
Pese a haber dejado atrás la turbulenta época del proceso independentista, Cataluña sigue sin convencer al capital extranjero. Según los datos recopilados por la Secretaría de Estado de Comercio, la comunidad presidida por Salvador Illa solo ha recibido el 15% de la inversión bruta foránea entre enero y junio de 2024. Un dato discreto en comparación con la tajada del pastel inversor conseguida por Madrid (67,5%).
En la primera mitad del año, Cataluña ha captado 1.761,54 millones de euros, ubicándose en segunda posición por detrás de Madrid, que ha atraído 7.940,06 millones. Le siguen Asturias (594,97 millones), Aragón (333,33 millones), Valencia (324,99 millones) y Andalucía (191,88 millones). Las once autonomías restantes suman un montante de 616,08 millones.
El informe de Comercio arroja otro factor preocupante: el desmoronamiento de la inversión internacional en Cataluña entre 2023 y 2024. Si bien la caída ha sido generalizada para el conjunto de regiones españolas, la comunidad catalana encaja un retroceso más relevante que el de su principal competidora. En concreto, la disminución interanual de la inversión extranjera ha sido del 62,8% en Cataluña. En Madrid también ha sido acusada, cayendo casi un 47%, pero una vez más la región central muestra mayor resiliencia.
Frente a estos datos, un portavoz de la Consejería de Empresa precisa que la metodología utilizada por el Ministerio de Economía a la hora de hacer el recuento tiene en consideración la ubicación de la sede social. Esto es: aunque una empresa constituya su filial en Madrid pero abra una factoría en cualquier provincia catalana, a efectos estadísticos se contabiliza como una inversión captada por Madrid. La misma fuente asegura que este procedimiento debería de haberse revisado este 2024, aunque no confirma que el Ministerio haya dado este paso.
No todo son malas noticias para Cataluña. La comunidad ha logrado revertir tres años consecutivos de caídas y retomar la plata en la clasificación territorial. En años anteriores se había visto superada por Valencia y País Vasco como destino más atractivo para los capitales extranjeros. Los principales inversores en Cataluña proceden de Alemania (46,6%), Estados Unidos (20,7%), Reino Unido (6,3%) e India (6,2%).
Sin embargo, aun habiendo recuperado la segunda plaza, la comunidad catalana pierde el buen tono mostrado tímidamente el curso anterior. En 2023, el presidente Pere Aragonès sacó pecho de que Cataluña había registrado su mejor ejercicio desde 2016 en cuanto a los flujos de inversión internacionales. En concreto, aumentaron un 18% y, tomando como referencia el quinquenio 2019-2023, subieron un 39% frente a los cinco años anteriores (2014-2018). Esta dinámica ahora se ha pausado.
De hecho, si se ponen las luces largas se observa una cierta estabilización del comportamiento de Cataluña en contraste con la vitalidad demostrada por Madrid. Así, la región liderada por Isabel Díaz Ayuso ha logrado incrementar la captación de fondos privados de 5.000 a casi 8.000 millones de euros durante la última década. Por contra, Cataluña ha oscilado entorno a magnitudes similares a lo largo del mismo periodo.
Burocracia y presión fiscal
En el primer semestre de 2024, esta situación se puede atribuir tanto a las turbulencias geopolíticas, especialmente la guerra entre Ucrania y Rusia y el conflicto árabe-israelí, como a la desaceleración económica global que han impactado Cataluña al igual que otras geografías. Sin embargo, la autonomía arrastra dinámicas propias que justifican esta pérdida de ritmo.
"Dos de los elementos que explican esta diferencia entre ambas comunidades son la tendencia y las expectativas. La tendencia de Cataluña hacia el intervencionismo, el incremento de la presión fiscal y la regulación ha sido constante durante el último decenio. Este hecho, que podría haber sido coyuntural, se ha convertido en estructural de la economía catalana. Forma parte de su manera de ser económica. Y esto condiciona sus expectativas de crecimiento futuro. Más teniendo alternativas realmente business friendly como la Comunidad de Madrid", explica Albert Guivernau, director de la Fundación Civismo y doctor en economía.
"Por contra, la economía de la región capitalina ha mantenido una constante, ya desde los gobiernos de Esperanza Aguirre, en la liberalización de la economía, la desregulación, la reducción de la carga fiscal y la atracción de inversión. Estas políticas se han convertido en estructurales de la CAM, ofreciendo a los inversores un panorama claro en el que podrán invertir con facilidad y la administración autonómica será una aliada y no un adversario. Es muy difícil que Cataluña recupere posiciones ya que la posición de Madrid es sólida, constante y coherente en el largo plazo, ofreciendo mayores expectativas que Cataluña", abunda Guivernau.
En los últimos tiempos, ha habido propuestas para revertir la sobrecarga impositiva que experimentan familias y empresas en la comunidad. La patronal Foment del Treball presentó justo antes de las últimas elecciones autonómicas una batería de medidas para acabar, en sus palabras, con el "infierno fiscal" catalán.
La iniciativa más destacada de la organización empresarial es la eliminación del impuesto de patrimonio, que complementa con la petición de modificación o supresión de varios tributos propios y la reducción de los tramos o tributos estatales cedidos a la Generalitat. Hasta la fecha, el nuevo Govern del PSC no ha recogido el guante y ha asegurado que en la elaboración de los presupuestos de 2025 no se incluirá ninguna rebaja impositiva.
Donde el gobierno catalán parece que muestra más receptividad es en el alivio de las trabas burocráticas. Tanto el consejero de Empresa como la de Economía, Miquel Sàmper y Alícia Romero, han prometido agilizar el papeleo de la Administración.