
La UE tiene una importante cita durante esta semana. Será a partir del martes que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, viajarán juntos a Pekín para reunirse con el presidente chino Xi Jinping. Una cita que llega cargada de simbolismo tras las crecientes tensiones entre la UE y el gigante asiático y una transformación en el escenario geopolítico que tensa las relaciones también con Estados Unidos. De hecho, la alemana hizo un llamamiento la pasada semana a reducir los riesgos con el país, aunque sin desvincularse de él.
Son muchos los elementos que sobrevuelan el encuentro pero la reciente visita del líder chino a su homólogo ruso, Vladimir Putin, en Moscú ha arraigado recelos en el seno comunitario sobre el rol que pretende jugar China. No en vano, en un discurso el pasado jueves, la jefa de la Comisión Europea advirtió de que la forma en la que el país asiático interaccione con Putin "determinará las relaciones que tenga con la UE".
La presidenta de la Comisión Europea sentó las bases, en este alegato, de lo que será su postura en su visita de esta semana, con Ucrania como punto central pero también las tensiones económicas a flor de piel. Y si la propuesta de paz de China sobre el conflicto en Ucrania no ha tenido un buen encaje por parte del gobierno de Volodimir Zelenski, Von der Leyen salió a recordar que "cualquier plan de paz que consolide la anexión de Rusia, no es un plan viable".
Fuentes comunitarias detallaron que no se trata de la primera vez que un jefe del Ejecutivo comunitario viaja con un jefe de Gobierno de un Estado miembro en una visita a un país. De hecho, el líder galo equiparó la visita la que hizo el entonces jefe de la Comisión, Jean-Claude Juncker, cuando el presidente francés y la excanciller alemana, Angela Merkel, recibieron al presidente chino Xi Jinping en París en 2019. Aunque fue Macron quien invitó a la presidenta de la Comisión Europea a acompañarle en este viaje al gigante asiático, la alemana no formará parte de la visita de Estado del presidente galo.
El revuelo de China en la UE se puede percibir por las múltiples visitas de líderes comunitarios. El aterrizaje de Macron y Von der Leyen se produce solo una semana más tarde del paso del del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por el país para abordar la guerra de Ucrania con la defensa del plan de paz de Zelenski. Y en las semanas siguientes le seguirán la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y el Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior, Josep Borrel.
La guerra de Ucrania y la negativa de China a condenar la agresión militar de Rusia no ha hecho más que acrecentar las tensiones entre Oriente y Occidente. Pero las tiranteces de la UE con el gigante asiático se revelan también por otros flancos. No hay que olvidar que Bruselas viene tildando al país, desde el año pasado de "rival sistémico".
El pasado diciembre, la Comisión Europea anunció que denunciaría a China ante la Organización Mundial del Comercio por dos cuestiones: las restricciones comerciales a Lituania y las restricciones a las patentes de tecnología de la UE.
El caso lituano se remonta a 2021, cuando China empezó a aplicar medidas discriminatorias y coercitivas contra las exportaciones de Lituania en represalia por la apertura de una oficina de comercio en Taiwán. Por la parte de las patentes, la denuncia comunitaria se refiere a los impedimentos planteados por los tribunales chinos cuando las empresas europeas han presentado denuncias por apropiación ilegal por parte de la industria china, entre ellas las relativas al 5G.
Las tiranteces se reflejan también en el reciente veto aplicado por las instituciones comunitarias a Tik Tok, que prohibiieron el uso de la red social en los dispositivos móviles de los empleados. Una decisión en la línea de la aplicada también por la Administración estadounidense y que tiene que ver con las sospechas de occidente de que la compañía contribuiría a la recopilación de datos para los servicios de inteligencia del Partido Comunista.
Con todo este telón de fondo, la líder de la Comisión Europea pidió a los Estados miembro ser más "audaces" frente a China. También les instó a coordinar sus políticas frente al país asiático para evitar la fragmentación y la escisión entre países de la UE. Porque hay un cambio en la postura de país, según advirtió: "China se está volviendo más represiva hacia adentro y más asertiva hacia el exterior".