Economía

El método Bernabéu: el presidente visionario que inspiró a Florentino Pérez

  • "Yo no tengo mérito, todo lo heredé", recuerda Florentino al hablar de Bernabéu
  • Una herencia evidente: estadio, Ciudad Deportiva, Copa de Europa...
  • Bernabéu fue presidente 35 años y demostró ser un adelantado a su época 
Fotomontaje: Enrique Boyero
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"Si fichas a grandes jugadores, llegarán grandes ingresos y podrás seguir fichando. Era una ecuación económico-deportiva que nos enseñó Santiago Bernabéu en los años 50. Dio sus frutos. De perder dinero, pasamos a ganar dinero, a tener una estabilidad económica y después una estabilidad deportiva". Estas fueron palabras de Florentino Pérez en el 2009, el año en el que inició su segunda etapa al frente de la presidencia del Real Madrid y en la que fichó a futbolistas que terminaron siendo históricos para el club, como Cristiano Ronaldo o Karim Benzema.

Como tantas veces ha repetido, Florentino Pérez solamente ha reinventado el modelo creado por Santiago Bernabéu y, por tanto, no ha variado mucho el guion de uno de los presidentes más laureados del mundo del fútbol. Porque Santiago Bernabéu Yeste, nacido en 1895, fue un adelantado a su época, un visionario, que supo gestionar un club en crisis para después convertirlo en la envidia de toda Europa, implantando una serie de pautas y marcándose unos objetivos que posteriormente reproduciría su verdadero heredero y el que podría incluso superarle, como es Florentino Pérez. "Yo no tengo mérito, todo lo heredé, gracias al binomio Di Stéfano-Bernabéu que expandieron el nombre del Real Madrid por el mundo", reconocía.

Santiago Bernabéu podría presumir ahora de algo de lo que no ha vivido Florentino. Los dos cuentan con una carrera universitaria: uno fue abogado y el otro es ingeniero de Caminos, Canales y Puertos; pero el ya expresidente fallecido, pasó por casi todos los puestos del club. Primero como jugador, después fue delegado y ayudante del entrenador, y un año después fue nombrado directivo durante la etapa como presidente de Luis Urquijo y Landecho. En 1929 asumió la secretaría de la Junta Directiva del Real Madrid, cargo que ocupó hasta 1935. Ya el 15 de septiembre de 1943, fue nombrado presidente del club hasta 1978, siendo el presidente que más temporadas ha estado al frente del equipo madrileño, al liderarlo durante 35 años hasta su muerte.

En sus primeros años como presidente, Santiago Bernabéu se obsesionó con subir el nivel del Real Madrid, y para ello se puso entre ceja y ceja alcanzar tres metas principales: la construcción de un nuevo estadio, sanear la maltrecha economía del club y profesionalizar la institución, además de fichar a los mejores jugadores y crear una Ciudad Deportiva. Un libro de estilo que parece que lo hubiera ideado Florentino, pero en realidad es algo que ya imaginó Bernabéu desde los años 40. Sin duda, un hombre que demostró tener una visión de futuro distinta a la de los demás y que, gracias a ello, permitió al conjunto blanco dar un enorme salto cualitativo bajo su dirección.

Una figura humilde y paternalista

Cuentan quienes le conocieron que Bernabéu era un hombre de lo más sencillo. De pocos lujos, al margen del fútbol y del Real Madrid, amaba la música y disfrutaba con el mar. Se sentía muy a gusto con la gente llana de la calle y siempre mostró con orgullo su pasado como agricultor. Además, era tremendamente austero, hasta tal punto que su patrimonio hasta el día de su muerte era bastante limitado. En el momento de su muerte tenía 300 pesetas en el banco (1,80 euros actuales) y un millón de pesetas (6.000 euros) a plazo fijo, que dejó a su viuda. Su patrimonio era un piso en Madrid y el chalet en Santa Pola. María devolvió al club todos los trofeos que pudieran tener un valor material, cumpliendo así su deseo de no haber recibido ni una sola peseta del Real Madrid.

"Yo no soy millonario, ni debo un duro, ni me deben un duro. Si voy a un banco a mí no me darán nada, se lo darán al Real Madrid. A mí no me darán una perra. Vamos... algo me darán. Que no me pida nadie, que no doy, y que la gente esté tranquila, porque yo no voy a pedir a nadie", respondía a las habladurías de aquellos que en los últimos años de su vida le acusaban de haberse aprovechado económicamente por ocupar la presidencia del Real Madrid.

