
La normativa sobre Deforestación se ha convertido en una de las normas sometida a más presiones en el entramado comunitario. Desde varios frentes, lejos de ver el objetivo de combatir la deforestación como un aliciente, avisan de sus perjuicios. Ante tal coyuntura, la Comisión Europea ha presentado este miércoles una propuesta para aplazar un año la entrada en vigor de esta norma, prevista para el arranque del 2025.
En un comunicado, el Ejecutivo comunitario ha informado de que "sugiere un período de adaptación adicional de 12 meses, en respuesta a las solicitudes de socios globales", si bien "reafirma su apoyo para la implementación del Reglamento de la UE sobre la Deforestación". La normativa se aplica a productos como ganado, cacao, café, aceite de palma, soja, madera y caucho, y derivados, como cuero, chocolate y muebles.
Para confirmar tal retraso, la propuesta necesita ahora el visto bueno del Parlamento Europeo y de los Estados miembro en el Consejo de la UE. Considerando que entre 1990 y 2020 la destrucción de la masa forestal a nivel mundial superó la superficie del bloque comunitario, la norma se centra en evitar que los productos consumidos en la UE contribuyan a esta deforestación y la destrucción de hábitats forestales, sea dentro o fuera de la UE. Es así que las empresas tendrán que demostrar que sus productos no han contribuido a la pérdida de biodiversidad forestal o de los bosques.
"Dado que todos los instrumentos de aplicación están técnicamente listos, los doce meses adicionales pueden servir como período de introducción progresiva para garantizar una aplicación adecuada y eficaz", apunta la Comisión Europea, que aclara que con este aplazamiento busca dotar de certidumbre en la implementación de la normativa, sin modificar sus propósitos.
No es que las preocupaciones sobre la ley de la Restauración de la Naturaleza procedan solo del espacio comunitario. Otros países, han manifestado sus dudas sobre su aplicación, Brasil, Colombia, Estados Unidos, Canadá, Australia o Nueva Zelanda entre ellos.