Economía

Un tercio de las mujeres latinoamericanas quiere poner en marcha un negocio para salir de la pobreza, según FMBBVA

  • El 21% de las mujeres y el 25% de los hombres en la región están creando o tienen una nueva empresa
  • Las microfinanzas y el apoyo empresarial pueden ser claves para el éxito de las emprendedoras
Productora de cacao colombiana, Dana Araque.
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En América Latina, un notable 33% de las mujeres y 37% de los hombres aspiran a emprender, y un 21% de las mujeres y 25% de los hombres ya han lanzado o están gestionando nuevas empresas, según el último informe del Global Entrepreneurship Monitor (GEM). Este fenómeno refleja un creciente impulso hacia el emprendimiento como una estrategia para superar la pobreza y mejorar las condiciones de vida en la región.

El contexto laboral en América Latina está marcado por una baja creación de empleo formal, afectando especialmente a la población más vulnerable. Alrededor del 22% de los trabajadores en la región vive en pobreza y el 7% en extrema pobreza, con más del 60% trabajando en la economía informal. Esta informalidad resulta en una falta de protección social y oportunidades de desarrollo, exacerbando las desigualdades.

Durante la última década, el crecimiento del empleo ha sido mínimo, y la pandemia de la Covid-19 ha empeorado la situación, con una caída del 8% en la creación de empleo en 2020. En países como Perú, Chile, Colombia, Panamá y República Dominicana, la pobreza laboral sigue siendo superior a los niveles pre-pandemia. En este escenario, el emprendimiento se presenta como una solución viable para muchos.

Giovanni Di Plácido, director de Research y Estrategia de la Fundación Microfinanzas BBVA, explica que fomentar el emprendimiento en comunidades afectadas por el conflicto armado tiene significativos beneficios económicos y sociales. Destaca que el prolongado conflicto en Colombia ha dejado profundas cicatrices en la sociedad, incluyendo muertes, desplazamientos y exclusión, lo que ha resultado en pobreza, desigualdad y desasosiego, especialmente en las zonas rurales.

Di Plácido comenta que el reciente proceso de paz ha generado nuevas expectativas, no solo por la cesación del conflicto y las reformas políticas, sino también por la posibilidad de abrir nuevas fuentes de empleo. Asegura que el pequeño emprendimiento puede ser un motor clave para la reinserción efectiva de las personas que entregaron las armas.

En su análisis, Di Plácido subraya que muchos emprendedores en estas regiones recurren a pequeños negocios, pero la mayoría enfrenta la necesidad de financiación y educación financiera. En este sentido, la inclusión financiera, el empoderamiento económico de las mujeres, el desarrollo del campo y la digitalización son aspectos cruciales para fortalecer el modelo de emprendimiento en estas comunidades.

Explica que la Fundación Microfinanzas BBVA, a través de su programa Empropaz y en colaboración con la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), apoya la creación de nuevos negocios y el fortalecimiento de microempresas en Colombia. Este programa se enfoca en la inclusión financiera, el desarrollo de habilidades empresariales y la implementación de planes de negocios para promover la generación de ingresos lícitos y el desarrollo de los territorios.

Di Plácido destaca que, gracias a este programa, 213.000 microempresarios en 92 de los municipios más afectados por la violencia y la pobreza están avanzando con sus pequeños negocios. A lo largo de seis años, la iniciativa ha impactado positivamente a más de 10.400 emprendedores y microempresarios, brindándoles formación empresarial y capacitación en diversas áreas.

Además, menciona que Bancamía, que opera en Colombia bajo la Fundación, atiende a más de 281.000 microempresarios con créditos productivos, de los cuales el 56% son mujeres y el 43% viven en zonas rurales. Además, el 36% de estos microempresarios tienen solo educación primaria, y se dedican principalmente a actividades comerciales, agropecuarias y de servicios.

Historias de éxito

Dana Araque, una productora de cacao colombiana de 56 años, y Greicy Campos, una diseñadora dominicana, son ejemplos inspiradores de mujeres que han encontrado en el emprendimiento una vía para salir adelante. Ambas han sido respaldadas por la Fundación Microfinanzas BBVA (FMBBVA), que se dedica a fomentar el desarrollo de negocios sostenibles entre las comunidades más vulnerables.

  • La historia de Dana Araque: Criada en el entorno rural de San Vicente de Chucurí, una región históricamente afectada por la violencia, Dana Araque encontró en el cultivo del cacao una alternativa viable y pacificadora frente a los cultivos ilícitos que azotaban su comunidad. Gracias a su tenacidad y el apoyo financiero de Bancamía, entidad de la FMBBVA en Colombia, Dana ha transformado su vida y la de muchas otras mujeres. "El cacao es el fruto de la paz", afirma Dana, quien ahora lidera una asociación que empodera a mujeres rurales afectadas por el conflicto armado. Con determinación, insta a otras mujeres a no tener miedo de emprender: "Hay que salir adelante con berraquera y luchar por los sueños".
  • La visión de Greicy Campos: Por su parte, Greicy Campos, artesana dominicana, inició su emprendimiento a los 8 años y, con el apoyo de Banco Adopem, ha logrado establecer un negocio sostenible que no solo mantiene a su familia, sino que también contribuye al medio ambiente. Utiliza lilas acuáticas, una especie invasora que afecta el río Ozama, para crear bolsos, sombreros y lámparas. "La lila es una especie invasora, tapa el río completamente y eso es un problema porque acaba con las especies que lo habitan", explica Greicy. Desde 2017, ha capacitado a más de 300 mujeres en su técnica, generando un impacto positivo en su comunidad. Sus productos, reconocidos a nivel nacional, están a punto de ser exportados a Japón y Estados Unidos.

