Economía

España pierde 197.000 empresas activas en un año marcado por la incertidumbre

  • La cantidad de mujeres ocupadas en empresas ha experimentado un crecimiento del 19%
  • Cataluña se posiciona como la región con mayor concentración de empresas en todo el país
  • Madrid ha experimentado la pérdida más considerable de empresas activas durante el período analizado
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El tejido empresarial español sigue enfrentándose a las secuelas de la pandemia. Según datos del estudio "Tendencias en las Empresas Españolas: cantidad, tipos y número de ocupados", de TBS Education-Barcelona, España ha perdido 197.000 empresas activas entre 2022 y 2023. Este descenso del 5,8% en el número de compañías activas refleja una tendencia preocupante que ha golpeado especialmente a microempresas y medianas empresas, que son fundamentales para la generación de empleo y el bienestar económico del país.

Entre 2020 y 2021, influenciado por el confinamiento, hubo una reducción del -1,1% en el número de empresas, equivalente a casi 38.000 empresas. En 2022, se registró un aumento significativo que compensó la caída anterior, con más de 64,000 empresas activas adicionales, representando un incremento de casi el 2%. Sin embargo, en 2023, hubo una notable reducción del -6,5%, con aproximadamente 223.000 empresas menos.

La proporción de microempresas se mantiene alrededor del 95,5% del total de empresas. Las pequeñas empresas representan alrededor del 4%, las medianas empresas el 0,6%, y las grandes empresas entre el 0,1% y el 0.2%.

Durante el período estudiado, las microempresas y las medianas empresas fueron las más afectadas, con una reducción de casi 196.000 y más de 1.200 empresas respectivamente. En contraste, las pequeñas y grandes empresas lograron superar ligeramente los niveles previos al confinamiento, con un aumento de 319 pequeñas empresas (0,2%) y 2 grandes empresas.

El director de Economía y Políticas Sectoriales de CEPYME, Francisco Vidal, señala que los sectores económicos más afectados por el descenso en el número de compañías activas en España son el comercio, tanto al por mayor como al por menor, y el ámbito del transporte de mercancías por carretera. "Estos sectores enfrentan dificultades debido a diversos factores, como la avalancha de nuevas normas complejas, la competencia alta, la adaptación al cambio en los gustos del consumidor y la falta de relevo generacional". Además, las medianas empresas también enfrentan obstáculos al crecimiento debido "al entorno normativo y competitivo, que demanda empresas más grandes, pero sin proporcionar los recursos y estructuras necesarios", añade.

Según Fernando Crecente, director de Emprendimiento y profesor titular de Organización de Empresas en la Universidad de Alcalá, el cierre de microempresas y medianas empresas en España ha tenido un impacto significativo en el empleo. Destaca que "este impacto se manifiesta tanto de manera directa, a través de los despidos que ocurren, como de forma indirecta, debido a la reducción del consumo que estas empresas generan en otros sectores relacionados". Subraya además que estas empresas son responsables de proporcionar trabajo a más del 60% del mercado laboral, incluyendo a los autónomos.

Crecente señala que el efecto del cierre varía considerablemente dependiendo del sector de actividad y, especialmente, de la edad de los afectados. Mientras los jóvenes pueden tener más facilidad para acceder a otras oportunidades laborales, los empleados y empresarios senior enfrentan mayores dificultades debido a la escasez de alternativas que aprovechen su experiencia y potencial en el actual mercado laboral.

Por su parte, Raúl Mínguez, director del Servicio de Estudios de Cámara de España, sostiene que las pymes representan el 99,8% del tejido empresarial español y aglutinan más del 60% del PIB y del empleo que se genera en la economía española, por lo que "un eventual cierre masivo de este tipo de empresas tendría un impacto significativo en la economía, con efectos en el PIB y el desempleo". Cuando las empresas cierran dejan de producir bienes y servicios, por lo que su contribución al PIB desaparece, afectando negativamente al crecimiento económico, indica. Además, las empresas que cesan su actividad dejan de demandar los inputs intermedios que requerían para generar su producción, lo que también tendrá efectos negativos en aquellas compañías (proveedores o distribuidores) que producían esos bienes o servicios intermedios, cuenta. Éstas últimas acabarán también "demandando menos inputs a sus proveedores porque su producción se reduce y así sucesivamente". Por tanto, el cierre de empresas inicia una cadena de efectos negativos que se traslada a otros socios comerciales y otros sectores, reduciendo aún más el PIB.

A pesar de la reducción en el número de empresas, el estudio revela un aumento significativo en el número de personas empleadas por empresa, con un crecimiento del 17% en el período 2020-2023. Edgar Sánchez, autor del estudio y experto en Comportamiento del Consumidor y Neuromarketing de TBS Education-Barcelona, comenta que "aunque la disminución del número de compañías ha afectado negativamente al empleo, las empresas existentes están contratando a más personas".

Este incremento en el empleo ha sido especialmente notable entre las mujeres, cuyo número de ocupadas por empresa ha aumentado un 19%, tres puntos porcentuales más que los hombres. Este dato es un paso positivo hacia la paridad en los puestos de trabajo y refleja un avance significativo en la equidad de género en el ámbito laboral.

En cuanto al desempleo, Mínguez, asegura que los empleados de las empresas cerradas pierden sus trabajos, lo que aumenta directamente la tasa de desempleo. En ese caso, "si la empresa era un empleador importante en una zona específica, el impacto en el desempleo local puede ser especialmente grave". Por otro lado, los trabajadores desempleados tienen menos ingresos disponibles, lo que reduce su capacidad de consumo, afectando negativamente a otros sectores de la economía, que pueden ver reducidas sus ventas y, potencialmente, llevar a más cierres de empresas y más desempleo.

