El gobierno finlandés de Sanna Marin ha planteado una nueva ley que permita a los trabajadores consultar lo que ganan sus compañeros si sospechan que están siendo discriminados. La medida forma parte de un paquete legislativo para reducir la brecha salarial entre mujeres y hombres.
El gobierno de Sanna Marin, formado por cinco partidos, ha presentado una polémica medida a patronal y sindicatos para tratar de terminar con la brecha de género en los salarios. La diferencia de sueldos por desempeñar el mismo puesto de trabajo se ha convertido en un serio problema en Finlandia.
En concreto, de media un hombre gana más de un 17% que una mujer. El porcentaje está muy por encima de la media de la OCDE, que se sitúa en el 12,5%. Finlandia es el séptimo país con mayor desigualdad dentro de los estados desarrollados. En Europa solo le superan países como Estonio o Letonia.
Una de las medidas estrella es la transparencia en los salarios. Pero la principal organización de empleadores, la Confederación de Industrias Finlandesas (EK), está en contra de ella. "Hacer obligatoria la publicación de información detallada sobre los salarios individuales conduciría a la curiosidad general y al deterioro del ambiente laboral", explican a Reuters.
El Gobierno lleva trabajando desde noviembre para desarrollar el marco legal de las medidas destinadas a reducir la brecha salarial. La patronal abandonó el grupo de trabajo por la rapidez con la que se estaban proponiendo cambios a la ley. Esta medida está prevista que entre en vigor para 2023 como proyecto de ley. La confederación de empresarios siguen defendiendo que la medida no debería ser obligatoria.
Los sindicatos de trabajadores denuncian retrasos en ley y reclaman resortes legales para que se vaya más allá de la transparencia anunciada. "Cerrar la brecha requiere un cambio de actitudes y, por lo tanto, es necesario cambiar la ley para cambiar la cultura", denuncia Katarina Murto, directora de Akava, uno de los principales sindicatos del país.