
La recuperación en Estados Unidos pierde impulso y sin más estímulos en el horizonte la actividad económica se desinflará en el último trimestre del año. Esta semana, Goldman Sachs redujo a la mitad, del 6% al 3%, sus perspectivas de crecimiento para el PIB en los últimos tres meses de 2020 ante la falta de consenso en el Capitolio. JPMorgan ha hecho lo propio rebajando hasta el 2,5% sus proyecciones mientras desde Citi consideran que sin un nuevo flotador fiscal, el impulso económico borrará entre 1 y 3 puntos porcentuales.
"Estamos reduciendo aún más las probabilidades de obtener un estímulo adicional de entre 1 y 1,5 billones de dólares que parecía bastante probable en julio", señalaba Michael Feroli, economista jefe de JPMorgan en Estados Unidos, en una nota a sus clientes. Su aviso coincidió con las informaciones que apuntan que los demócratas en la Cámara de Representantes presentarán la próxima semana un nuevo proyecto de ley en busca de un nuevo plan de estímulo por valor aproximado de 2,4 billones de dólares.
La medida que se está redactando es sustancialmente menor que el proyecto de 3,4 billones de dólares que el Congreso ya aprobó en mayo, pero se espera que contenga algunos de los mismos elementos, así como fondos adicionales para las necesidades que, según la presidenta de la Cámara, la demócrata, Nancy Pelosi, han surgido en los últimos meses.
De hecho no se descarta que una votación sobre la propuesta, que incluiría de nuevo extender los beneficios por desempleo, pagos directos a los ciudadanos, préstamos para pequeñas empresas y ayudas para las aerolíneas, tan pronto como la próxima semana.
De esta forma los demócratas buscan ahora que tanto el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, como el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, impulsen en otro billón de dólares, la oferta de la Administración Trump, de aproximadamente 1,3 billones.
Cabe recordar como los republicanos en el Senado puso sobre la mesa un proyecto de ley reducido de alrededor de un billón de dólares en julio no logró llevar a un avance bipartidista. Tampoco lo hizo la propuesta edulcorada posterior de entre 350.000 y 500.000 millones de dólares que ni siquiera contó con apoyo en la Cámara Alta, donde los republicanos cuentan con una mayoría simple.
"Tanto Pelosi como Mnuchin han manifestado su voluntad de regresar a las negociaciones, pero no está claro que ninguno de ellos haya cambiado significativamente su postura" reconoce Andrew Hollenhorst, economista de Citi. Desde su punto de vista si no se vota un proyecto de ley de estímulo antes de las elecciones, es probable que se alcance un acuerdo fiscal en los meses posteriores a la cita con las urnas. "Un retraso restará entre 1 y 3 puntos porcentuales del PIB real anualizado en cuarto trimestre", añade.
Durante múltiples comparecencias esta semana en el Capitolio, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, entre otros expertos económicos, advirtió que la economía podría verse afectada sin más estímulos fiscales.
Si bien EEUU ha disfrutado de varios meses de un fuerte crecimiento del empleo tras el fin de los confinamientos, la tasa de desempleo todavía se mantiene en el 8,4%. El Departamento de Trabajo indicó el jueves que las solicitudes iniciales de desempleo aumentaron levemente a 870.000 la semana pasada.
Las elecciones del próximo 3 de noviembre se perfilan cómo el factor que hace mella en cómo y cuando aprobar un nuevo estímulo. Entre 28 y 43 de los legisladores demócratas en la Cámara de Representantes se enfrentan la reelección en distritos que son competitivos o donde el margen con el respectivo contrincante republicano se reduce en las próximas semanas.
Los republicanos necesitan sumar 20 escaños más para retomar el control del Congreso. Si los demócratas se ofrecen a cooperar pero los senadores republicanos se resisten, estos últimos asumirán la culpa de cualquier acuerdo fallido y de la consiguiente agitación financiera arriesgando así su mayoría simple en la Cámara Alta.