Economía

El ambicioso y complicado plan de Canadá para duplicar la construcción de viviendas

Imagen de la ciudad de Toronto. Foto: iStock

En Canadá no paran de darle vueltas al tema de la vivienda. Y no es para menos, ya que el aumento de los precios, más del 50% en los últimos dos años, se ha convertido en uno de los principales problemas políticos del país. A esto hay que sumarle otros factores, como una oferta limitada de viviendas, un alto nivel de inmigración, actividad de los inversores y tasas de interés extremadamente bajas.

Dada esta situación, cada vez es más complicado que las familias más jóvenes encuentren una casa en la mayoría de las grandes ciudades, como Toronto o Vancouver. Ante esto, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, tomó la primera medida que tiene como objetivo estabilizar los precios del mercado inmobiliario, y para ello ha prohibido a la mayoría de los extranjeros realizar inversiones masivas.

Impulsar la oferta fue la pieza central del plan de vivienda establecido en el presupuesto de primavera del gobierno de Trudeau. El primer ministro señaló que Canadá ha promediado alrededor de 200.000 nuevas viviendas anuales en los últimos años y se comprometió a "duplicar nuestra tasa actual de nuevas construcciones durante la próxima década".

Hay casi 300.000 unidades en construcción en todo Canadá, en comparación con las 240.000 de hace dos años

"Es muy ambicioso. Diría que será igualmente desafiante lograrlo, simplemente porque el sector de la construcción ya está operando más o menos a plena capacidad", indicó Robert Kavcic, economista senior de BMO Economics. "Y ya estamos construyendo un número récord de viviendas en este país", advirtió. En estos momentos, y tal y como muestran los datos del gobierno, hay casi 300.000 unidades en construcción en todo Canadá, en comparación con las 240.000 de hace solo dos años.

Canadá tiene el número más bajo de unidades de vivienda por cada 1.000 residentes de cualquier nación del Grupo de los Siete, y eso ha ido en declive debido al crecimiento de la población, impulsado por la inmigración, según indicaron economistas del Bank of Nova Scotia en un informe el año pasado.

Todo esto es algo que sigue sin convencer a los analistas, sobre todo porque la mano de obra cualificada en la industria de la construcción es escasa. Entonces, ¿dónde están los trabajadores? Según argumentó el ministro de Vivienda, Ahmed Hussen, "la inmigración es una de las herramientas para abordar la falta de oferta de vivienda adecuada, porque muchos inmigrantes cualificados están llegando a través de nuestras políticas de inmigración inteligentes para ayudarnos a construir".

Pesimismo entre los expertos

Avery Shenfeld, economista jefe de CIBC World Markets, no tardó en poner en duda la viabilidad del plan dadas las limitaciones laborales. "Sin un plan de inmigración específico que convenza a los jóvenes residentes a considerar usar un martillo en lugar de un ordenador, continuaremos luchando para aumentar la oferta lo suficiente como para permitir que más canadienses sean dueños de su propia vivienda". 

Canadá está construyendo "mucho y no lo suficiente", declaró William Strange, profesor de análisis económico y política en la Universidad de Toronto a CTV News. "Llevamos décadas metidos en esta situación y no vamos a salir de ella en seis meses". En este sentido, Mike Moffatt, director senior de políticas e innovación del Smart Prosperity Institute, cree que "en este momento, nuestras políticas de inmigración están más orientadas a atraer trabajadores de cuello blanco que trabajadores de cuello azul".

Por su parte, la ministra de Finanzas de Canadá, Chrystia Freeland, no se dejó intimidar ante las voces de los analistas. "Vamos a hacer todo lo que dijimos que vamos a hacer", le instó a los periodistas el pasado jueves cuando se le preguntó sobre el desafío de cumplir con el plan. "Una población en crecimiento necesita un suministro de viviendas en aumento", aclaró la ministra.

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