
En 2021, los activos gestionados para productos de inversión públicos y privados con impacto de género alcanzaron aproximadamente 17.000 millones de dólares, en un universo de inversión de impacto (relacionado con lo social o medioambiental) de aproximadamente 1.164 millones de dólares. Aunque los análisis de mercado muestran un gran crecimiento en el número de fondos con enfoque de género (GLI), cuando se coloca en el contexto de la inversión global, la realidad es que GLI sigue siendo una estrategia de nicho. A pesar de que este mercado tiende a reflejar la intencionalidad, es probable que el número de inversores sostenibles que incorporan el género como parte de ESG sea mucho mayor. Sin embargo, la pregunta persiste: ¿por qué los grandes inversores no están avanzando más rápido para convertirse en inversores de GLI?
Un nuevo estudio arroja luz sobre las motivaciones, las barreras y los enfoques que adoptan las firmas de inversión al integrar la perspectiva de género en sus estrategias. La investigación, que analiza las experiencias de diversas firmas, revela que no existe un enfoque único para la inversión con perspectiva de género, sino que se caracteriza por la diversidad de estrategias y la búsqueda constante de soluciones para superar los desafíos, según se desprende del informe "Estrategias de género en la inversión: ¿cómo pasan las empresas de inversión europeas de la conciencia a la acción?", elaborado por Esade Center for Social Impact.
El desequilibrio de género en el capital privado y el capital de riesgo en Europa es alarmante, con cifras que muestran una marcada subrepresentación de mujeres en roles clave. Por ejemplo, solo una de cada diez fundadoras y CEO que recibieron financiación de capital de riesgo en el viejo continente eran mujeres, y los equipos completamente femeninos recibieron solo el 2% del total de la financiación de VC. Además, la presencia de ellas en roles de inversión en oficinas de capital privado y en comités de inversión es notablemente baja, con solo el 23% y el 12% respectivamente. A pesar del crecimiento de ESG, que aumenta la probabilidad de que las firmas adopten estrategias de género, el cambio en esta área es lento.
La investigación también destaca las barreras y obstáculos para el cambio, incluida la evasión de conversaciones incómodas y los prejuicios persistentes, y señala la cautela de las firmas de inversión para ser transparentes sobre sus estrategias de género debido al riesgo de reacciones adversas. En este contexto, la etiqueta de "GLI" para inversores convencionales parece arriesgada, especialmente dada la errónea creencia de que existe un conflicto entre los rendimientos financieros y la implementación de tales estrategias.
A pesar de los obstáculos, se observa un cambio de paradigma hacia una mayor comprensión del género y la diversidad como impulsores de rendimientos y desempeño superiores en la industria de la inversión. Sin embargo, persiste la dificultad para las firmas de identificar y desarrollar negocios liderados por mujeres en los que invertir, así como en reclutar y promover mujeres internamente.
El estudio identifica cuatro estrategias de género interconectadas que las firmas de inversión están implementando, la promoción de la diversidad de género dentro de la firma, la inversión en empresas lideradas por mujeres, la mejora de la equidad de género en las empresas de la cartera, la inversión en empresas que ofrecen productos y servicios centrados en mujeres y niñas.
Por otro lado, el informe resalta también que los beneficios de la inversión con enfoque de género pueden conducir a un mayor retorno de la inversión debido al mejor desempeño financiero de las empresas, así como a un impacto social positivo al contribuir al desarrollo económico y social. Sin embargo, también identifica desafíos, como la falta de conciencia y conocimiento sobre estos beneficios entre algunos inversores, barreras sistémicas que dificultan la participación plena de las mujeres en el mundo empresarial y dificultades para medir el impacto de las estrategias de inversión con enfoque de género.
Hasta un 2% más de beneficios
En esta línea un informe de BlackRock, una de las mayores gestoras de fondos del mundo, destaca que las empresas con equilibrio de género en sus equipos de trabajo obtienen hasta un 2% más de beneficios anuales en comparación con las menos diversas. Este estudio, que analizó datos de 1.250 grandes empresas internacionales, concluyó que aquellas con una distribución más equitativa de recursos humanos superaron a sus competidores menos diversos en hasta dos puntos porcentuales anuales entre 2013 y 2022. Esto sugiere que tanto las empresas con predominio de mujeres como las de hombres obtienen peores resultados que aquellas con una paridad más equilibrada.
El informe de Esade también cuestiona por qué algunas firmas están más comprometidas con este enfoque que otras, y si este movimiento es un cambio cultural genuino o simplemente una respuesta a presiones del mercado o inversores institucionales. Se señala que el cambio hacia una cultura que abraza la diversidad, incluida la de género, requiere un cambio profundo en la conciencia de los líderes, y no solo momentos repentinos de conversión. Además, se explica cómo otras estrategias de género en las firmas de inversión están interconectadas y se refuerzan entre sí, especialmente cuando el equipo de la firma se vuelve más equilibrado en términos de género.
Un hallazgo clave de este estudio es que la incorporación del género en las empresas no es prescriptiva, aunque hay claros hitos y puntos de entrada. No se han encontrado firmas de inversión que vuelvan atrás en un compromiso inicial hacia una mayor inclusión de género.
Las barreras para el cambio no se limitan a la industria financiera, por lo que las iniciativas sectoriales deben ir acompañadas de cambios de política más amplios a nivel nacional y de la UE. Se plantea la hipótesis de que, sin transparencia, rendición de cuentas y coordinación en todo el ecosistema, las estrategias de género de las firmas individuales no podrán generar el cambio sistémico necesario para abordar las persistentemente bajas tasas de inversión en empresas lideradas por mujeres y promover una mayor equidad de género en la industria financiera.
Algunos círculos feministas critican la inversión con enfoque de género (GLI), argumentando que proporciona una solución superficial para lograr la igualdad. Esta crítica se suma a la resistencia global contra la diversidad, equidad e inclusión (DEI), lo que puede poner a las firmas de inversión en una situación difícil para comunicar e implementar estrategias de género.