Economía

Rafa Guijosa: "La toxicidad no la provoca la exigencia, sino la aceptación de las normas"

  • "Si no gestionamos bien a las personas del equipo hablaremos de derrota"
Rafael Guijosa, ex-jugador de balonmano y responsable de la Formación en Empresas en RGC Consultoría de RRHH
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Rafael Guijosa (Alcalá de Henares, 1969) es un legendario jugador de balonmano de aquel FC Barcelona que gano 5 Copas de Europa consecutivas, y de la Selección Española con quien conquistó 5 medallas, 2 de ellas olímpicas, nombrado mejor jugador de balonmano del mundo en 1999, y Medalla de Oro de la Real Orden del Mérito Deportivo. Ahora también aportando experiencias en el mundo de la empresa desde la perspectiva de las personas, es responsable de la Formación en Empresas en RGC Consultoría de RRHH.

¿Cómo es Rafa Guijosa?

Pues me definiría como una persona muy normal de estrecha vinculación con el mundo del deporte profesional. Durante una fantástica etapa de mi vida fui jugador profesional de balonmano, consiguiendo cosas muy importantes, para luego pasar a ser entrenador y formador. Tengo un compromiso muy grande conmigo mismo en el sentido de estar en continua preparación y formación para encontrar mi mejor versión, y creo que eso soy capaz de contagiárselo a las personas con las que trabajo.

¿Qué es RGC?

RGC Consultoría de RRHH es una consultora especializada en la detección y desarrollo del talento. Basamos gran parte de nuestro trabajo en la capacidad para desgranar el perfil competencial de una persona a través de herramientas propias, detectar sus puntos fuertes y áreas de mejora así como su potencial y desarrollo a futuro, siendo capaces además de desarrollar a esas personas al máximo.

¿Qué es el liderazgo inspirador?

Un concepto ciertamente interesante que me gusta definir como ese líder que no necesita una posición de poder o autoridad para liderar. Una persona que lidera, que convence con el ejemplo y no necesita imponer, que seduce con su actitud ante la adversidad, que calma y genera seguridad, y que motiva tan sólo con su forma de sentir su profesión y lo transmite sin necesidad de hablar.

¿Qué ha sacado de su experiencia como profesional del deporte?

Que las pequeñas cosas son muy importantes, los pequeños detalles marcan grandes diferencias y que no puedes hacer grandes cosas si no eres capaz de hacer bien las pequeñas. El deporte profesional me ha enseñado una forma de vida que me exige evaluarme a cada instante para saber que estoy en el camino adecuado. Cada día, cada acción, cada trabajo que hago siempre tiene un componente de análisis y de evaluación. Si quieres conseguir un objetivo en la vida, hay un proceso para todo, pero principalmente debes tener claro que hay que trabajar duro para alcanzar tus metas y que la palabra clave es la 'ilusión' por conseguirlo y no la obligación de hacerlo o el 'miedo' al fracaso. El deporte profesional me ha hecho ver que no siempre se puede ganar, que realmente en el Alto Rendimiento somos perdedores, porque no siempre ganamos. Ganar es una consecuencia de un buen trabajo, de hacer las cosas bien, del momento adecuado, del factor suerte, y otros muchos factores que pueden influir. Que perder forma parte del juego, y me ha enseñado a levantarme de cada derrota mucho más fuerte. He aprendido a disfrutar de las vitorias y a aprender de las derrotas.

"Un líder inspirador no necesita una posición de poder para inspirar, convence con el ejemplo"

¿Cuáles son los beneficios de llevar los métodos de alta exigencia deportiva al ámbito empresarial?

Básicamente dar a conocer cómo nos enfrentamos a diferentes situaciones difíciles que requieren de una buena capacidad de liderazgo en un mundo tan exigente como el empresarial. Cómo solucionamos los problemas, gestionamos los conflictos y buscamos soluciones tomando decisiones en ocasiones con poco tiempo. Aportamos que nos preparamos para ser los mejores cada día, trabajamos para ganar aunque no siempre se consiga. El reto es intentarlo y dar todo lo mejor de uno mismo. Aprendemos y transmitimos a la empresa que el esfuerzo y el proceso por conseguirlo es más importante que el resultado, y por ello siempre ofrecemos el 100% de nuestras capacidades y aptitudes. Hacemos ver y transmitimos que ganar es el resultado de hacer las cosas bien, tener suerte y que tu rival, la competencia, no sea mejor que tú en algún momento. Que sólo serás vencido cuando tu rival sea mejor, algo que aprendemos y enseñamos a aceptar, pero nunca porque no hayas todo lo que tienes. Esa motivación por ser mejor, por conseguir tus metas, por ganar a tu competencia, es algo con lo que el deporte profesional vive cada día, y el no estar en esa línea, el acomodarse, relajarse, confiarse es el camino más corto para el fracaso. Cierto que hay muchos sectores en el mundo empresarial que son tan exigentes o más, de eso se trata también, llevando los métodos del alto rendimiento deportivo a la empresa conseguir esa reciprocidad y ser capaces de trasladar las herramientas de la máxima exigencia del mundo empresarial al deporte profesional.

¿Tanta exigencia y competitividad no pueden generar tóxico?

Quizás haya más exigencia y competitividad en el mundo empresarial, y quizá la diferencia esté en los valores que se transmiten. Lo tóxico no lo provoca la exigencia si no la no aceptación de las normas del grupo, el no aceptar que alguien del grupo pueda ser mejor, que la competencia pueda tener más recursos y mayor potencial, o no saber perder. Nosotros enseñamos a gestionar esas situaciones y emociones para que la competitividad y la alta exigencia se lleve de una forma natural en el día a día y que no se vea como algo negativo. Que se entienda el estrés como una parte más del juego con la que hay que convivir y que eso nos haga ser diferentes.

"Los pequeños detalles marcan grandes diferencias, sino no puedes hacer grandes cosas"

¿El concepto 'Victoria vs Derrota' no puede generar el efecto contrario al deseado y que el equipo se 'venga abajo' mentalmente?

Si no se gestiona bien a las personas que forman un equipo y se generen unas expectativas difíciles de alcanzar, siempre que hablemos de derrotas o no conseguir objetivos el equipo se 'vendrá abajo'. Esa es una de las principales virtudes de un buen líder y que aplicamos en nuestras formaciones, ser capaz de marcar objetivos alcanzables pero ambiciosos, sacar el máximo rendimiento a tu equipo de trabajo y no permitir nunca que el resultado altere su trabajo. Ni hundirse y venirse abajo por la derrota, ni acomodarse, relajarse o 'venirse muy arriba' por la victoria o los éxitos.

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