
La derecha italiana, favorita en las elecciones generales italianas de este domingo, no tiene un único adversario. El frente amplio que se había construido alrededor de la alianza entre el socialdemócrata Partido Democrático (PD) y el populista Movimiento 5 Estrellas (M5E) durante la pandemia, se rompió en pedazos con la crisis del Gobierno de Mario Draghi. Ahora el PD, la principal fuerza del centroizquierda que en los sondeos se sitúa justo detrás de Hermanos de Italia, el partido de Giorgia Meloni, se presenta a los electores en una alianza con pequeñas formaciones ambientalistas y de izquierdas.
El M5E, en cambio, ha vuelto a acentuar las propuestas populistas e intenta recuperar votos después de la caída en las encuestas de los últimos años. En el centro hay una pequeña coalición liberal, liderada por el antiguo primer ministro Matteo Renzi y por el antiguo titular de Desarrollo Económico Carlo Calenda que se ha puesto como objetivo alcanzar el 10% y devolver a Mario Draghi a la presidencia de Gobierno, a pesar de la clara negativa del banquero a repetir como primer ministro.
Bajo la sombra de Draghi
A pesar de no haber conseguido sellar un acuerdo de coalición, algo que allana el camino a Meloni, el programa económico tanto de la coalición liberal como del PD se funda en la agenda de Draghi, es decir, en la continuidad con las políticas del Ejecutivo liderado por el expresidente del BCE, sobre todo en lo que concierne a la estabilidad de las cuentas públicas y las buenas relaciones con Bruselas.
Por parte de socialdemócratas y liberales no se trata solo de mantener la coherencia con el apoyo al Gobierno saliente, que fue sacudido por la crisis política abierta por el M5E y rematado por la Liga de Matteo Salvini y Forza Italia de Silvio Berlusconi que no le confirmaron la confianza. Significa también intentar aprovechar la enorme popularidad que Mario Draghi sigue gozando en el país. El banquero es el líder italiano más valorado por los sondeos con una popularidad del 62%.
Pero hay una contradicción aparente entre la enorme aprobación de los italianos hacia el primer ministro saliente y las encuestas que dan a Meloni, su principal opositora, como ganadora. "Una gran parte de los que valoran positivamente a Draghi votarán sin embargo por Meloni. En la política de hoy cuentan más los líderes que los programas. Y Meloni genera confianza incluso en muchos que apoyaban al Gobierno del expresidente del BCE", explicó a elEconomista Giovanni Diamanti, fundador de la agencia de análisis política YouTrend, durante un encuentro con los corresponsales en Milán.
Ayudas a jóvenes y empresas
El PD y los liberales habían sellado un pacto de coalición durante las primeras semanas de campaña electoral: al fin y al cabo tanto Renzi como Calenda fueron miembros destacados del Partido Democrático antes de formar su propio movimiento. Sin embargo, el desencuentro sobre la alianza con ecologistas y partidos de izquierda hizo quebrar el acuerdo, a pesar de que las dos coaliciones presentan programas complementarios entre sí.
El socialdemócrata PD propone la reducción de la carga fiscal para los trabajadores, de manera que puedan tener el equivalente de un mes adicional de salario al año; la reducción de las cotizaciones a la Seguridad Social para la contratación de personas con menos de 35 años; la introducción de un salario mínimo interprofesional (SMI) que en Italia todavía no existe, en consonancia con la exigencia de la CE.
El Partido Democrático prevé también introducir ayudas al alquiler para los jóvenes y "pensiones de garantía" para quien en el futuro no obtengan un nivel mínimo de cotización a la hora de jubilarse. Además, promete cambiar el actual sistema de pensiones introduciendo más flexibilidad para las jubilaciones a partir de los 63 años, aunque "manteniendo el actual equilibrio financiero del sistema".
Renzi y Calenda
La coalición liberal de Renzi y Calenda antepone la aplicación "sin peros ni excusas" del plan de recuperación aprobado por el Gobierno de Draghi y guiña el ojo a las empresas: cero impuestos para las empresas jóvenes, exención fiscal para los premios de productividad, ayuda a las inversiones tecnológicas. Además, los liberales piden completar las liberalizaciones que han sido bloqueadas por la derecha de Meloni y Salvini.
Renzi y Calenda piden también introducir un "impuesto negativo" sobre el "modelo anglosajón", lo que según sus promotores debería incentivar la búsqueda de empleo y superar la actual renta básica aprobada por el Movimiento 5 Estrellas durante su etapa en el Gobierno.