
La Unión Europea es el segundo socio, tras China, del Mercado Común del Sur (Mercosur). Es por eso que en 2019 se suscribió un acuerdo de libre comercio entre ambas regiones, tras dos décadas de negociaciones, pero desde entonces, está estancado y pendiente de ratificación por parte de los países firmantes.
El clima político no era el idóneo para llevarlo a cabo ya que, por parte de la Unión Europea, varios países se resistieron a ratificarlo ante la preocupación de las agresivas políticas medioambientales de algunos de los socios de Mercosur, como es el caso de Brasil.
Bolsonaro defendía la explotación de los recursos minerales en territorios pertenecientes a indígenas y, al entrar en el poder en enero de 2019, los índices de deforestación y los numerosos incendios en el Amazonas se dispararon y eso echó para atrás a muchos miembros de la UE a la hora de llevar a cabo este acuerdo comercial.
Pero ahora, tras la victoria de Lula, Bruselas espera "avanzar" en el tratado de libre comercio. Así lo explicó el vicepresidente económico de la Comisión Europea y el responsable de Comercio, Valdis Dombrovskis. El dirigente aseguró que desde Bruselas "estamos preparados para hablar con el nuevo Gobierno cuando tome posesión y discutir sobre el modo de avanzar".
Además, la Unión Europea ultima una propuesta para incluir una cláusula de garantías para la lucha contra la deforestación y el cumplimiento de los acuerdos de París. De hecho, el Alto Representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, dijo que se presentaría antes de finalizar el año para ayudar a la ratificación del tratado.
Hay que recordar que Brasil es la cabeza de Mercosur en el número de exportaciones. En concreto, en 2021 (en el último informe emitido por el mercado común) el 74% de las materias comercializadas hacia el exterior de Mercosur procedía de Brasil, seguidas muy de lejos por Argentina (19%), Paraguay (1%) y Uruguay (2%). Por tanto, el peso de la economía brasileña sobre esta unión es considerable y sin el visto bueno de esta nación, el acuerdo no se llevará a cabo, que es lo que ha sucedido hasta ahora con el líder ultraderechista Bolsonaro. El expresidente mantuvo una opinión muy proteccionista al respecto acusando a la UE de querer acelerarlo porque "quieren importar alimentos de Brasil" debido a la sequía y la crisis de los cereales provocada por la guerra de Ucrania.
Pero ahora, con Lula en el mandato, Bruselas ve el camino más allanado para volver a retomar el acuerdo del libre comercio entre ambas regiones. Durante la campaña, el líder del Partido dos Trabalhadores (Partido de los Trabajadores) se mostró "favorable en reabrir las negociaciones" con la UE sobre el acuerdo comercial para renegociar los términos, ya que considera que los actuales "no fomentan la reindustrialización de Brasil", dijo.