Economía

Tres españoles, entre los ganadores del reto de Santander X 'Countdown to zero'

  • Junto a F1 reconocen empresas que contribuyen a la sostenibilidad del sector
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Este reto global forma parte de un acuerdo de colaboración de varios años entre Banco Santander y Fórmula 1, que se ha marcado el objetivo de cero emisiones netas para el año 2030. Su principal propósito es apoyar y reconocer nuevas empresas innovadoras que están ayudando a mejorar la sostenibilidad de la industria de la automoción.

Más de 600 emprendedores de 11 países han participado en el reto Santander X Global Challenge Countdown to Zero, incluyendo negocios de Alemania, Argentina, Brasil, chile, EEUU, España, México, Portugal, Polonia, Reino Unido y Uruguay. Los seis proyectos ganadores de esta edición se darán a conocer durante el Gran Premio de F1 de Ciudad de México.

Tres de las compañías galardonadas son de España (Cedrion, H2SITE y Zeleros); y de las tres restantes, dos son de Reino Unido (Concrete4Change y Staxy) y una de Alemania (Ucaneo).

'Scaleups' españolas

Las empresas españolas galardonadas pertenecen a la categoría scaleups. Unas compañías con características muy similares a las startups, pero que, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), protagonizan un ritmo anual superior a un 20% en facturación o número de personas empleadas, a lo largo de los tres ejercicios anteriores.

Cedrion ha sido galardonada gracias al desarrollo de dispositivos de refrigeración silenciosos, más pequeños y más ligeros, para la electrónica de a bordo de los coches eléctricos.

"Normalmente, para generar viento se utiliza algo que se mueve, como las palas de un ventilador. Pero nosotros sometemos al aire a una descarga eléctrica muy fuerte y lo rompemos. Es decir, arrancamos electrones de las partículas del aire y, de esta manera, generamos iones que aceleramos, creando, así, viento solo con electricidad y lo dirigimos a una fuente de calor, refrigerándola", explica Enrique Medina, CEO de Cedrion.

"Nuestros dispositivos son más eficientes y mucho más ligeros y compactos que los sistemas tradicionales. Menos peso significa menos consumo y eso mejora las prestaciones del coche en general", añade Medina.

Por su parte, H2SITE ha sido seleccionada por su tecnología capaz de producir hidrógeno renovable in situ para pequeñas y medianas empresas. Esta compañía resuelve el problema del alto coste que supone transportar y almacenar el hidrógeno renovable una vez se ha producido.

"H2SITE soluciona este problema evitando transportar el hidrógeno como tal. Nos apoyamos en moléculas con cadenas logísticas conocidas que transformamos en hidrógeno puro en el punto de consumo y con eficiencias muy elevadas", indica José Antonio Medrano, director técnico de H2SITE. 

Además, remarca como "frente a un escenario de dependencia del gas natural para la producción eléctrica y el calentamiento, la tecnología de H2SITE permite diversificar el abastecimiento de hidrógeno. Si bien la electricidad producida en suelo español a través de renovables es la vía preferida, el hidrógeno producido habrá de ser almacenado o bien en forma de moléculas, o bien en las redes de distribución y transporte"

Zeleros, que produce y suministra vehículos hyperloop para el transporte de pasajeros y mercancías, viajando a ras de suelo y a una alta velocidad, con cero emisiones directas, es la tercera compañía española premiada.

Estos vehículos son cápsulas que viajan a través de levitación por tubos a muy baja presión, y pueden alcanzar hasta 1.000 Km/h.

"Hyperloop es un medio de transporte sostenible que no genera emisiones directas", comenta David Pistoni, CEO de Zeleros, y subraya que "los costes de instalación por kilómetro de la infraestructura necesaria son equiparables a los de una vía de tren de alta velocidad".

La propuesta de Zeleros, explica Pistoni, "consiste en desarrollar el hyperloop más escalable, a partir de dos propuestas diferenciales que consisten en dos puntos principales: primero, que la mayoría de la tecnología esté directamente integrada al vehículo y, por otro lado, que la baja presión de los tubos sea equiparable a las presiones a las que viaja la aviación comercial (y no presión espacial). De esta manera, se reducen los costos de infraestructura y se acelera el camino a la certificación para poder viajar de forma segura".

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