Di Plácido explica que los principales factores que contribuyen al éxito de los emprendimientos liderados por mujeres en América Latina incluyen el acceso a servicios financieros, la educación financiera, la asistencia técnica y la construcción de redes de apoyo. Menciona que en 2023, de las 1,7 millones de emprendedoras que atiende la Fundación, 563.000 recibieron créditos por un total de 633 millones de euros en los cinco países donde la Fundación está presente. Gracias a estos esfuerzos, los negocios de estas mujeres prosperan, saliendo de niveles iniciales de pobreza (con el 83% en situación de vulnerabilidad y casi un tercio en pobreza) y contribuyen al desarrollo de sus familias y comunidades, siendo el 64% cabezas de hogar. De hecho, señaló que 7 de cada 10 de las personas atendidas que abandonaron la pobreza en 2023 eran mujeres.

Magalí Riera, profesora de EAE Business School, explica que el emprendimiento es un instrumento clave para salir de la pobreza en América Latina. Afirma que permite el desarrollo profesional y personal de las personas, lo que, a su vez, mejora su economía. Riera dice: "Con la voluntad y el esfuerzo de la persona se alcanza, muy probablemente, este objetivo querido, el salir de una situación de pobreza a la que mucha gente se encuentra abocada y de la que, en ocasiones, no es fácil salir tampoco con ciertos trabajos por cuenta ajena." Añade que, en ocasiones, las personas no pueden acceder a estos trabajos por no poder organizarse conforme a las directrices establecidas por el empresario. Según Riera, el emprendimiento también ofrece más flexibilidad en el desarrollo del trabajo, lo que es un factor relevante a tener en cuenta.

Di Plácido también subraya que otro factor crucial es contar con una oferta de valor con visión de género. Indica que la Fundación ha diseñado productos de banca grupal con aval solidario para mujeres con menos recursos, así como seguros de salud, oncológicos y de maternidad protegida. Destacó la importancia de establecer alianzas con otras instituciones para promover la educación financiera, la alfabetización digital, el marketing online, el liderazgo y la asociatividad. Añade que la Fundación trabaja en identificar los sesgos de género inconscientes que podrían estar presentes en su modelo de atención para mejorar el impacto en este segmento.

Por su parte, Marina Luque y Cristina García Ciria, consultoras de Afi, indican que el éxito de los emprendimientos liderados por mujeres en América Latina, así como en cualquier parte del mundo, depende de una combinación de factores. Explican que estos factores incluyen el acceso a recursos financieros, apoyo y mentoría, capacitación y políticas inclusivas. Luque y García Ciria destacan que, en particular, la exportación de productos artesanales y de diseño ofrece grandes oportunidades pero también presenta desafíos significativos que requieren estrategias bien planificadas y un apoyo adecuado.

Luque y García Ciria detallan que los principales factores que contribuyen al éxito de los emprendimientos liderados por mujeres en América Latina son varios. En primer lugar, mencionan el acceso a financiación y microcréditos, subrayando la importancia de programas de microcréditos y de iniciativas financieras inclusivas que consideran las necesidades específicas de las mujeres. También destacan la relevancia de redes de apoyo y programas de mentoría, así como la formación empresarial y en digitalización. Añaden que un entorno regulatorio favorable, con políticas inclusivas que promuevan la igualdad, es esencial.

En cuanto al impacto del apoyo financiero y el acceso a microcréditos en el desarrollo de negocios de emprendedoras, Riera subraya que este apoyo es fundamental. Ella comenta: "Es la llave que abre la posibilidad de emprender. No es suficiente con una buena idea y con un gran esfuerzo; se requiere de apoyo financiero que permita ejecutar aquello previamente diseñado." Riera concluye: "Sin el dinero necesario, grandes ideas se quedarían 'en el cajón', como se suele decir. Por lo tanto, en términos generales, es un requisito mínimo contar con este apoyo económico."

Sobre las oportunidades y desafíos en la exportación de productos artesanales y de diseño por emprendedoras, Luque y García Ciria afirman que existen varias oportunidades importantes. Destacan el acceso a mercados globales, el crecimiento del comercio electrónico y la creciente concienciación en términos de sostenibilidad. Sin embargo, también identifican varios desafíos que deben ser enfrentados, como la burocracia y las regulaciones, la necesidad de una logística adecuada, la competencia internacional y los costos de producción y exportación poco competitivos.

La labor de la Fundación Microfinanzas BBVA

La Fundación Microfinanzas BBVA ha apoyado a más de 6 millones de adultos en América Latina, ayudándolos a desarrollar pequeños emprendimientos que les permitan mejorar sus ingresos y formalizar sus negocios. Este apoyo es crucial en un entorno donde casi un tercio de los adultos no tiene acceso al sistema financiero formal.

El incremento del desempleo y la desigualdad obligan a muchos a buscar soluciones en el autoempleo y los pequeños negocios. Las políticas públicas que promuevan la inclusión y participación económica son esenciales para combatir las desigualdades derivadas de la informalidad y fomentar un crecimiento sostenible y equitativo.

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