Bruselas
La Comisión Europea ha abierto este martes otro de los temas más polémicos para el bloque: el presupuesto comunitario. Con la vista puesta en el alza de los costes de endeudamiento por la subida de tipos de interés y en continuar dotando de ayuda a Ucrania, Bruselas ha pedido a los Estados miembro aumenten su contribución para el periodo 2024 y 2027 en 66.000 millones de euros.
Las principales partidas irán destinadas a ayudar a Ucrania en el contexto de la guerra con Rusia, a migración y a aumentar la competitividad de la industria europeo. Un vector que se ha convertido en tangencial para la política industrial comunitaria que busca no quedarse atrás en la carrera por las tecnologías limpias con China y Estados Unidos.
Así Bruselas ha propuesto aumentar la dotación del presupuesto comunitario con 50.000 millones de euros de ayuda a Kiev. Otros 15.000 millones de euros se destinarán a migración a coordinar este tipo de políticas con los países vecinos. Por último 10.000 millones de euros irían a parar a una Plataforma de Tecnologías Estratégicas europea, en un intento de impulsar la autonomía de la UE frente a otras potencias mundiales.
Con esta revisión del marco financiero plurianual, "pedimos a los veintisiete Estados miembro que nos provean con 66.000 millones de euros para cumplir con estas prioridades", ha indicado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en rueda de prensa.
"La nueva situación macroeconómica se refleja en los costes de financiación y en los costes fijos de nuestro presupuesto", ha agregado la alemana, que ha indicado que tales cuestiones se abordarán en la propuesta con el tema de recursos propios para "poner el presupuesto en una trayectoria estable de financiación".
El marco financiero plurianual para el periodo de entre 2021 y 2027 está dotado de 1,1 billones de euros. Lo cierto es que la idea de aumentar las aportaciones al presupuesto comunitario no gusta a todos los Estados miembro. La dotación económica que la UE ha proporcionado a Ucrania y el alza de precios han dejado el presupuesto comunitario sin mucho margen de maniobra para enfrentarse a imprevistos. No ayuda tampoco, el alza de los costes de endeudamiento, derivados de la subida de tipos de interés del Banco Central Europeo para contener el alza de precios.
Es precisamente el alza de tipos de interés lo que ha dejado los cálculos de la Comisión Europea desfasados. Si el Plan de Recuperación se basa en pedir dinero prestado a los mercados, las cuentas del Ejecutivo comunitario contemplaban un escenario de tipos más bajos de los actuales. Pero la política monetaria emprendida por la institución presidida por Christine Lagarde ha aumentado la partida de la UE prevista para cubrir tales costes en el presupuesto comunitario entre el 2021 y el 2027.
No es que la idea de aumentar la contribución de los Estados miembro al presupuesto comunitario guste a todo el vecindario del bloque. Tanto Países Bajos como Alemania manifestaron la semana pasada en Luxemburgo su oposición ante tal decisión. Lo hizo la ministra de Finanzas de Países Bajos, Sigrid Kaag, al señalar que su Gobierno tuvo que hacer ajustes "por primera vez en año" y "recortar en costes", una decisión que espera, también, por parte de la Comisión Europea.
Por su parte, el ministro de Finanzas alemán, Christian Lindner, no se mostró precisamente proclive a que los países de la UE tengan que realizar contribuciones adicionales al presupuesto de la UE. En su lugar, se inclinó por redistribuir las partidas económicas de otros programas ya en marcha.
Este debate entre países uno de los más complejos. Ya no sólo por posturas enfrentadas entre aquellos partidarios de recortar el gasto y aquellos que abogan por más manga ancha, sino porque cada Estado miembro trata de sacar el mayor rendimiento con la menor contribución.
En esta diatriba, la ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño fue clara al señalar que España no apoyará "ninguna revisión a la baja de los programas más importantes para nuestro país de la Política Agrícola Común y los Fondos Estructurales". Y fue tajante en su postura "no es el momento de parar o volver atrás".
Más recursos propios
Como parte de la revisión del presupuesto comunitario de 2021 a 2027, la Comisión Europea ha presentado una propuesta para crear la próxima generación de recursos propios que se basará en los beneficios empresariales. No será, sin embargo, "un gravamen a las compañías sino una contribución de los Estados miembro", ha puntualizado en rueda de prensa el comisario de Presupuesto, Johannes Hahn.
Esta nueva fuente de recursos propios comunitaria está previsto que aporte 16.000 millones de euros al año. Se calculará como el 0,5% de la base teórica de beneficios de las compañías. Sin embargo, no se trata de un tributo a las compañías ni incrementará los costes de las empresas, será una contribución a nivel nacional, que deberán pagar los Estados miembro y se basará en el superávit operativo de los sectores financiero y no financiero.
La medida que, según Bruselas, contribuirá a equilibrar la cesta de recursos propios y diversificar las fuentes de ingresos del presupuesto comunitario, será temporal y depende del visto bueno de todos los Estados miembro para que salga adelante.
Esta nueva fuente de recursos para el presupuesto de la UE se sumaría al paquete de recursos propios que la Comisión Europea planteó en 2021 en el marco financiero plurianual. Uno de sus pilares de financiación se obtiene de los beneficios obtenidos del comercio de emisiones, otro se obtiene de los recursos del mecanismo de ajuste de carbono en frontera. Por último, la tercera fuente de financiación procede del acuerdo gestado en el seno de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), concretamente le pilar 1 que se fija sobre los beneficios residuales de las multinacionales en los Estados miembro.
