
La pensión de incapacidad permanente es la tercera más abonada de todo el ramillete de pensiones contributivas en nuestro país y también se trata de la prestación más peculiar de las de su grupo: no depende de un solo hecho causante (la jubilación o la muerte) y en algunos casos se accede a ella por vías que, en otros casos, no constituyen el derecho a la pensión.
Es por eso que no existen enfermedades o dolencias que, por sí mismas, den derecho a un ciudadano a cobrar la pensión de incapacidad permanente. Cada enfermedad es un mundo, y cada paciente tendrá una situación muy diferente.
Como telón de fondo, la verdadera clave a la hora de que a un trabajador se le concede la pensión de incapacidad permanente: la influencia de la enfermedad, dolencia o lesión tanto en su vida cotidiana como en su vida laboral. En función de esa influencia y de otros factores que también actúan en el proceso, se le dará al trabajador una pensión o no, y en caso afirmativo se elegirá el grado de la misma.
Por todo esto, la Seguridad Social no dispone de un listado con enfermedades que dan derecho a una pensión de incapacidad permanente, ya que en la práctica no existen. Sin embargo, la experiencia previa y los antecedentes en casos similares sí pueden arrojar algo más de luz.
El bufete especializado Campmany Abogados ha elaborado una lista en la que recoge, acorde a su experiencia y a la tramitación de muchos expedientes de solicitud de pensión de incapacidad permanente, aquellas enfermedades (ordenadas por campos médicos y orden alfabético) con las que, tradicionalmente, se han tenido más opciones de conseguir esta pensión.
Alergología
- Dermatitis
Aparato digestivo
- Colitis ulcerosa
- Enfermedad de Crohn
- Obesidad mórbida
- Pancreatitis crónica
Cardiología
- Arterioesclerosis
- Cardiopatías
- Miocardiopatías
Enfermedades cardiovasculares
- Aneurisma
- Arteriopatías
- Fibrilación auricular
- Hipertensión pulmonar
- Infartos agudos de miocardio
- Insuficiencia mitral
- Síndrome Wolf-Parkinson-White.
- Taquicardias
- Tetralogía de Fallot
Enfermedades psíquicas
- Adicción a las drogas, ludopatía o alcoholismo
- Agorafobia
- Depresión
- Esquizofrenia
- Límite de personalidad o por estrés postraumático
- Síndrome Burnout
- Trastornos de ansiedad
- Trastorno bipolar
- Trastorno obsesivo compulsivo
Medicina interna
- Fibromialgia
- Lupus eritematoso sistémico
- Sensibilidad química
- Síndrome de fatiga crónica
Nefrología
- Insuficiencia renal crónica
- Trasplante de riñón
Neumología
- Apnea del sueño
- Asma profesional u ocupacional
- Enfermedades respiratorias provocadas por amianto
- Enfisemas
- EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica)
- Sarcoidosis
Neurología
- Alzheimer
- Charcot-Marie-Tooth
- Demencia
- Esclerosis múltiple
- Ictus
- Miastenia gravis
- Migrañas
- Neuropatía periférica
- Parkinson
- Síndromes Arnold Chiari, de Lambert-Eaton y Post Polio
- Traumatismos craneoencefálicos
Oftalmología
- Desprendimiento de retina
- Glaucoma
- Neuropatía óptica
- Pérdida de visión
- Uveítis
Oncología
- Cáncer de mama
- Cáncer de pulmón
- Cáncer de recto
Otorrinolaringología
- Hipoacusia
- Síndrome de Ménière
Reumatología
- Artritis reumatoide o psoriásica
- Enfermedad de Behcet
- Espondilitis anquilosante
- Fatiga crónica
- Fibromialgia
Traumatología
- Enfermedad de Perthes
- Gonartrosis
- Hernia cervical
- Lumbalgia
- Patologías graves de la mano, cadera, hombro, codos o pies
- Síndrome cola de caballo