Economía

Más de 700.000 trabajadores denuncian ser discriminados en España

  • La principal causa es el género
  • Un 66% de los afectados no quiere detallar la causa
  • Los inmigrantes y sus descendientes sufren más problemas

La Ley del Silencio empieza a resquebrajarse. Más de 700.000 españoles reconocen abiertamente ser discriminados en su trabajo. Supone el 3,7% del total de los ocupados, un porcentaje un punto inferior a la media de la Unión Europea. Seis de cada diez personas que hacen esta denuncia son mujeres.

La Oficina Europea de Estadísticas (Eurostat) acaba de publicar los resultados de un estudio con datos de 2021 sobre la 'autopercepción' de la discriminación entre los ciudadanos de los 27 países de la UE. La investigación es relevante porque la mayoría de estas situaciones no llega a traducirse en una denuncia formal.

Esto parece extenderse a los resultados del estudio. Aunque se pregunta específicamente si la discriminación es por género, nacionalidad o etnia, edad o discapacidad, es decir, se enumeran las causas más comunes, un 66% de los afectados en España marca la casilla de 'otras razones', doce puntos más que la media europea.

Esta opacidad impide profundizar en las causas de la discriminación, aunque los datos de los que sí lo hacen da indicaciones claras: la primera razón es el género, seguida por la nacionalidad, una cuestión que afecta incluso a trabajadores hijos de los inmigrantes nacidos en España.

Buenos datos relativos

En principio, la comparativa europea apunta a que la discriminación laboral no es un problema tan grave en España como en las principales economías europeas y de los países nórdicos. Pero al tratarse de una estadística de percepciones, esto no tiene que ser necesariamente positivo.

Y es que también puede interpretarse que la tolerancia a este tipo de situaciones es mayor en nuestro país. A ello apunta que el dato de España quede por encima de Grecia y de varias economías de Europa del Este, con un mercado laboral mucho más precario.

La diferencia de género, como comentábamos, es abultada. El 58% de las personas que sufre una situación de discriminación es mujer, 416.200, frente a 300.000 hombres.

La brecha se sitúa así en el 33,8%. Ello pese a que, según los datos de Eurostat, en España hay menos trabajadoras que trabajadores, un 14,3% menos.

Por llamativo que resulte, este dato también se sitúa en la media de la UE 27, donde la brecha de discriminación alcanza el 44,3% y la de empleo el 14,1%.

De esta forma, principal razón de discriminación entre los españoles que concretan una es, con diferencia, el género. Aunque aquí la diferencia, como es lógico, es muy abultada entre ellos y ellas: casi 100.000 mujeres responden sufrirlo, frente a 11.600 hombres.

Le sigue en importancia la discriminación por origen. En este caso, hay que tener en cuenta que los datos incluyen tanto a trabajadores nativos como a inmigrantes. También hay que recordar que su peso sobre el total de la ocupación es relativamente reducido, ya que solo suponen un 14% del total de la ocupación según los datos de Eurostat.

Esto implica que su peso proporcional es elevado. De hecho, explica el 47% de la discriminación total que sufren los inmigrantes como los hijos de extranjeros.

En este sentido, resulta llamativo que estos trabajadores protagonizan el 25% de los casos de denunciados, en España con independencia de la causa concreta.

Sin embargo, su comportamiento en el resto de supuestos de discriminación es similar al de los nacionales en la discriminación por edad, e incluso inferior en el caso de la atribuida al género. 

Por último, la discriminación por edad parece tener poco impacto entre los trabajadores, si bien hay que tener en cuenta que este problema se manifiesta con más intensidad a la hora de planificar despidos y de contratar trabajadores más que en las plantillas en activo.

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