Economía

Bruselas estrecha el cerco a los 'bancos zombis' para forzar las reestructuraciones

Neelie Kroes, comisaria europea de Competencia. Foto: Archivo

La Comisión Europea ultima un nuevo documento para lidiar con la crisis bancaria. La nueva doctrina del Ejecutivo comunitario pretende guiar las reestructuraciones de los bancos que se mantienen con vida gracias a la respiración artificial en forma de subsidios públicos, y aclarar las exigencias de Bruselas al respecto. El informe debería estar finalizado a mediados de abril.

La liberal Neelie Kroes, comisaria europea de Competencia, ha ido aprobando a lo largo de los últimos seis meses el grueso de las ayudas públicas diseñadas en las capitales de los 27 países de la Unión Europea para evitar quiebras desordenadas de bancos en el club comunitario.

Pero su aprobación de los planes de rescate lleva siempre una condición: los bancos deben devolver a las arcas públicas las ayudas a los seis meses de haberlas recibido o, si aún las necesitan para sobrevivir, deben presentar planes de reestructuración que garanticen que a largo plazo son viables e independientes de Papá Estado.

El plazo se agota

Ahora que se han cumplido seis meses desde la quiebra de Lehman Brothers y su honda expansiva a lo largo y ancho del planeta bancario, Kroes acaba de advertir que "el reloj avanza hacia el final del plazo". Es decir, los bancos que peor parados salieron de las turbulencias financieras y bursátiles del pasado otoño y que tuvieron que recurrir al amparo público para apuntalar su solvencia, tienen que presentar de manera inminente sus planes de reestructuración si quieren que Bruselas siga autorizando la intervención estatal.

Según las recientes declaraciones de Kroes, Bruselas ha aprobado unas cincuenta ayudas de Estado, aunque no todas condicionadas a una futura reestructuración de las entidades beneficiadas. Los bancos que han recibido apoyos para paliar la escasez de liquidez no estarían sometidos a unas exigencias que tienen en su punto de mira a las entidades con problemas más de fondo, es decir, problemas de solvencia que han requerido de un rescate urgente. Los primeros bancos que han pasado por la criba de Bruselas han sido el británico Northern Rock y varias entidades regionales alemanas, que quedaron tocados y casi hundidos ya en verano de 2007.

La comisaria Kroes ha reiterado en sus intervenciones públicas de las últimas semanas la necesidad de reestructurar y liquidar los bancos zombies para poner fin a la crisis de confianza generalizada en el sistema bancario internacional, recuperar el funcionamiento normal del mercado del crédito, y poner así las bases para salir de la recesión que sufre la economía real. Kroes también se ha posicionado en contra de las fusiones de bancos en apuros, asegurando que de la unión de dos pavos no sale un águila.

El primer banco que ha agotado el plazo de seis meses de manera dudosa ha sido el franco-belga Dexia. La Comisión Europea le abrió la semana pasada una investigación en profundidad al dudar de que su dirección y los Gobiernos de Francia y Bélgica hayan elaborado un plan de reestructuración que garantice de verdad y a largo plazo la supervivencia de la entidad sin necesidad de recurrir al dinero del contribuyente.

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