Economía

El comercio internacional se adentra en una nueva era: la quinta etapa de la globalización

  • La ralentización se ha producido tras la crisis financiera mundial
  • Está surgiendo un modelo más centrado en el comercio regional

A lo largo de la historia económica del mundo, el comercio internacional ha experimentado grandes cambios. Desde el Fondo Monetario Internacional (FMI) han dividido esta evolución en cinco eras: 1870-1914 (Revolución Industrial), 1914-1945 (guerras y proteccionismo), 1945-1980 (Tipos de cambio fijos-Bretton Woods), 1980-2008 (la gran liberalización o hiper-globalización) y la que han bautizado como slowbalization, el periodo que abarca desde 2008 hasta hoy que se considera la quinta era de la globalización.

En este sentido, la slowbalización o ralentización de la globalización que se ha producido tras la crisis financiera mundial se ha caracterizado por una desaceleración prolongada en el ritmo de reformas y apertura comercial y el debilitamiento del apoyo político al libre comercio en medio de crecientes tensiones geopolíticas. Las rondas de aranceles entre Estados Unidos y China, la ruptura de varios tratados de libre comercio que se estaban negociando o la propia guerra de Ucrania están frenando la globalización.

"Eso no quiere decir que el mundo deja de ser más global, al contrario, la globalización sigue adelante, pero a una menor velocidad si lo comparamos con el periodo anterior", señala Iván Girela Estudillo, docente de INEAF Business School. Así, continúa, "la crisis del coronavirus y la guerra ruso-ucraniana nos han demostrado que la globalización hace que las diferentes naciones sean dependientes las unas de las otras. Y aunque a priori esto no es malo, si que puede ocasionar tensiones políticas, especialmente cuando nos encontramos con una relación comercial descompensada".

¿Un mundo más regional?

Según un análisis de Morgan Stanley Research, está surgiendo un modelo mucho menos global y menos interconectado, más centrado en el comercio entre actores regionales y aliados. "Aunque los efectos completos de esta slowbalization tardarán años en manifestarse, el proceso ya está en marcha. Países como México, India, Vietnam y Turquía podrían beneficiarse, al igual que varios sectores clave, incluida la defensa y la ciberseguridad", aseguran los expertos de Morgan Stanley.

De hecho, desde la entidad creen que antes del estallido de la pandemia de la Covid-19 ya se estaba produciendo esa desaceleración en la globalización tal y como la conocemos como consecuencia de los cambios en las preferencias de los consumidores, un mayor poder adquisitivo en los mercados emergentes y la irrupción de los aranceles, las crecientes dudas en la inversión extranjera y una mayor sensibilidad en torno a la seguridad nacional ligada al comercio de tecnología.

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, también se ha referido a esta tendencia: "En medio de numerosos y fuertes choques geopolíticos, los gobiernos y las empresas están tratando de reducir estas vulnerabilidades. Evidentemente, es demasiado pronto para saber cómo y en qué medida estos intentos afectarán las tendencias de globalización, pero parecen estar cambiando de dependencia a diversificación, de eficiencia a seguridad y de globalización a regionalización".

En este sentido, con la pandemia se popularizaron conceptos como la regionalización de las cadenas de valor, la producción de proximidad, la necesidad de una mayor diversificación de suministradores, así como de mantener mayores niveles de stocks. Una realidad que la guerra entre Rusia y Ucrania ha acrecentado.

Como ya indicaba el Real Instituto Elcano el año pasado, "la guerra va a intensificar los cambios en las cadenas globales de valor: acortamiento, regionalización, diversificación de suministradores, etcétera. También acarreará importantes cambios en la estructura sectorial de las economías: se impulsará el gasto en defensa, energías renovables, ciberseguridad, transporte y logística". Además, señalaban, "es muy posible que en el futuro los países democráticos den prioridad a sus relaciones con países que tengan valores similares, que respeten las normas y los acuerdos".

Para Michael Zezas, director de investigación de políticas públicas y estrategia municipal de Morgan Stanley Research, la situación derivada de la guerra va a impulsar a los gobiernos y a las empresas "a invertir sustancialmente en la relocalización dentro de los propios países y hacia países aliados".

Aunque todo parece indicar que estamos ante un cambio de la globalización que no tiene vuelta atrás, los expertos piden cautela. En los últimos años han sido muchas las ocasiones en las que se ha anunciado un giro radical a los modelos establecidos que nunca ha llegado a producirse.

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