Economía

Los libaneses recurren a las criptomonedas para pagar la compra ante la escasez de efectivo

  • Utilizan tether, una stablecoin vinculada al dólar estadounidense
Libaneses frente a un cajero. Foto: Europa Press

El Líbano lleva sumido en una crisis económica desde finales de 2019. Esta situación se ha agravado en los últimos años por culpa de la pandemia, la inflación -que en septiembre alcanzó el 162% interanual- y al hecho de que tienen limitada la retirada de su propio dinero del sistema bancario libanés. El resultado es una economía hundida que se mueve mayoritariamente en efectivo, algo que tampoco abunda. Ante esto, los ciudadanos están pagando los alimentos con criptomonedas.

En concreto, los libaneses están utilizando tether, una stablecoin conocida como USDT y vinculada al dólar estadounidense. Los ciudadanos cobran por sus trabajos independientes en bitcoins, parte de los cuales luego intercambian por tether utilizando la plataforma FixedFloat. Una vez tienen esta criptodivisa, acuden a un grupo de Telegram para cambiarlos por dinero de EEUU. Las transacciones a través de esta red social van desde los 30 dólares hasta los cientos de miles de dólares.

El otro canal para intercambiar criptodivisas por monedas fiduciarias es una red de operadores en ventanilla, muy similar al sistema hawala. Este método paralelo a los sistemas bancarios permite las transferencias internacionales y puede mover millones de dólares en todo el mundo. Lo habitual es que solo participen en esta operación un emisor, un receptor y dos personas intermediarias, señala BBC. En el caso de los libaneses, utilizan este entramado para intercambiar las divisas digitales minadas dentro del mismo Líbano por dólares estadounidenses. Por estos servicios, los mineros piden una comisión del 1%.

Otros libaneses, en cambio, han optado por utilizar directamente la stablecoin para pagar en restaurantes, cafeterías y tiendas de electrónica, así como en ciertos hoteles y agencias de viajes. En teoría, la ley libanesa prohíbe aceptar divisas digitales como método de pago, pero, en la práctica, "el Gobierno tiene problemas mucho más grandes que preocuparse por algunos establecimientos que admiten criptodivisas", señala un usuario a CNBC. Para los ciudadanos, supone ahorrarse las posibles comisiones de los intercambiadores de criptomonedas y el tener que quedar con un extraño, mientras que, para los propietarios, es una forma de esquivar la enorme inflación de la lira libanesa.

En la actualidad, el Líbano ocupa el segundo puesto sólo por detrás de Turquía en cuanto a volumen de criptomonedas recibidas entre los países de Oriente Medio y el Norte de África. A nivel mundial, se encuentra en la posición 56, según una investigación de Chainalysis.

Roban a los bancos su propio dinero

Por otro lado, hay quién no ha tenido más remedio que atracar a punta de pistola -real o incluso de juguete- una sucursal bancaria para llevarse su propio dinero.

Los primeros casos de robo con arma de verdad se dieron en agosto. Desde entonces, se ha disparado el número de libaneses que han decidido tomarse la justicia por su mano, ya sea con rifles, réplicas de armas y pistolas de perdigones. "La gente está desesperada", aseguraba en septiembre Fouad Debs, cofundador de la Unión de Depositantes, un grupo de abogados y activistas que presionan por los derechos de los depositantes.

Sali Hafiz es una de las libanesas que recurrió a esta vía para recuperar su dinero, el cual necesitaba para pagar el cáncer de su hermana. Hafiz logró sacar 13.000 dólares de su cuenta, cuando las retiradas de efectivo están limitadas a 400 al mes.

En respuesta, los bancos de Líbano anunciaron el cierre indefinido de sus sucursales. No obstante, se comprometieron a seguir "garantizando sus servicios a través de cajeros automáticos para particulares y el servicio de clientes para las empresas", según el documento de la Asociación de Bancos de Líbano (ABL) al que tuvo acceso Europa Press en octubre.

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