Las finanzas personales pueden ser todo lo complejas que se quieran, pero también existen pequeñas reglas que nos ayudan a tener una idea de cómo están nuestras cuentas, y si entre las patas de ingresos, gastos y ahorros hay algo que falla.
La regla conocida regla del 50/30/20 -una de las más populares- preconiza que hay que ahorrar el 20% de los ingresos netos de los que dispongamos. Pero no siempre es tan sencillo, por supuesto. Hay veces en las que nuestra economía no es tan boyante y los gastos fijos pueden comerse esta idea de ahorro. Pero cuando tenemos una situación más o menos controlada, lo conveniente es parar a mirar cuánto estamos gastando cada mes.
La regla 50/30/20 para ahorrar
Según la popular regla 50/30/20, se debería reservar el 50% de un presupuesto para lo esencial, como el alquiler, hipoteca o la comida, el 30% para otros gastos y al menos el 20% para ahorros.
Estamos de acuerdo con la recomendación de ahorrar el 20% de los ingresos mensuales. Pero no siempre es tan sencillo sugerir el porcentaje adecuado en función de los ingresos.
Si, por ejemplo, contamos con unos ingresos elevados, sería conveniente que mantuviéramos los gastos bajos y ahorrara un porcentaje mucho mayor de estos.
Por otro lado, si ahorrar el 20% de los ingresos se vuelve muy complicado, o incluso imposible en este momento, hay que tener en cuenta que es mejor ahorrar algo que nada.
¿Por qué el 20%?
Llevando esto a un caso práctico, de unos ingresos de 1.000 euros al mes extraeríamos directamente para ahorrar 200 euros. De unos de 2.000 euros, 400; o 600 en el caso de que ingresáramos 3.000.
La senadora Elizabeth Warren popularizó la llamada "regla del presupuesto 50/20/30" (a veces denominada "50-30-20") en su libro All Your Worth: The Ultimate Lifetime Money Plan.
Según su idea inicial, ahorrar este 20% tiene como objetivo contar en primer lugar con un fondo de emergencia, para después seguir ahorrando para conseguir objetivos (cambiar de coche, de móvil) y cubrir imprevistos.
La importancia de un fondo de emergencia
Los expertos suelen recomendar tener suficiente dinero ahorrado fondo de emergencia para cubrir entre tres y seis meses de gastos de subsistencia. Por ejemplo, si nos quedamos sin trabajo, y que este fondo vaya por delante de, por ejemplo, otro tipo de ahorro destinado a comprarnos un coche o hacer una reforma.
Si alguna vez se utilizan los fondos de emergencia, la primera asignación de ingresos adicionales debe ser para reponer esta suma.