En otro orden de cosas, un entorno con frecuentes cierres de empresas puede desalentar el espíritu emprendedor y la inversión, ya que los potenciales emprendedores e inversores perciben un mayor riesgo, afirma el directivo de la Cámara de Comercio en España. A su vez, el cierre de empresas puede disminuir la confianza tanto de los consumidores como de los empresarios. "La incertidumbre económica puede, al tiempo, llevar a una disminución del gasto y la inversión agregados". En este punto, cabe destacar qtambién que el cierre de empresas también tiene un impacto negativo importante en la recaudación fiscal vía cotizaciones a la Seguridad Social y vía Impuesto de Sociedades.

Además, Rafael Rabat Martínez, socio y administrador de NORZ Patrimonia EAF, señala todo esto ocurre porque en el último decenio las pautas de consumo han cambiado muy significativamente en todo el mundo, incluyendo España. Explica que estos cambios se consolidaron rápidamente a raíz de la pandemia, que actuó como catalizador del proceso.

Rabat detalla también que las principales nuevas pautas de consumo están determinadas, por un lado, por el uso cada vez mayor del canal digital de comercialización y e-commerce, y por otro, por la creciente preferencia por productos y servicios sostenibles, de bienestar personal y de salud. Esto abarca la alimentación sana, de proximidad y ecológica, el consumo relacionado con el deporte y el ejercicio físico, tonificantes, industria cosmética, viajes, entre otros.

Según Rabat, estos cambios han supuesto un reto significativo para muchas empresas en su intento de ajustarse a las nuevas pautas de consumo. En particular, menciona que "las nuevas tecnologías no sólo implican la utilización de nuevos canales comerciales y distintos esfuerzos de ventas, sino también la necesidad de conectar el flujo administrativo resultante con el resto de la empresa para generar información y valor".

Rabat sostiene también que, para lograrlo, las empresas están necesitando cada vez más músculo financiero para soportar las elevadas inversiones en tecnología. Esto está fomentando las operaciones corporativas de concentración y creando una barrera de entrada para proyectos de menor tamaño.

Desglose por comunidades autónomas

La distribución territorial del tejido empresarial muestra que ocho de las diecisiete comunidades autónomas concentran el 80% de las empresas. Cataluña lidera con el 18,5% del total nacional, consolidándose como el territorio con más entidades de toda España, seguida por Madrid y Andalucía. No obstante, estos territorios también están experimentando una reducción en el número de empresas activas.

Madrid es la comunidad que más ha sufrido, con una pérdida del 9% de sus empresas activas, lo que equivale a 49.000 entidades menos. Andalucía ha visto una reducción menos pronunciada del 1,9%, con 10.000 empresas menos. Cataluña ha registrado una disminución del 6%, perdiendo 38.000 compañías.

Estrategias para el futuro

Edgar Sánchez subraya la urgencia de revertir esta tendencia. "La creación de empresas es un indicador vital de la salud económica de un país", afirma. No se trata solo de aumentar el número de empresas, sino también de mantenerlas operativas para asegurar "más inversión local y extranjera, así como la disponibilidad de financiación y políticas públicas favorables".

Para reforzar el tejido empresarial, es esencial implementar políticas públicas que fomenten la resiliencia y el crecimiento empresarial. Este es un desafío crucial que incide directamente en el empleo y, por ende, en el bienestar de todos los ciudadanos. "La tarea pendiente es más urgente de lo que parece", concluye Sánchez.

En respuesta a las principales dificultades que enfrentan las microempresas y medianas empresas en España en la actualidad, Crecente identifica varios desafíos clave. En primer lugar, menciona que las políticas públicas suelen enfocarse en la creación de PYMEs, descuidando aspectos cruciales para el crecimiento y la supervivencia, como la expansión para acceder a nuevos mercados o la reducción de costos laborales unitarios para mejorar la competitividad internacional. También destaca "la dificultad en la gestión diaria de los negocios, afectada por la reducción del consumo, el aumento de impagos y los crecientes costos laborales y de adquisición de factores productivos".

Además, señala la falta de digitalización como otro obstáculo significativo, especialmente visible durante la pandemia, donde las microempresas enfrentaron mayores dificultades para adaptarse tecnológicamente debido a la escasez de recursos y el alto costo de la tecnología. Crecente enfatiza la necesidad de apoyar a estas empresas en la inversión en innovación organizativa, capital intangible y marketing, así como en la transición hacia modelos de negocio más sostenibles.

Con la finalidad de ganar en eficiencia operativa, optimizar el proceso productivo y ofrecer experiencias más personalizadas a los clientes, las perspectivas para el tejido empresarial español, Rabat destaca que se debe continuar la tendencia actual de digitalización y transformación tecnológica, con incremento de venta via comercio electrónico. La inteligencia artificial, el análisis de big data o la automatización serán cruciales en esta dinámica.

"Los aspectos relacionados con ESG (por sus siglas en inglés Environmental, Social, and Governance), claves en la actualidad se seguirán teniendo muy presentes, adoptando prácticas más sostenibles y responsables, impulsadas por la creciente demanda de consumidores conscientes y regulaciones más estrictas". Asimismo, el sector medioambiental será uno de los sectores claves en la creación de nuevas empresas, juntamente con el tecnológico, y con los que den soporte a una población envejecida. En la actualidad, el nivel de empleo está en máximos a pesar de la reducción de empresas por los factores anteriormente comentados. En otros puntos claves como el empleo y la organización laboral del trabajo, prevemos que continuará la tendencia actual de teletrabajo y trabajo híbrido, y mayores beneficios sociales para los trabajadores debido a las mayores cuotas de eficiencia de las empresas.

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