
La Comisión Europea quiere prohibir los productos que producidos con algún tipo de trabajo forzoso. El ejecutivo comunitario ha presentado este miércoles la propuesta legislativa para que la UE no pueda importar estos productos. Por el momento se trata de una propuesta, que gobiernos y parlamento deben negociar y aprobar.
El movimiento llega después que en junio Estados Unidos prohibiera todas las importaciones de la provincia china de Xinjiang, donde se acumulan las acusaciones de violaciones de derechos humanos desde torturas a trabajos forzosos de minorías como los uigures.
Sin embargo, Bruselas evita cualquier referencia concreta en su legislación y fuentes europeas no se cansan de remarcar que no se busca "centrarse en ninguna zona geográfica concreta", sino que se tratará de una prohibición general, que afectará incluso productos producidos dentro de la UE.
Tensiones con China
Pero se espera que inevitablemente regiones de China y otros países de Asia sean las más afectadas por esta legislación una vez pueda entrar en vigor. La Comisión, pero, evita apuntar al gigante asiático directamente, en un movimiento que inevitablemente tensará todavía más unas relaciones ya complicadas.
La propuesta cubre todo tipo de productos. Según recuerda el comunicado de la Unión Europea, se calcula que hasta 27,6 millones de personas viven en condiciones de trabajo forzoso, ya sea impuesto por sectores privados o públicos. Para esta propuesta, Bruselas se basa en la definición de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y deja en manos de las autoridades nacionales la potestad de aplicar las normas. Estas autoridades podrán ordenar la retirada del mercado de ciertos productos una vez se haya hecho un análisis de "riesgo" "robusto" en base a la información que faciliten terceras partes, como por ejemplo organizaciones internacionales.
Estas autoridades podrán decidir empezar investigaciones sobre el proceso de producción de productos de los cuales tengan sospechas fundamentadas y pedir información a las partes implicadas o llevar a cabo inspecciones. "Esta propuesta marcará la diferencia para actuar contra la esclavitud moderna", declaró el vicepresidente económico de la Comisión, Valdis Dombrovskis. Para las pequeñas y medianas empresas, Bruselas prevé un asesoramiento personalizado para que puedan implementar las medidas en función de sus capacidades.
"En la geopolítica actual, cadenas de suministro seguras y sostenibles. No podemos mantener un modelo de consumo insostenible", declaró a su vez el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton