
América Latina podrá respirar. La inflación vive desde mediados del año pasado un período de descanso persistente hasta el primer semestre de 2024. Este alivio inflacionista es congruente con una tendencia de relajación en las políticas monetarias que se traduce en la reducción de los tipos de interés por parte de los bancos centrales oficiales.
El informe semestral con el que el Banco de España analiza la situación cíclica de América Latina concluye, además, que la inflación se reducirá paulatinamente durante los años 2024 y 2025, hasta alcanzar los objetivos numéricos establecidos por los bancos oficiales de las naciones que forman a esta vasta región económica. A dicha cifra podrá llegar Perú en lo que queda de año, y México y Colombia en 2025. Otros como Brasil y Chile ya lograron alcanzar la meta de la desinflación.
Las previsiones no se quedan aquí. La resiliencia del mercado de trabajo, la bajada de los tipos de interés, la reducción de incertidumbre sobre las políticas económicas y el aumento del precio de las materias primas de algunos países productores figuran como alguno de los factores que el Banco de España ha tenido en cuenta para prever un crecimiento en las economías latinoamericanas hasta alcanzar las tasas potenciales. Esta previsión supone una aceleración para países como Chile y Colombia, que habían registrado crecimientos bajos en 2023.
Este proceso reduccionista no ha sido transversal a todas las economías del subcontinente, ya que se ha desarrollado de forma heterogénea en los países. Destacando así el lastre que la inflación del sector servicios ha supuesto para Colombia a la hora de llegar a las cifras meta. Y es que el sector servicios mantiene una gran persistencia de inflación, situándose por encima del nivel previo a la pandemia, siendo especialmente destacables los casos de México y Colombia. Por su parte, las desviaciones que han mostrado cifras a lo largo del episodio inflacionista han anquilosado las expectativas que se tienen a largo plazo, aunque con lo observado en los últimos trimestres se puede se espera una dinámica al alza en países como Brasil, debido al desempeño de la política fiscal.
Argentina: el fenómeno
Un país que no sintoniza con la armonía monetaria de sus vecinos es Argentina, con una situación paradigmática. En los últimos años, se ha observado una inflación mucho mayor que la del resto de países de la región, con una tasa anual del 72% entre 2020 y 2023, y que llegó a alcanzar las tres cifras a partir de febrero de 2023. El Banco de España atribuye estos datos tan alarmantes a la decisión gubernamental de cubrir el déficit público con la impresión de moneda, para compensar la incapacidad del Banco Central de la República de obtener financiación mediante la emisión de deuda. En el informe también se evalúa las políticas del recién constituido Gobierno de Javier Milei para reducir la inflación, cuyo principal eje de acción se basa en la reducción del déficit fiscal mediante la reducción del gasto público. La eliminación de la obra pública, la reducción de las pensiones y salarios públicos por debajo de las tasas de la inflación o la reducción de los subsidios a la energía y al transporte son las principales consecuencias de la política del presidente Milei.
Respiro monetario
Acorde a la situación de desinflación que vive la mayor parte de los países latinoamericanos, se encuentra la deriva 'reduccionista' que los distintos gobiernos han adoptado al aplicar recortes de los tipos de interés desde la segunda mitad de 2023, una medida que se mantiene coherente con lo anticipado por los mercados financieros.
Los bancos centrales han aplicado esta relajación de la política monetaria en función de la situación cíclica y la evolución inflacionista observada en sus respectivas naciones. Por ejemplo, no se esperan grandes bajadas adicionales en los Estados que tomaron la batuta de los recortes en los tipos de interés, como Brasil, Chile o Perú, mientras que se espera un mayor recorrido en Colombia o México. Esta heterogeneidad en las políticas monetarias se observa en la diferencia de intensidad con la que se aplican entre países como México, con 25 puntos básicos de reducción y Chile, con 550.
Como ya se pudo observar en marzo de 2023, existen una serie de factores internos que podrían poner en riesgo la relajación de las políticas monetarias y el alcance de la reducción de tipos. El informe advierte de la debilidad que muestran muchos países ante dificultades como el deterioro de las finanzas públicas, la persistencia de la inflación o incluso algunos procesos políticos coyunturales, como las elecciones en México.
Sin embargo, la viabilidad de los recortes en los tipos de interés oficiales no dependen solo de la actividad económica o de la situación político-financiera de los países de la región latinoamericana, sino que pueden verse amenazados por las decisiones que tome un potente agente externo, como lo es EEUU.
Una notoria reducción de los tipos de interés por parte de los estados latinoamericanos, como es el caso de Chile, frente a unos tipos altos en el gigante económico de los Estados Unidos, podría derivar en la depreciación de las divisas de la región frente a un dólar fuertemente consolidado.