Economía

El auge de los vehículos eléctricos chinos aprieta las tuercas a la industria europea

  • Solo el año pasado exportaron a la UE medio millón de vehículos
  • En Europa tienen más éxito los vehículos eléctricos 'made-in-China' de consorcios internacionales que las propias marcas chinas

El auge de los vehículos eléctricos chinos, con presencia creciente en el mercado europeo, desafía a las marcas domésticas y obliga a la UE a acelerar su transición verde para recuperar el terreno perdido y codearse con otras potencias en el sector de la movilidad sostenible.

Con un sector pujante y una demanda doméstica que se ralentiza, los vehículos con sello chino están encontrando cobijo en una Unión Europea que se ha marcado la meta de dejar de vender vehículos de combustión a partir de 2035.

Solo el año pasado exportaron a la UE medio millón de vehículos y dos de cada tres eran eléctricos de batería, según datos de la patronal automovilística europea (ACEA), lo que muestra que el Viejo Continente es ahora la máxima prioridad para el sector automovilístico chino.

Esto se traduce en una penetración que alcanza el 8 %, pero podría ampliarse hasta el 15 % en dos años si las compras desde el país asiático siguen a este ritmo, algo probable porque sus eléctricos son un 20 % más baratos, calcula la Comisión Europea.

En Europa ya se posicionan marcas como Aiways, NIO, DFSK, Xpeng o BYD, el mayor fabricante mundial si se cuentan tanto vehículos eléctricos como híbridos enchufables y cuyos modelos como el utilitario Atto 3 desafían a la estadounidense Tesla. 

Los Estados miembros son los responsables de desplegar muchas de las políticas para conseguir que despegue el negocio de los eléctricos

Es el contexto con el que la Comisión Europea anunció una investigación sobre las ayudas públicas que China destina a la producción de vehiculos eléctricos bajo la sospecha de que estos subsidios mantienen los precios artificialmente bajos.

Esta investigación será complicada, opina en una conversación con EFE el investigador del centro de estudios Bruegel André Sapir. Primero porque la Comisión decidió abrirla de oficio, sin denuncias previas de la industria europea que teme represalias, y segundo porque tendrá que demostrar que son los subsidios de Pekín los que ponen a la industria europea en situación de desventaja.

A esto se suma que no sólo se benefician de las ayudas las firmas chinas, sino también fabricantes como Tesla, que produce y exporta desde su planta en Shanghái, o consorcios que reúnen a sellos europeos y chinos.

De hecho, en Europa tienen más éxito los vehículos eléctricos 'made-in-China' de consorcios internacionales que las propias marcas chinas: de las 32.000 unidades que el país asiático exportó a Alemania en el primer trimestre, el 90 % eran de Tesla o de marcas europeas propiedad de grupos chinos como MG o Polestar, según la organización estadounidense CSIS.

En todo caso, el economista de Bruegel defiende que la competencia de China, siempre que sea justa, es positiva porque forzará a la industria europea a ponerse a la altura, al igual que cuando se tuvo que enfrentar a modelos japoneses que eran muy competitivos en precio y en calidad. Del marco al despliegue

"No creo que la industria automovilística europea vaya a morir mañana, pero tiene que transformarse", afirma Sapir, para quien la UE todavía tiene mucho por hacer porque existe ya un marco regulatorio, pero el despliegue no ha sido suficiente.

La Alianza Europea de Baterías busca desbloquear inversiones en la industria

La pelota está ahora en el tejado de los Estados miembros, que son los responsables de desplegar muchas de las políticas para conseguir que despegue el negocio de los eléctricos, por ejemplo, con sus planes de recuperación.

A los PERTE del Vehículo Eléctrico que ha planteado España se suman la iniciativa de Alemania para financiar la instalación de puntos de recarga en carreteras y en edificios residenciales, o la de Bélgica para impulsar la demanda de eléctricos retirando las deducciones fiscales a vehículos de empresa de combustión.

Son solo tres ejemplos que se complementan con proyectos a mayor escala, como la Alianza Europea de Baterías, que busca desbloquear inversiones en este ámbito, las estrategias para la recualificación de trabajadores o la búsqueda de materias primas, un ámbito también dominado por Pekín.

Aun así, la organización Transport&Environment cree que serán necesarias medidas adicionales para dar al sector europeo del motor los incentivos necesarios, y propone establecer objetivos obligatorios de vehículos eléctricos en las flotas de las empresas, subsidios a la producción local o impuestos a los más contaminantes.

La dificultad aumenta si se tiene en cuenta que la transición puede ser percibida como una política para clases altas que genere protestas en la ciudadanía. Si la transición verde implica un aumento del precio de los vehículos, que solo los ricos pueden comprarlos, no va a ser muy popular, avisa el investigador de Bruegel.

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Comentarios 7

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Lee
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Los chinos van a introducir coches eléctricos para el 2024 a precios razonables como ya lo está haciendo con el MG, van con esta ventaja y encima con los precios de la gasolina por las nubes les favorecerá, Europa se relaja y retrasa la transición al coche eléctrico, veremos a ver que efectos produce

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#1
En pocos meses los precios caerán en picado
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Los coches chinos cada día entrarán con precios más bajos y la industria del motor occidental tendrá que bajar muuuuucho los precios o cerrar.Ya nos han engañado muchas décadas con precios de engaño.

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#2
Lee
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Además las plataformas, baterías y tecnología, los chinos van por delante en cuanto a vehículos eléctricos, más autonomía, capacidad carga y velocidad de carga, la carrera no va a ser fácil con mejores precios, eso pasa por la relajación de Europa, veremos las consecuencias

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#3
Bilbo
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Comparar el caso de la entrada de marcas japonesas con chinas no tiene ningún sentido.

El problema que siempre vamos a tener con China y que debemos asumir es que China tiene un mercado interno muy grande para amortizar muy rápidamente cualquier tecnología.

Si Citröen hubiese sido china en vez de francesa, ahora todos los automóviles tendrían suspensiones hidroneumáticas, muy superiores a cualquier otra opción. Pero Citröen era francesa y no tubo nunca un mercado lo suficientemente grande para amortizar el "ser diferente y luchar contra los demás".

Esto con las marcas chinas no sucede. No tienen ese problema. Pueden permitirse innovar y tomar riesgos porque el mercado interno les apoya y cualquier inversión en I+D la amortizan rápidamente, en ocasiones en menos de un año.

Por tanto lo único que queda es bajar la cabeza y llegar a acuerdos para tener acceso a ese gigantesco mercado.

Y por supuesto, ignorar la cizaña y el ruido de ese "chico que va haciendo bulling" al libre mercado y a los chinos y que quiere meternos en una guerra tras otra porque es donde él se siente como pez en el agua.

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#4
Javi
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Hay que tener muy poco aprecio por la propia vida y la de los demás para comprar un coche chino y jugársela.

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#5
Bienve
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@Javi Si la clase media tiene cada vez menor poder adquisitivo es normal que la gente empiece a plantear comprarse coches chinos si cuestan un 20-30% más baratos. Es que el precio de los coches se han disparado en los últimos 5 años, es un abuso.

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#6
Observador
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yo tengo unas tijeras de bolsillo made in china desde hace 30 años

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#7