europea espera que el 2025 sea el año definitivo para la reactivación económica de la zona. Una esperanza la de Bruselas que se afianza con los datos de previsión de crecimiento para este año, estimados en un 1,5 para la UE y un 1,3% para la zona euro. Mejorables todavía para 2026: 1,8% y 1,6% respectivamente.
Aun así, el crecimiento será bastante desigual. Las grandes economías del viejo continente serán los lastres: de Alemania se espera un crecimiento mínimo del 0,7%, Francia del 0,8%, de Italia un 1% y de Bélgica apenas un 1,2%. Por su parte, España, sin estar a la cabeza como sí ocurrió en 2024, se mantendrá con una buena cifra de crecimiento del 2,3%.
En la parte alta de la tabla ya no sorprende la presencia de países como Malta (4,3%), Polonia (3,6%) y Croacia (3,3%), en clara tendencia alcista después de que el 2024 crecieran un 5%, 4% y 3,6% respectivamente. Sí llama la atención la presencia de Irlanda, con una previsión desde Bruselas del 5% a pesar del ligero retroceso del 0,5% el año pasado. Y en quinta posición, Lituania: una emergente economía con previsión de crecimiento del 3% y con el título de segundo mejor destino turístico del mundo de 2025 para la lista Best in Travel 2025 de la guía Lonely Planet.
El país báltico ha emergido en los últimos años como uno de los destinos turísticos más atractivos de Europa, un fenómeno que no solo se debe a su riqueza cultural y natural, sino también al dinamismo de su economía en crecimiento. En este contexto, la creciente prosperidad económica del país ha jugado un papel clave en el impulso del sector turístico, convirtiéndolo en un motor de desarrollo y una opción cada vez más popular.
Un entorno económico favorable
Desde que Lituania se unió a la Unión Europea en 2004 y adoptó el euro en 2015, el país ha experimentado un crecimiento económico notable. Según datos del Banco Central de Lituania, el Producto Interno Bruto (PIB) del país creció un 3.9% en 2023, consolidándose como una de las economías más activas de la región báltica. Este crecimiento ha favorecido la estabilidad económica y la mejora del nivel de vida, lo cual ha permitido a Lituania atraer inversiones extranjeras y aumentar el empleo.
La Comisión Europea describe así las previsiones para el país báltico: "Se espera que la economía de Lituania crezca durante el horizonte de pronóstico, impulsada por un fuerte aumento del consumo privado y el dinamismo de las exportaciones de servicios. En 2025, se prevé un crecimiento del 3 %, a medida que se reanude la expansión de la inversión y el consumo se mantenga sólido".
Desde principios de año, la economía de Lituania ha mostrado señales de crecimiento y estabilidad, respaldadas por políticas fiscales activas y una gestión prudente. Así, la última tasa de variación anual del IPC publicada es de febrero de 2025 y fue del 3,5%, consolidando un ligero descenso desde el 3,6% de enero. Este "año dorado" que se espera para Lituania se confirmará también en base a una demanda interna robusta, impulsada por préstamos más accesibles y mayores ingresos.
Es por eso que, a pesar de su incipiente crecimiento económico y de una inflación algo hinchada, el coste de vida sigue siendo bajo en comparación con otros destinos europeos, también en el precio de los alojamientos y el transporte. Ha sido esta accesibilidad económica la clave para atraer a un mayor número de turistas en los últimos años.
Cinco Patrimonios de la UNESCO
Y en paralelo a este crecimiento económico, el turismo ha experimentado un auge considerable. Según el Departamento de Estadística de Lituania, en 2019, el número de turistas internacionales alcanzó los 3.8 millones, lo que representó un aumento del 9.6% en comparación con el año anterior. Aunque la pandemia afectó temporalmente a la industria, el país ha logrado una rápida recuperación, con un crecimiento continuo en el número de visitantes.
Es por eso por lo que, Lituania se ha convertido en el segundo destino del mundo y el primero en Europa de la lista elaborada por la guía Lonely Planet, Best in Travel 2025, gracias a su oferta turística sostenible que aúna patrimonio cultural, histórico y natural. Así, uno de los grandes atractivos, y a la vez poco conocidos, es el Camino Lituano: la conexión desde la zona báltica europea, que conecta con el Camino Europeo, como parte del Camino de Santiago. Y así, gracias a su rica historia y monumentos medievales ha logrado posicionarse como un destino turístico atractivo, no en vano cuenta como cinco Patrimonios d ela Humanidad declarados por la UNESCO: el centro histórico de su capital, Vilna, el estrecho Istmo de Curlandia, la Reserva cultural de Kernav?, el arco geodésico de Struve y la ciudad modernista de Kaunas.
La restauración y conservación del patrimonio, financiadas por el crecimiento económico, han contribuido a preservar estos atractivos y han convertido al país en un importante centro cultural. Además, las bellezas naturales, como los lagos, bosques y la costa báltica, han atraído a los amantes de la naturaleza, especialmente aquellos interesados en el ecoturismo y las actividades al aire libre.
En cuanto a número, 2024 confirmó la tendencia de recuperación precovid con más de 500.000 viajeros solo en el último trimestre y un impacto económico de 380,5 millones de euros según la solución analítica Trading Economics. Unos datos alcistas, pero todavía lejos de los casi 755.000 visitantes en el mismo periodo de 2019.