En el ámbito profesional se podía decir que Bernabéu era un hombre muy paternalista. Cuidaba a sus futbolistas de la misma forma que un padre cuida a su hijo. Se preocupaba por ellos, trataba de solucionar sus problemas e intentaba que no les faltara de nada. Les aconsejaba en todas las facetas de la vida, no sólo en las deportivas. Quizás era porque no tuvo descendencia, pero hubo varios ejemplos de este comportamiento. A Di Stéfano le compró una casa al lado del estadio para que no tuviera que comprarse un coche. A Puskas le animó a que montara un negocio después de jugar para que no se arruinara. A Pirri le intentó convencer durante todo un día de que no se casara con la actriz Sonia Bruno, aunque finalmente no lo consiguió. "Luego reconoció que se había equivocado, pero hasta ese punto intentaba influir en la vida de sus jugadores fuera del terreno de juego también. Les consideraba como sus hijos", rezaba una de las tantas frases de las que salieron publicadas en el documental presentado en 2017.

Eso sí, mientras por un lado exhibía su mejor cara, por el otro exigía la máxima responsabilidad y el mayor compromiso con el escudo y la camiseta, algo que para él era innegociable. En este sentido, eran vox populi sus famosas 'Santiaguinas', acostumbradas a darlas durante los descansos en los que veía al equipo fuera de sí. En la vuelta de una eliminatoria de la Copa de Europa de la temporada 1956-57, Bernabéu, tras ver cómo su equipo fue humillado al descanso por el Rapid de Viena, al ir perdiendo fuera de casa por 3-0, bajó al vestuario y se dirigió de la siguiente manera a sus futbolistas. "¡Mujerzuelas! ¿Qué hacen ustedes ahí, lloriqueando? ¡Me da vergüenza verles, pero más vergüenza me ha dado verles ahí fuera! ¿Saben cuántos trabajadores españoles hay ahí, saben que algunos han venido de lejos, saben que mañana se van a burlar de ellos, saben los sacrificios que hace esa gente para mandar a España las divisas? ¡Son ustedes indignos de todo eso! ¡Mujerzuelas!".

Y, como en otras ocasiones, funcionó. Las palabras de Bernabéu contagiaron a sus futbolistas que, tras perder finalmente por 3-1, provocaron un partido de desempate en el estadio Nuevo Chamartín que finalmente terminaron ganando por 2-0 y acceder así a la siguiente ronda. Tras el partido en Viena, el presidente, fiel a su estilo, aparece otra vez en la caseta para cambiar su tono. "Retiro todo lo que dije antes. Son ustedes unos tíos".

Del nuevo estadio a la teoría de la jeta

Seguramente, su obra maestra, al igual que la de Florentino, fue la construcción del nuevo estadio Chamartín, cuyas obras arrancaron el 27 de octubre de 1944 para ser finalmente inaugurado tres años después, el 14 de diciembre de 1947. Pero durante ese periodo, Bernabéu pasó una auténtica tortura. Era un contexto complicado, en la España de posguerra, llena de dificultades, pero aún así estaba convencido de que terminaría resultando exitoso. Por aquel entonces, el estadio en el que jugaba el equipo sus partidos era el de Chamartín. Y el nuevo templo blanco se erigió sobre parte de ese antiguo recinto.

Para afrontar el coste de las obras del nuevo estadio se emitieron obligaciones hipotecarias que se agotaron el mismo día de su salida al Mercado de Valores, gracias a la participación de socios e incluso gente más modesta. Y esa expectación la pudo palmar en primera persona el propio presidente. "En muy poco tiempo supe que habíamos triunfado. Dicen que el Real Madrid es el equipo de los ricos, cuando la verdad es que la base está en aquellos que construyeron el estadio. De los primeros 40.000 socios, aristócratas habrá unos veinte", recordó.

Pero Bernabéu, con un gran olfato para los negocios, estaba convencido de que había que construir un nuevo estadio en el que entrara más gente. En el de Chamartín solo tenía capacidad para 25.000 espectadores (inicialmente fueron 15.000) y en el nuevo estaba previsto para 75.000. "Señores, necesitamos un campo mayor y vamos a hacerlo", espetó Bernabéu a la Junta Directiva durante su primera reunión. Él creía que un estadio más grande permitiría recaudar más dinero, lo que a su vez permitiría al club crecer, fichar a mejores jugadores y atraer a más aficionados, creando un círculo virtuoso que beneficiaría al equipo a largo plazo. Y tenía razón, ya que los ingresos de los equipos, muy a diferencia de lo que sucede hoy en día, en donde la televisión, publicidad en camisetas y venta de merchandising suponen la mayor parte de los ingresos, procedían por aquel entonces únicamente de la recaudación de la taquilla.

