
El pacto con Junts destascó la madrugada del pasado jueves el calendario previsto por Pedro Sánchez. El líder de los socialistas prepara la formación de su futuro Gobierno que podría consumarse durante el ecuador de la semana del 20 de noviembre, días después del debate de investidura que arrancará este miércoles, y que -si todo marcha según lo planeado- concluirá un día después con su designación como jefe del Ejecutivo. El secretario general del PSOE ultima a esta hora su examen con el Congreso de los Diputados, tras una trepidante semana en la que la ley de amnistía pactada con ERC se había convertido en el mayor obstáculo de las negociaciones con Junts. Cerrado el acuerdo, los de Puigdemont facilitarán la elección del presidente del Gobierno en funciones a cambio de ciertas modificaciones en el texto original, que Sánchez deberá explicar ante la Cámara Baja.
Las incógnitas se acumulan. El desgaste que el gabinete de Sánchez ha sufrido durante los últimos -casi- cuatro años anticipan un buen lavado de caras. La duda pende sobre el elegido que lidere los mandos de la economía. La pugna de Nadia Calviño por presidir el Banco Europeo de Inversiones (BEI) ha impulsado una quiniela de nombres en busca de su reemplazo. Si la actual ministra de Asunto Económicos en funciones consigue escalar a Luxemburgo, José Luis Escrivá -actual minitro de la Seguridad Social- podría activarse como relevo. No obstante, el relevo depende ahora de Francia, que sigue sin desvelar a qué candidata -Calviño o Margrethe Vestager- elegirá para liderar el órgano financiero comunitario de la Unión Europea. La decisión no se producirá hasta bien entrado el 2024.
Diaz, vicepresidenta primera
También debe despejarse el encaje de Sumar en el futuro Gobierno de coalición. Yolanda Díaz ostentará la vicepresicencia primera del Ejecutivo, y pelea por hacerse con las competencias de Industria. Además, aspira a retener para los suyos el ministerio de Trabajo. En el acuerdo con el PSOE, Díaz acordó que su medida estrella, la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas, fuera pilotada por su actual ministerio.
Uno de los hombres fuertes en la lista de Sumar al 23-J, Íñigo Errejón -número 4 por Madrid- está llamado a ocupar un asiento en el Consejo de Ministros, al igual que Ione Belarra -número 5- que aspira a repetir al frente del departamento de Derechos Sociales. También el actual portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, aspira a hacerse con el ministerio de Sanidad. Al margen quedan el resto de miembros de Podemos. Más allá de la presencia de Belarra, el cupo morado podría quedar desierto, después del deterioro de las relaciones dentro de la coalición de izquierda.
Continuidad en carteras clave
Parece despejada la continuidad de María Jesús Montero al frente de Hacienda. La socialista será la encargada de navegar la maraña de modificaciones fiscales fruto de la maraña de pactos que Sánchez ha firmado para allanar su investidura. Además, Montero ha liderado buena parte de las negociaciones que se consumará el próximo jueves con la elección de Sánchez. También se allana el camino de la continuidad para Teresa Ribera, llamada a repetir al frente de Transición Ecológica; y para Luis Planas, que se sitúa de nuevo como ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Por su parte, Pilar Alegría pide hueco. La actual portavoz del PSOE y ministra de Educación en funciones quiere la cartera de Defensa, que podría dejar vacante Margarita Robles. Por último, Isabel Rodríguez podría continuar como portavoz del Gobierno. Es una de los activos mejor valorados dentro del gabinete de Sánchez y cuenta con la simpatía de la prensa que cada martes acude a la rueda de prensa
Un debate especialmente tenso
El candidato del PSOE debe afrontará el 15 y 16 de noviembre su cuarto debate de investidura en ocho años. Lo hará con uno de los climas políticos más tensos de las últimas décadas. La ley de amnistía -pactada primero con ERC y después con Junts- y la batería de concesiones que ha comprometido con los independentistas catalanes, anticipan una sesión más áspera de lo habitual. El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, promete acaparar la ofensiva contra la alianza que garantizará la mayoría absoluta del socialista. Durante los últimos días -y antes de conocer el texto- el PP comenzó a deslegitimar el papel del Tribunal Constitucional, único órgano que podrá validar el encaje del texto con la Constitución. "El Tribunal Constitucional es un tribunal de parte porque Pedro Sánchez y su Gobierno lo han invadido todo", dijo el pasado viernes Miguel Tellado, vicesecretario popular en la Cadena SER.
La tensión que se ha respirado a las puertas de la sede socialista durante los últimos días será el aliño de una dura estrategia con la que Feijóo pretende presentarse como el verdadero garante de la Carta Magna. A lo largo de la pasada semana, la tensión se adueñó de la calle Ferraz tras una oleada de protestas violentas e ilegales en contra del candidato del PSOE. El Partido Popular rechazó condenar los incidentes hasta el pasado miércoles, cuando la presidenta de la comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, marcó la reacción popular, que minutos más tarde replicó el propio jefe de la oposición.
Sin embargo, Sánchez no sufrirá solo la ira del PP por la ley de amnistía. Los de Feijóo se cuestionan los términos económicos que han derivado de su pacto con los independentistas catalanes. ERC consiguió arrancar al PSOE una quita del 20% de la deuda que Cataluña mantiene con el Estado a través del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), y que será extensible para el resto de comunidade. Desde el PP consideran este punto un serio agravio entre los españoles, y muchos de sus barones ya han adelantado que recurrirán la concesión ante los tribunales.