Pese a que el objetivo último de la política fiscal es conseguir llevar la deuda y el déficit a niveles inferiores del 60% y el 3%, la Comisión Europea advierte de riesgos a medio plazo para el pasivo español. En un análisis más detallado Bruselas observa que la ratio de deuda pública continuará en niveles "elevados" a medio plazo.
Aunque la senda proyectada hasta 2029 dibuja una trayectoria a la baja, la previsión del Ejecutivo comunitario es que, en el 2033, la deuda española se sitúe en niveles del 106% del PIB. En todo caso, Bruselas considera que España tiene "espacio para acciones correctivas".
En un paso más, la Comisión Europea se refirió a la deuda pública y privada como uno de los principales riesgos para el desequilibrio de la economía española. En su análisis, considera que los niveles de endeudamiento privado, público y externo son "elevados", pese a que han experimentado un descenso en los últimos diez años.
La previsión es que las ratios de deuda pública y privada en España continúen en descenso este año, aunque a un ritmo más lento, debido al empeoramiento de las previsiones macroeconómicas y el endurecimiento de las condiciones financieras. Además, tales recortes seguirán supeditados a la evolución de los mercados energéticos, así como a posibles cortes de suministro en este segmento.
En todo caso, parece que las proyecciones apuntan a una senda de descenso de la deuda pública, tras el parón que ha supuesto la pandemia, impulsado por el crecimiento económico que permitió cerrar el 2022 con una contracción hasta el 113,1%. Si bien continúa siendo elevada, por encima de los niveles prepandémicos, apunta la Comisión Europea en su análisis, proseguirá con reducciones moderadas en 2023 y 2024 gracias a las reformas e inversiones del Plan de Recuperación.
Entre los principales riesgos para su evolución, Bruselas apunta a la subida de tipos de interés, los costes vinculados a la asistencia sanitaria y un sistema de pensiones presionado por el envejecimiento de la población.
Por otro lado, la deuda externa ha resultado favorecida por una cuenta corriente en superávit durante los últimos diez años, pese que la caída de la actividad en el sector turístico y el alza de los precios de la energía han redundado en un peor rendimiento.
Sin embargo, el Ejecutivo comunitario ha puesto de relieve que España ha avanzado en la reducción de vulnerabilidades relacionadas con una deuda externa e interna elevada, en un contexto de altos niveles de desempleo.
Bajos ingresos fiscales
En relación a los ingresos fiscales, Bruselas considera que son "relativamente bajos" en relación al PIB y que la recaudación vinculada al empleo es la que aporta una mayor contribución. En 2021, los ingresos fiscales de España se situaron por debajo de la media de la UE, pese a que aumentaron un 1,4% en relación al año anterior.
No obstante, la Comisión Europea ha puesto en valor que los ingresos públicos en los dos últimos años han experimentado tasas de crecimiento de dos dígitos, aunque no está clara la naturaleza de estos aumentos y esto podría lastrar la mejora del déficit público en los próximos años.
La Comisión Europea considera que el rendimiento del sistema fiscal debe ser observado en el contexto de un alto ratio de déficit y deuda pública. En este marco, para aumentar los ingresos fiscales propone utilizar más bases imponibles a las distintas rentas del trabajo y aplicar el principio de "quien contamina paga".
Por otro lado, la Comisión Europea ha hecho hincapié en que los ingresos de los impuestos a la propiedad fueron relativamente altos tanto en relación al PIB como los ingresos fiscales totales, aunque los ingresos de los impuestos recurrentes sobre la propiedad se aproximan más a la media comunitaria.