Estadio Santiago Bernabéu. Madrid, 1951 Procedencia: Archivo Fotográfico de la Dirección General de Turismo (1951-1992)

Según confirmó Fernando de Cárcer Disdier, vicepresidente primero del club, "los costes se habían previsto en unos 16.000.000 de pesetas, presupuesto que se ha visto incrementado por causas perfectamente justificadas, como la naturaleza del terreno, el alza experimentada por los materiales en estos 30 meses, más del 25% en algunos casos, y la nueva reglamentación del trabajo en la industria de la construcción que ha exigido medidas de seguridad no contempladas en el proyecto. Actualmente (en 1947), si comenzásemos la construcción del estadio, su coste se elevaría a 45.000.000 de pesetas. La amortización está calculada realizarla a 20 años y con nuestros propios recursos, sin haber comenzado a utilizar el nuevo campo, ya hemos comenzado a amortizar. Esto es un gran éxito para el Real Madrid y el pueblo madrileño".

Finalmente, después de 820 días de trabajo, la obra del estadio llegó a su fin. En aquel entonces no había nada parecido en España. Ubicado en en el Paseo de la Castellana y con cabida para 75.145 espectadores, el Bernabéu vio la luz el 14 de diciembre de 1947 en un partido entre el Real Madrid y Os Belenenses portugués. En realidad supuso un gran riesgo, ya que la temporada del equipo era hasta ese momento la peor de su historia y estaba a un paso de descender, porque todo el dinero se invirtió en la construcción del estadio y no había ni un duro para poder fichar jugadores. En 1954, la capacidad del estadio aumentó hasta los 125.000 en lo que fue la primera ampliación de aforo con la construcción de segundo y tercer anfiteatro lateral este. Un año más tarde, el estadio llevaría el nombre del presidente, tal y como se conoce en la actualidad. Por su carácter y su manera de ser, a Bernabéu no le hizo mucha gracia, pero la junta así lo decidió.

"Con la gente en general ocurre que lo más importante es mirarle a la cara. En la jeta, en la primera impresión es donde se refleja todo lo que lleva dentro el ser humano"

Tras dar el primer paso con el estadio, su siguiente objetivo fue el de saber rodearse de los mejores colaboradores para formar un buen equipo a nivel directivo, aunque terminó siendo más importante acertar con los fichajes de unos futbolistas que mejoraron considerablemente el equipo a nivel competitivo. Y para ello, Bernabéu sacó a relucir su gran habilidad para negociar fichajes. Tal y como se muestra en el documental Bernabéu, a los diez minutos de estar con un jugador ya sabía si valía o no. Era una intuición única la que le permitía decidirse a la hora de lanzarse a por un futbolista. Un olfato que le hacía detectar a los grandes jugadores y reclutarlos para la causa blanca. Su primera impresión era especial y su teoría de la jeta (una teoría que tenía él para los fichajes) le terminó ofreciendo unos resultados inmejorables.

Además, no sólo acertaba por el hecho de jugar bien o mal, sino también por el tipo de persona que era. Quería ver si iba a encajar bien en el vestuario y en su forma de hacer las cosas. Con todo esto, su capacidad de gestión era más que evidente. Construyó el mejor campo de fútbol de la época y consiguió poner a los mejores futbolistas a jugar en su césped. Di Stéfano, Gento, Rial, Kopa, Puskas, Molowny, Alonso, Miguel Muñoz o Zárraga fueron algunos ejemplos. "Con la gente en general ocurre que lo más importante es mirarle a la cara. En la jeta, en la primera impresión es donde se refleja todo lo que lleva dentro el ser humano. Para esto no hay método que valga. La jeta es importante, fundamental. En cambio a las mujeres es dificilísimo cogerles el tranquillo", puntualizó.

Una Ciudad Deportiva innovadora e impulsor de la Copa de Europa

Otra de las grandes aportaciones que realizó Florentino Pérez durante su primera etapa al frente de la presidencia del Real Madrid fue la de crear en septiembre de 2005 la Ciudad Deportiva de Valdebebas. Actualmente la más grande del mundo y en donde tienen cabida el estadio Alfredo di Stéfano, donde juegan sus partidos el Real Madrid Castilla; multitud de campos de entrenamiento, de los cuales siete de ellos están destinados a las categorías inferiores del club. Anexos a estos terrenos se encuentra la zona de entrenamiento del primer equipo. Además de todo esto, existen complejos deportivos de entrenamiento de última tecnología; instalaciones para la sección de baloncesto, que cuenta con un pabellón donde realiza los entrenamientos el primer equipo de baloncesto; aparcamientos, etc. El buen hacer del presidente Florentino provocó que el 11 de noviembre de 2023, durante la Asamblea General Extraordinaria con los socios compromisarios, se aprobara cambiar el nombre a Ciudad Real Madrid Florentino Pérez a petición de los socios.

