MADRID, 26 (EUROPA PRESS)
El presidente de Ryanair, Michael O'Leary, calificó hoy de "positivas" las medidas anunciadas por el Gobierno que supondrán la congelación de las tasas aeroportuarias en 2010 y la bonificación de las tasas de pasaje para aquellas aerolíneas que superen el número de pasajeros transportados a partir de junio, aunque las consideró "insuficientes" y limitadas en el tiempo, por lo reclamó "su reducción".
En una rueda de prensa en Madrid, O'Leary afirmó que dichas medidas deberían ir "más orientadas" a reducir el coste que afrontan las compañías aéreas por los servicios aeroportuarios e insitió en que deberían suprimirse o rebajarse, tal y como ya han hecho el Gobierno griego, el holandés o el alemán.
O'Leary explicó que de lo contrario las compañías continuarán reduciendo sus operaciones en España y perdiendo pasajeros, algo que no le sucede a Ryanair, ya que, según destacó, de enero a abril elevó un 11% el número de viajeros con respecto al mismo periodo de 2008.
No obstante, pidió de nuevo al Ejecutivo que reduzcan las tasas aeroportuarias, especialmente en los aeropuertos regionales. En lo que va de año, la compañía de bajo coste irlandesa ha abierto 63 rutas, de ellas 18 en Alicante y 11 en Reus (Gerona).
Ryanair, que cuenta con cuatro bases en España y opera en 18 aeropuertos, pretende seguir abriendo rutas en España aunque no anunciará los nuevos destinos hasta después de octubre, aclaró O'Leary.
En cuanto a los planes de Ryanair en el mercado catalán, O'Leary señaló que la compañía mantiene conversaciones con Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) para "futuros proyectos", tanto en el aeropuerto de la Ciudad Condal como en el aeropuerto de Reus, que no concretó. "En el momento en que se alcance un acuerdo ventajoso se darán los pasos en este sentido", afirmó.
Ryanair prevé alcanzar los 2,7 millones de pasajeros anuales con la incorporación de estas nuevas rutas. La 'low cost' ofrece un millón de plazas a diez euros, para viajar a finales de mayo y junio, y celebrar el lanzamiento de las nuevas conexiones.
O'Leary estimó que la compañía duplicará el tráfico y los beneficios de aquí a 2012, después de cinco años consecutivos de crecimiento, gracias a "la fortaleza de la compañía a largo plazo y a la ventaja de los costes derivados del descenso del precio del petróleo".
TARIFA PARA LOS COMPARADORES.
Por otro lado, O'Leary se refirió a la negativa de la compañía a que los 'screenscrapers' vendan billetes de la aerolínea para lo que ha lanzado una tasa anual para acceder a la información de la web de la compañía.
"El objetivo no es censurar a los buscadores y comparadores de precios si no evitar que los consumidores sigan sufriendo los abusos de estas webs que aplican precios por encima de los fijados por Ryanair", indicó O'Leary, quién recalcó que la compañía "luchará hasta el final contra esta práctica declarada ilegal en otros países como Italia o Alemania".
De esta forma, indicó que hará "todo lo posible" para que los tribunales españoles reconozcan el derecho del consumidor a comparar precios con otras aerolíneas pero impidan a estas webs vender los billetes de la aerolínea.
Al respecto, O'Leary apuntó que tanto Rumbo como eDreams han rechazado adherirse a la tasa que autoriza el acceso a la oferta de la compañía, lo que, en su opinión, confirma que no tienen interés en ofrecer un servicio únicamente comparativo de precios.
Precisamente, la compañía anunció ayer la firma de dicho acuerdo con Momondo.com, por el que autoriza al buscador a entrar en su web "sólo para comparación de precios".
Este acuerdo es el primero de estas características después de que la aerolínea de bajo coste reiterase su prohibición a las agencias de viajes y portales de Internet que comercialicen sus billetes aéreos, lo que sólo permite a los comparadores de precios, previo pago de una licencia anual de 100 euros.
En cuanto a las críticas vertidas contra Ryanair por el cobro extra de ciertos servicios como la facturación de la maleta, O'Leary argumentó que la política de precios de la 'low cost' está orientada a que "el pasajero pague por lo que utiliza y no subvencione el viaje al resto de los pasajeros", frente a otras aerolíneas en las que el pasajero paga igual, tanto si lleva equipaje como si no.