
Los asalariados del sector público a jornada completa trabajan una media de 37,6 horas semanales en España, por debajo de la media europea y entre cuatro y tres horas menos que en países como Austria, Suecia y Alemania.
Esta cifra, recién actualizada por Eurostat con datos del segundo trimestre, se refiere a los empleados de las administraciones públicas, sin incluir a los profesionales de la educación o la sanidad.
El análisis revela que los funcionarios a jornada completa trabajan el menor número de horas de la Unión Europea después de los finlandeses y holandeses.
En lo que respecta a los que trabajan a media jornada, la situación no solo no mejora respecto las grandes economías europeas, sino que la brecha se hace más elevada: los españoles trabajan de media tres horas menos a la semana que la media de los empleados públicos de la UE y Alemania. Pero la distancia se amplía a 6 horas con los suecos y a 5 con los holandeses.
Sin embargo, las horas trabajadas en la jornada parcial española superan a la de los eslovenos, chipriotas, finlandeses, griegos y daneses.
Pero la diferencia más relevante con el resto de Europa es, precisamente, el peso del empleo a tiempo parcial en el sector público.
La ilusión de la jornada parcial
En España, el 3% de los empleados públicos trabajan a media jornada, según Eurostat. La media europea es del 12% y en Alemania alcanza el 23%, en Suecia el 7% y en Países Bajos el 27%.
Esto tiene un efecto estadístico relevante: al analizar la media global de horas semanales trabajadas, España aparece mejor situada en el ránking europeo (incluso en la media de la zona euro) de lo que realmente le corresponde si se analizan por separado a los trabajadores en cualquiera de los dos tipos de jornada.
Así, por ejemplo, la jornada media semanal agregada de todos los trabajadores es del 37,1% y supera a Alemania, Italia, Francia o Finlandia, pese a que es estos cuatro países los funcionarios trabajan más horas semanales que en España, con independencia del tipo de jornada.
Se trata de una 'ilusión' provocada por el efecto composición del muy diferente peso del empleo a tiempo parcial en el sector público.
Esta precisión es relevante en un momento en el que la negociación entre los sindicatos de empleados públicos y el Ministerio de Hacienda tienen entre sus ejes, además de la subida de sueldos, la "recuperación de derechos" como la jornada de 35 horas semanales, 2,6 horas menos que la efectiva en el segundo trimestre.
La limitación de la jornada a 37,5 horas fue establecida por el Gobierno de Mariano Rajoy en sus medidas de ahorro de las Administraciones con motivo de la crisis de deuda hace una década. Pero ni el cambio de Gobierno ni el nuevo panorama económico han llevado a que se levantara este tope. Hasta ahora.
A un año de las elecciones, el Ejecutivo está dispuesto a dar el paso y ha aceptado la propuesta de los trabajadores, junto a un paquete de mejoras para la promoción interna, la movilidad y el acceso.
Los datos de Eurostat muestran también la diferencia entre el sector público y el resto de la economía. En términos generales, el empleo público a tiempo completo es el segundo que menos horas trabaja de media a la semana, después de la educación y seguido por la sanidad.
Ambos tienen un elevado peso del empelo público, aunque las estadísticas de Eurostat, como las del INE, los computan en otra categoría.
Así, un funcionario a jornada completa trabaja seis horas menos que un agricultor o un camarero, aunque trabaja cerca de tres horas más a tiempo parcial. En cualquier caso, el peso del mismo entre los funcionarios es mucho más reducido.