No fue un pionero, ya que como en muchas cosas todo lo heredó de Santiago Bernabéu, el hombre que ya en 1963 construyó la Ciudad Deportiva del Real Madrid. Situada en las afueras de la ciudad, también ofrecía de todo lo que un jugador podía pedir: campos de entrenamiento, piscinas, centros de recreación, pistas de atletismo, de tenis... En el baloncesto, no fue hasta 1966 cuando se creó el Pabellón Raimundo Saporta, que fue posteriormente demolido en 2004 junto con el resto de la Ciudad Deportiva. En su momento se convirtió en el mayor centro deportivo jamás construido por un club europeo, llegando a medir el recinto 110.000 m2, nada comparables con los 1.200.000 m2 del actual.

Por último, Bernabéu siempre será recordado como uno de los principales precursores de la creación de la Copa de Europa, junto con el subsecretario de Deportes de Hungría, Gusztáv Sebes, y el periódico francés L'Équipe. Y todo esto bajo un contexto complejo, en plena Guerra Fría y en donde Europa estaba fragmentada en cientos de trocitos por cuestiones políticas. Tanto Sebes como Bernabéu eran antiguos colegas: se conocían de su anterior época como futbolistas en donde coincidieron en un encuentro entre el Magyar Tergyakorlok y el Madrid. Finalmente, delegados de 15 países se reunieron en abril de 1955 para dar forma a una competición que arrancaría en agosto y finalizaría en mayo o junio del siguiente año, con una gran final que se disputaría en la ciudad de París.

"Igual que Bernabéu impulsó la creación de la Copa de Europa, venciendo a la oposición. Nosotros nos sentimos orgullosos de esta batalla por la Superliga"

Curiosamente, Florentino Pérez también intentó pasar a la historia con la creación de una nueva competición, la Superliga, que sustituiría a la actual Champions League, que entró en la temporada 1992-1993 bajo un nuevo formato, pero siendo el mismo torneo que la Copa de Europa. Con la Superliga, el actual presidente del Real Madrid siempre ha defendido que el actual formato (el de la Champions) representa un "coste inadmisible" para los aficionados y por eso cree que este nuevo proyecto debe emitirse totalmente gratis a través de internet con el objetivo de mantener el interés de los aficionados, sobre todo de los más jóvenes, cada vez más cansados de ver partidos de menor nivel. Florentino promete partidos de alta calidad, con una liga que estaría compuesta por los mejores equipos del Viejo Continente. "Igual que Bernabéu impulsó la creación de la Copa de Europa, venciendo a la oposición. Nosotros nos sentimos orgullosos de esta batalla por la Superliga. Pero no puede quedar sólo en celebrar la sentencia. Es una oportunidad única, real. Queremos devolver la grandeza al fútbol. El sistema no funciona y el momento es crítico", advirtió un hombre que por el momento no tiene el apoyo suficiente del resto de clubes, salvo el FC Barcelona.

La gestión con sus grandes estrellas

Otro paralelismo existente entre los dos presidentes más laureados del Real Madrid radica en la gestión con sus grandes estrellas. Por un lado, Alfredo di Stéfano; y por el otro, Cristiano Ronaldo, cuyas salidas del equipo blanco se produjeron por la puerta de atrás. Considerados por los aficionados como semidioses, ambos delanteros se marcharon del club por un contratiempo con su presidente.

Di Stéfano estuvo 11 años en el Real Madrid. Después de perder la Copa de Europa de 1964 frente al Inter de Milan, el delantero hispano-argentino tuvo una bronca con Miguel Muñoz, el entrenador por aquel entonces del club, quien decidió no convocarle en el siguiente encuentro, la final de la Copa del Rey ante el Atlético de Madrid. Esto le sentó como un tiro a la estrella, de 38 años. Mientras tanto, Santiago Bernabéu decidió posicionarse con su técnico y, tras una reunión, Di Stéfano abandonó la Casa Blanca.

Por su parte, Florentino Pérez también tuvo mucho que decir en el adiós de Cristiano Ronaldo. Tras nueve temporadas en el Real Madrid, donde hizo más goles que nadie, el delantero portugués decidió poner punto y final a su aventura blanca, con 33 años, después de una negociación con Florentino en la que no llegó a buen puerto. "En los nueve años que ha estado ha sido ejemplar y lo recordaré siempre como el mejor jugador que he fichado. Ha sido un profesional como la copa de un pino", confesó el presidente.

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