
La vicepresidenta tercera del Gobierno, Teresa Ribera, fija las prioridades ante la Eurocámara de cara a convertirse en la próxima comisaria de Competencia y Transición Verde. La española da un giro a su rechazo previo a la energía nuclear y abre la puerta a una postura más flexible en aras de contentar a un grupo de Estados miembro, liderados por Francia, que se posicionan a favor de que esta tecnología continúe formando parte del mix energético del bloque. Además, defiende la producción del sector automovilístico en Europa frente a China y apuesta por simplificar el procedimiento de control de concentraciones empresariales.
"Necesitamos la máxima eficiencia en el despliegue de las diferentes tecnologías, tanto las que están maduras como las nuevas tecnologías que podrían ayudar a la UE a lograr su descarbonización más allá de 2030, respetando al mismo tiempo las prerrogativas de los Estados miembros sobre el mix energético", apunta la vicepresidenta tercera en sus respuestas al cuestionario remitido por el Parlamento Europeo. Un escrito que se articula como la antesala del examen oral de la Eurocámara por el que deberá pasar Ribera y los 25 futuribles comisarios el 12 de noviembre.
En su ronda de réplicas, Ribera apunta que en lo relativo a la energía nuclear baja en carbono, cabe señalar que "en febrero de 2024, la Comisión puso en marcha una Alianza Industrial para facilitar la cooperación de las partes interesadas a nivel de la UE, acelerar el despliegue de pequeños reactores modulares (SMR) y garantizar una sólida cadena de suministro de la UE, incluida una mano de obra cualificada".
Considera que así "se aprovecharán las capacidades de fabricación e innovación de la UE para acelerar el despliegue de los primeros proyectos de pequeños reactores nucleares en la UE a principios de 2030 con arreglo a las normas más estrictas de seguridad nuclear, gestión de residuos, sostenibilidad medioambiental y competitividad industrial".
La española se posiciona también sobre las crecientes tensiones comerciales con China. Apunta a la reforma de las normas de la Organización Mundial del Comercio como uno de los puntos para destensar la situación al tiempo que aboga por que Europa siga siendo productor de baterías para los vehículos eléctricos al tiempo que se aborda una conversación sobre el futuro de la industria del automóvil.
"Aplicaré rigurosamente el Reglamento sobre subvenciones extranjeras para proteger el mercado único de las ayudas de países no pertenecientes a la Unión Europea, para garantizar la igualdad de condiciones para todas las empresas que operan en el mercado único". Además, se asegurará de que "el Reglamento sobre subvenciones extranjeras se aplique de forma coherente con todos los demás instrumentos pertinentes" y por "restablecer la igualdad de condiciones a escala mundial mediante la convergencia de las normas de competencia en otros foros ajenos a la OMC, como la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos y la Red Internacional de Competencia".
Como posible responsable de política de Competencia en el Ejecutivo comunitario, el papel de Ribera será clave a la hora de analizar las fusiones y adquisiciones empresariales. La española promete simplificar los procesos. "No podemos permitirnos investigaciones antimonopolio indebidamente largas durante las cuales las empresas siguen beneficiándose de sus prácticas anticompetitivas", han indicado en su escrito.
Es en este contexto que habla de "una posible actualización de las normas" en las investigaciones antimonopolio. También aboga por "modernizar" la política de competencia específicamente para el control de las concentraciones empresariales. Lo que plantea es "una revisión con la innovación, la inversión y la capacidad de recuperación entre los principales motores". Paralelamente, pretende garantizar que las adquisiciones de empresas con un volumen de negocios bajo o nulo, pero con un alto potencial competitivo e innovador, "no escapen al escrutinio de las normas sobre fusiones de la UE, solo porque no alcancen los umbrales de notificación basados en el volumen de negocios". Un proceso en el que evitará crear cargas administrativas innecesarias ni inseguridad jurídica para las empresas.
Las ayudas de Estado son otro de los puntos que aborda la española en su carta. Ribera cree necesario acelerar y simplificar los procedimientos de evaluación y, al tiempo, se compromete a desarrollar un nuevo marco "efectivo" para las ayudas de Estado para la transición hacia la industria limpia.
Este nuevo marco tendrá por objetivo "acelerar aún más el despliegue de energías renovables", "desplegar la descarbonización industrial y la eficiencia energética, en particular en los sectores de alto consumo energético", y "garantizar una capacidad de fabricación suficiente de tecnologías limpias en Europa, especialmente cuando exista el riesgo de que tales inversiones se desvíen a terceros países debido a las ayudas disponibles en ellos".