Sindicatos y organizaciones estudiantiles de Francia instaron el lunes a celebrar una huelga general y manifestaciones el próximo 28 de marzo, con el objetivo de presionar al Gobierno para que retire una nueva ley de empleo que dicen creará inseguridad para una generación de jóvenes trabajadores.
"Todos los sindicatos hacen un llamamiento para que el 28 de marzo sea un día de manifestaciones, huelgas y paros en los trabajos", dijo Rene Valadon, secretario general de Force Ouvriere, tras una reunión con los principales sindicatos y grupos estudiantiles del país.
Se espera que el sector público se una a las convocatorias, pero no está claro cómo afectará la huelga al sector privado.
"En el sector público habrá una huelga de 24 horas y en el sector privado habrá paros flexibles en el trabajo", dijo Gerard Aschieri, de la Federación de Sindicatos Unidos.
A pesar de las protestas a nivel nacional del fin de semana, el primer ministro, Dominique de Villepin, ha permanecido firme en su respaldo a la ley del Contrato de Primer Empleo (CPE), pero también se ha mostrado dispuesto a dialogar para mejorarla.
El lunes mantuvo reuniones con estudiantes y empresarios para discutir sus preocupaciones y defender la ley.
El presidente francés, Jacques Chirac, respaldó el lunes a su primer ministro en la aplicación de la ley, que permite a los empresarios despedir a los trabajadores menores de 26 años por cualquier razón durante un período de dos años.
Chirac dijo que el CPE demostraba la voluntad del Gobierno para combatir el desempleo juvenil, que en Francia alcanza el 30 por ciento, más del doble de la tasa nacional.
"El desafío (...) es abrir un diálogo constructivo y de confianza, en un espíritu que puede permitir la mejora del CPE", dijo Chirac durante una rueda de prensa con el rey Abdulá de Jordania.
"Yo sé que ésta es la voluntad del primer ministro y del Gobierno y sólo puedo aprobarla", señaló Chirac.
La oposición a la ley ha provocado una crisis en el gobierno de Villepin, que podría afectar a su posibilidad de participar en las elecciones presidenciales del 2007 y dañar al partido UMP en el poder.
Los sondeos de opinión indican que su popularidad ha caído en las últimas semanas recientes y una encuesta dada a conocer el lunes por la organización BVA mostró que el 60 por ciento de los votantes franceses desean la retirada de la ley.
Los grupos estudiantiles y los sindicatos sostienen que el CPE crearía una generación de trabajadores 'desechables', sin seguridad laboral.