En 2021, los flujos de dinero provinientes de la Unión Europea hacia países exteriores al territorio comunitario, denominados como transferencias personales, alcanzaron los 37.700 millones de euros netos; un 11% más que durante 2020. Según la estadística publicada por Oficina Europea de Estadística (Eurostat), la mayoría de estos movimientos se producen por personas migrantes hacia sus países de origen.
Desde 2015, la tendencia ha ido aumentando año a año. En estos siete ejercicios la cantidad de dinero que sale de la UE hacia otros territorios se ha incrementado un 47%. Dado que las entradas se han mantenido constantes, el saldo negativo es cada vez mayor para la Unión frente a países no pertenecientes a esta, que alcanzó los 24 700 millones de euros de saldo negativo en 2021.

Antes de la aparición del Covid-19, entre 2015 y 2019, la tasa de crecimiento de los flujos de salida superaban con margen al crecimiento anual del Producto Interiro Bruto (PIB) del territorio comunitario, indicando unas condiciones favorables del mercado laboral para trabajadores migrantes, estacionales y transfronterizos. A causa de esto, un mayor número de personas probaron suerte en Europa y estos flujos crecieron un 9,2% durante este periodo. En comparación con las salidas, las entradas tuvieron una tasa de crecimiento promedio significativamente más baja del 4,6 %.
Con la llegada de la pandemia, en 2020, fue necesario aplicar medidas económicas de contención que afectaron a todas las economías y mercados de trabajo del territorio europeo que resultaron en que todas las tasas de crecimiento sufrieron un desplome durante este año.
Ya en 2021, después de que las tasas de crecimiento del PIB de la UE (-4,0%), las salidas (-2,7%) y las entradas (-3,8%) pasasen a ser negativas, la Unión volvió a la senda del crecimiento, por lo que que las salidas la tasa de crecimiento (9,1 %) se mantuvo por encima de las del PIB de la UE (7,9 %) y las entradas (6,1 %).
Para Eurostat, "acercándonos, las transferencias personales transfronterizas y los flujos de ingresos pueden analizarse en un contexto bilateral, en el que la proximidad geográfica podría desempeñar un papel importante. Por ejemplo, en 2021, Francia observó importantes corredores con todos sus países vecinos que representaban flujos de entrada significativos, sobre todo del trabajo fronterizo y estacional de los residentes franceses en Suiza (15 500 millones de euros), Luxemburgo (6 800 millones), Alemania (2 500 millones) y Bélgica (2 100 millones); mientras que Francia registró las mayores salidas de transferencias personales a Marruecos (2.600 millones de euros).