La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, pronunció este miércoles su primer discurso sobre 'el Estado de la Unión' en el Parlamento Europeo en Bruselas. Nadie esperaba la épica o la lírica de John Fitzerald Kennedy, cuando en su primer año prometió llegar a la luna para salir de una crisis económica y sacar pecho en el pulso que mantenía con Rusia. Europa se encuentra con un tablero parecido medio siglo después, aunque la presión es mucho más elevada. Pero en más de 80 minutos de discurso, la jefa del Ejecutivo comunitario no dejó ninguna medida de envergadura ni frase memorable. En parte, porque dirigir la Comisión no es comparable al poder del inquilino de la Casa Blanca. Pero también porque Von der Leyen no supo ni quiso aprovechar la ocasión.
La alemana, confirmada por la Eurocámara por un estrecho margen el pasado año, más bien dedicó su larga intervención a reforzar la senda marcada hacia una Europa más verde y humana, sobre todo aumentando la ambición con el 'Pacto Verde', la gran iniciativa de su mandato. Pero en su ruta, jalonada por una larga lista de iniciativas ya anunciadas, faltan muchos detalles. Y es en estos detalles donde la ambición europea se deshincha, donde las aspiraciones de la Unión se enmarañan, sobre todo en la batalla entre los Estados miembros.
Von der Leyen, la primera mujer que preside la Comisión, prometió que Europa liderará el camino hacia una "nueva vitalidad" tras la crisis del covid-19. Y en esta empresa jugará un papel importante la agenda 'verde'" europea. En este sentido, confirmó que propondrá incrementar el objetivo para reducir las emisiones de CO2 del 40% hasta al menos un 55% para 2030, tal y como ya se había filtrado a la prensa.
El impacto del coronavirus y el lugar de Europa en el mundo tras la pandemia fue el tema central de su discurso, junto con las prioridades "verdes" y "digitales" de su mandato. El virus "nos mostró cuán frágil es realmente nuestra comunidad de valores y cuán rápido se puede cuestionar en todo el mundo, e incluso aquí en nuestra Unión", apuntó.
Ante el deseo de los ciudadanos de superar esta incertidumbre, von der Leyen argumentó que "es el momento para que Europa lidere el camino desde esta fragilidad hacia una nueva vitalidad".
Para ello, algunas de las escasas novedades en su discurso llegaron en el sector de la salud, incluida la creación de una nueva agencia europea de investigación biomédica.
La primera prioridad, dijo, es superar la crisis. Europa puede hacerlo gracias a nuestro modelo económico, que describió como "sobre todo una economía humana" que nos protege, ofrece estabilidad y crea oportunidades y prosperidad.
Flojo plano económico
En el frente económico, la jefe de la Comisión enumeró las medidas ya tomadas contra la pandemia, como el mecanismo SURE para apoyar a los trabajadores o la flexibilidad introducida en las ayudas estatales y las reglas fiscales para facilitar el gasto de empresas y Gobiernos.
Pero no arrojó luz sobre sus planes para para financiar con nuevos impuestos el fondo de recuperación de 750.000 millones de euros, denominado 'Próxima Generación UE'. Solo recordó que la Comisión tiene la intención de presentar propuestas para una tasa digital y un impuesto al CO2 en la frontera.
Como ya hiciera el BCE o el Eurogrupo, apuntó que "definitivamente no es el momento" de retirar los estímulos presupuestarios. "Nuestras economías necesitan un apoyo continuo de nuestras políticas y será necesario lograr un delicado equilibrio entre brindar apoyo financiero y garantizar la sostenibilidad fiscal", opinó. Pero no apuntó dónde estará ese punto de equilibrio al vigilar los presupuestos nacionales.
Para Maria Demertzis, subdirectora del think-tank Bruegel, el contenido económico de su discurso fue "casi una repetición" de lo ya escuchado hasta ahora, aunque consideró "muy buena" la referencia a dedicar el 37% del fondo de recuperación a metas verdes.
Von der Leyen además dijo que la Comisión emitirá 225.000 millones de euros en 'bonos verdes' para financiar el fondo de recuperación, un 30% del total de 750.000 millones de euros del nuevo instrumento. De esta manera, la UE dará un impulso decisivo a este tipo de obligaciones en los mercados.
¿Y en geopolítica?
Von der Leyen fue más asertiva en el frente externo. Dedicó algunos de sus comentarios más duros a países que están erosionando los valores europeos en todo el mundo, especialmente China, Rusia y Turquía.
"A los que abogan por estrechar los lazos con Rusia, les digo que el envenenamiento de Alexei Navalny con un agente químico avanzado no es una excepción", dijo. Recordó los casos vistos en Georgia, Ucrania, Siria y Salisbury, y la intromisión de Rusia.en elecciones en todo el mundo. "Este patrón no está cambiando, y ningún gasoducto cambiará eso", agregó refiriéndose al proyecto North Stream II que le vinculará con Alemania, y que ha puesto a Berlín contra las cuerdas.
Los funcionarios de la UE ya esperaban que el frente exterior captara gran parte de la atención de su Comisión geopolítica durante los próximos meses.
En su largo discurso, von der Leyen enumeró muchas de las iniciativas que planea presentar este curso político, como la reforma migratoria la semana que viene, el primer informe sobre el Estado de Derecho en la UE, o la estrategia LGTBI, aunque ya avisó que no entraría en detalles. Tampoco aportó novedades en el campo de la nueva relación que quiere tejer con EEUU o el Reino Unido.
"No tiene una gran visión para el futuro de Europa"
"El discurso de Ursula von der Leyen revela una verdad incómoda: detrás del tono solemne y autocomplaciente, esta Comisión no tiene una gran visión para el futuro de Europa", opina Alberto Alemanno, profesor de Derecho de la UE en HEC París. "En un momento de transformación impuesta por el covid, los europeos merecen más que una 'lista de la compra' de iniciativas políticas", añadió.
Para Demertzis de Bruegel, el discurso "tuvo el tono adecuado, pero también ha creado grandes expectativas".
El centro-derecha, socialistas y liberales de la Eurocámara se mostraron en general satisfechos con el discurso de von der Leyen, aunque algunos eurodiputados echaron en falta más atención a los nuevos recursos propios necesarios para pagar el fondo de recuperación, o la Conferencia sobre el futuro de Europa, dos prioridades de la institución.
"No hay sorpresas, no hay muchas iniciativas nuevas y, lamentablemente, no hay un verdadero espíritu", comentó un diplomático europeo que pidió el anonimato. El mismo representante nacional explicó que von der Leyen fue vaga al hablar sobre la revisión del Pacto de Estabilidad y Crecimiento o la agenda digital, dos temas importantes para los próximos meses, y careció de ambición en el frente del Estado de Derecho.
Ignacio Molina, analista senior del Instituto Elcano, coincidió en que la alemana fue "algo decepcionante" en el tema del Estado de derecho.
Pero con todo, Molina valoró su intervención ya que hizo "un discurso político, ha sido humana en sus consideraciones sobre la pandemia y la economía, firme al mantener las prioridades de su mandato (Green Deal y Digital Agenda) a pesar de todo; y valiente en lo geopolítico hasta algo más allá de lo esperable".