
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, se abre a recuperar las ayudas destinadas a que la pequeña y mediana empresa pueda adaptarse a la reducción de la jornada a 37,5 horas semanales. En su intervención en la apertura de la asamblea electora de ATA, la líder de Trabajo puso en valor las ayudas a las pymes que se plantearon desde el ministerio durante la negociación de la reducción de la jornada laboral entre la patronal, el ministerio y los sindicatos, aunque finalmente no se incorporaron al texto ya que no lograron un acuerdo y la patronal se 'salió' del pacto. A pesar de ello, Díaz no descarta recuperarlas: "Les quiero decir, con total honestidad, que sé muy bien que no impacta de la misma manera en un autónomo que en un gran empresario", reconoció Díaz.
En este sentido, la ministra de Trabajo reconoció que ella misma es conocedora, "en carne propia", de las dificultades de los autónomos por su "doble condición" de empresario y trabajador, como una "especie de acordeón". En este sentido, asumió la importancia del debate e insistió en que sabe que "no es lo mismo" la reducción de la jornada para un autónomo que para una gran empresa. Además, Díaz recordó que las ayudas a la productividad para microempresas que planteó Trabajo en la negociación tenían un valor cercano a los 350 millones de euros, "lo que nunca" se había hecho hasta el momento.
En plena negociación, y para tratar de convencer a la CEOE de unirse al acuerdo para reducir la jornada, el ministerio de Trabajo planteó el Plan Pyme 375, una serie de ayudas directas a todas las empresas menores de cinco trabajadores para compensarlas por esta reducción de 2,5 horas semanales. La propuesta se pensó sobre todo para cuatro sectores en los que la mayoría de las empresas son pymes de menos de cinco trabajadores, como son el comercio, la hostelería, la limpieza y peluquerías. El desembolso de estas ayudas estaba pensado para desembolsar hasta 6.000 euros por empresa para que las pymes lograran mejorar su producción y, a través de ellas, que se iban a beneficiar unas 370.000.
A pesar de las reticencias de la patronal a la reducción de la jornada laboral, la vicepresidenta segunda se mantuvo firme en su defensa de la medida y subrayó que no solo contribuirá a avanzar en materia de conciliación, sino que reforzará la productividad y la economía, gracias al tirón del consumo porque la gente va a disponer de media hora al día más: "Esto va a ayudar también, como digo siempre, y está demostrado económicamente, a azuzar la demanda interna", auguró.
En su intervención, Díaz se añadió una presión extra para que la reducción salga adelante y se mostró dispuesta a comparecer en el futuro si no se producen estas mejoras. "Lo digo honestamente. Si me equivoco, compareceré públicamente y rectificaré. Ya me conocen ustedes. Pero estoy convencida de que no va a ser así", retó la vicepresidenta de cara a una futura votación en el Congreso.