Nueva York, 22 dic (EFECOM).- La firma de análisis de riesgos Standard & Poor's mantuvo hoy sin cambios la calificación de la deuda de Bolivia, así como la perspectiva a largo plazo, que sigue siendo negativa.
En un comunicado difundido hoy, la firma reitera que la calificación de la deuda emitida a largo plazo es 'B-' la décimo sexta entre las 23 categorías utilizadas por S&P y entre las inversiones consideradas especulativas o "sin grado de inversión".
Para la deuda a corto plazo la calificación de riesgo es de C, la vigésimo primera entre las categorías utilizadas por la agencia.
En el informe, el analista Sebastian Briozzo comenta que, pese a la mejora registrada en alguno de sus indicadores económicos, la calificación de Bolivia sigue estando "severamente constreñida" por su situación política.
En concreto, dice que la situación política del país se caracteriza por "una división cada vez más fuerte y creciente entre los grupos regionales, sociales y étnicos".
"El incremento de la polarización política, incluso en el contexto de los buenos indicadores económicos, pone de relieve la dimensión de los desafíos que el país tiene por delante", explica el analista.
Para Briozzo, "el Gobierno tiene que lidiar con un entorno político frágil, dentro de un contexto menos favorable" que antes, aunque se espera que el país siga disfrutando de los altos precios de las materias primas en los dos próximos años.
Para la firma de análisis, la elección de Evo Morales como presidente de Bolivia, hace un año, representó "una nueva oportunidad para un país inmerso en una profunda crisis política".
"Pese a que Morales fue elegido por una mayoría significativa, los factores que imperan en el debate político actual en el país, más que contribuir a su estabilización, están exacerbando las divisiones", apunta el analista.
Entre estos factores, Briozzo apunta las peticiones de mayor autonomía para algunas regiones, las dificultades de la Asamblea Constitucional, la reforma de la tierra y las medidas para nacionalizar el sector de los hidrocarburos.
La firma advierte también que las ultimas medidas gubernamentales han ido más dirigidas a contener el descontento social y político, que a aprovechar el momento para promover un consenso básico que pueda estabilizar la situación política y fortalecer las instituciones.
Pese a ello, S&P reconoce que la economía está funcionando bien en el país andino, aunque sigue siendo muy dependiente de los altos precios del petróleo y los metales.
Recuerda que para este año, se espera un crecimiento real del producto interior bruto del 4,1 por ciento, y que en dos años, en el 2008, se podría lograr un alza del 3 por ciento "si la situación política no empeora".
La situación fiscal en Bolivia se ha fortalecido sustancialmente, gracias a los fuertes ingresos que suministra el sector de los hidrocarburos y a los impuestos que se han establecido para las empresas extranjeras que operan en este sector en el país. EFECOM
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