Economía

Los riesgos para la salud de retrasar la edad de jubilación: Fedea pide un modelo más flexible

  • Las condiciones de trabajo de los individuos antes de la jubilación influyen
  • La carga física y psicosocial pueden influir en una mortalidad anticipada
  • Fedea propone la jubilación parcial o flexible como solución al problema
Foto: iStock

Retrasar la edad de jubilación, una opción a la que sucumben cada vez más gobiernos para prolongar la vida laboral y mantener las economías, puede tener efectos nocivos para la salud. Es la conclusión de un estudio publicado por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), que advierte, no sin matices, de que atrasar la salida del mercado laboral podría aumentar el riesgo de morir antes de cobrar la pensión.

La fundación ha analizado la reforma de las pensiones en España y ha comparado la evolución (en términos de salud) de individuos que comenzaron a cotizar al sistema de Seguridad Social antes del 1 de enero de 1967 y después de esa fecha, cuando se modificó la edad de jubilación anticipada, cuya solicitud se retrasó de los 60 a los 65 años (salvo circunstancias particulares).

Según la investigación de Fedea, los trabajadores que comenzaron a cotizar después de enero de 1967 "tienen 2,5 puntos porcentuales más de probabilidad de morir antes de solicitar una pensión". Sin embargo, hay que tener en cuenta muchos factores.

Las condiciones de trabajo de los individuos antes de la jubilación son indisociables a las conclusiones del estudio 'El impacto de la edad de jubilación sobre la mortalidad'. El texto apunta a que el riesgo de fallecimiento afecta más a las profesiones más exigentes físicamente y a aquellas más expuestas al estrés emocional y mental.

Las variables física y psicosocial

Fedea, que argumenta su análisis en la escasez de estudios en esta materia, analiza diferentes variables que pueden incidir en el "efecto perjudicial" de retrasar la jubilación. Una de ellas es la carga física, que aumenta la mortalidad para los trabajadores de sectores con alta intensidad de accidentes laborales.

Otra, la carga psicosocial, encuentra un incremento del riesgo de morir antes de jubilarse para los trabajadores sometidos a estrés mental y social. Más en detalle, el riesgo de muerte entre los 60 y los 69 años es 5,3 puntos porcentuales superior para las personas con trabajos de alta carga psicosocial, mientras que en el caso de los trabajadores con profesiones de baja carga psicosocial es de 3,6 puntos porcentuales.

La autovaloración en el trabajo y el nivel de cualificación son las otras dos variables estudiadas por Fedea. El informe arroja que el reconocimiento laboral y la sensación de logro afecta a las probabilidades de morir antes en caso de retrasar la jubilación. En esta variable, el riesgo de muerte aumenta entre los profesionales de sectores que se sienten poco realizados y poco reconocidos.

La fundación también advierte que el retraso de un año en la salida el mercado laboral incrementa el riesgo de morir en 6,6 puntos porcentuales entre los trabajadores "de cuello azul", como obreros, operarios o mecánicos. En otras profesiones, ese riesgo es de 3,2 puntos.

Jubilación parcial o flexible, solución propuesta

El riesgo de mortalidad se reduce, según el informe, en el caso de los trabajadores que cuentan con acceso a mecanismos de jubilación parcial y pueden reducir sus horas de trabajo a partir de determinada edad. De hecho, indican que esta opción puede incentivar a los trabajadores a permanecer más tiempo en el mano de obra sin perjudicar su salud.

En este sentido, Fedea propone combinar la jubilación flexible con el aumento de la edad legal de jubilación como "una buena política para mitigar el coste" que supone para el sistema sanitario público, así como permitir la jubilación anticipada en los sectores agotadores física o mentalmente.

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