Economía

El ahorro a largo plazo pierde sus ventajas

Un jubilado se desplaza en un autobús público. Foto: Guillermo Martínez
Las figuras de ahorro a largo plazo han sido las grandes perdedoras de la reforma fiscal, que ha eliminado las ventajas comparativas que tenían respecto al resto de instrumentos de ahorro.

¿Cómo afectará a los siete millones y medio de personas que tienen en España un plan de pensiones la entrada en vigor de la reforma fiscal el 1 de enero ? ¿Es la reforma una oportunidad perdida para reforzar los incentivos al ahorro? ¿En qué se notará en las decisiones de los ahorradores la pérdida de ventajas de los seguros?

Las figuras de ahorro a largo plazo han sido las grandes perdedoras de la reforma fiscal, que ha eliminado las ventajas comparativas que tenían respecto al resto de instrumentos de ahorro.

A pesar de que son muchas las voces críticas y los temores en el ámbito de las reformas de pensiones, la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco) ve el nuevo Impuesto de la Renta con buenos ojos. Su presidente, Mariano Rabadán, cree que la reforma diseñada por Solbes y aprobada en el Congreso no conllevará, salvo excepciones, grandes cambios en cuanto a las aportaciones a los regímenes de pensiones.

Habrá que declarar todo

Hasta el 31 de diciembre, los menores de 53 años pueden realizar una aportación máxima de 8.000 euros a un plan de pensiones con desgravación.

A partir del 1 de enero, los menores de 50 años (se reduce, por tanto, tres años el mínimo) podrán aportar hasta 10.000 euros. Mientras, los mayores de 50 años tendrán la posibilidad de realizar aportaciones hasta los 12.500 euros.

Una cantidad que Rabadán considera "más que suficiente" y que permitirá a muchos contribuyentes seguir tributando por un tipo impositivo inferior al que le correspondería si no existiera esta desgravación.

No en vano, la posibilidad de reducir la base del IRPF que ofrece esta desgravación es uno de los motivos de que más de siete milones de contribuyentes hayan suscrito un plan de pensiones.

Trato menos favorable

A partir del 1 de enero de 2007 estas aportaciones bonificadas no disfrutarán de un trato tan favorable a la hora de cobrar y se computarán sin reducción alguna como rendimientos del trabajo.

De hecho, en lo que más se notará la reforma será en la desaparición de la reducción del 40 por ciento que el ya moribundo IRPF ofrece a la hora de cobrar de una sola vez las aportaciones realizadas a este instrumento de ahorro a largo plazo.

El nuevo IRPF elimina esta reducción (uno de los grandes incentivos creados por el PP para estimular el ahorro a largo plazo en lugar del ahorro especulativo) para las aportaciones que se realicen a partir del 1 de enero de 2007.

La ley respetará, no obstante, esa ventaja fiscal para todo el dinero que se haya aportado hasta el 31 de diciembre, que en la mayoría de los casos se metió en un plan de pensiones por su favorable trato fiscal.

Apurar hasta final de año

Eso sí, el nuevo IRPF establecerá la cautela de que ese plan de ahorro se haya creado antes del primero de enero de 2005 al objeto de evitar aportaciones repentinas con el único fin de aprovechar los beneficios fiscales de esta figura.

Los asesores fiscales ya se han lanzado a recomendar a sus clientes que apuren este año el límite máximo de aportación deducible a los planes de pensiones para optimizar las ventajas fiscales que se acabarán el próximo 31 de diciembre.

Este límite es de 8.000 euros anuales para los menores de 53 años, pero como se incrementa en 1.250 euros por cada año que se pase de esa edad puede ser de hasta 24.250 euros para un ahorrador que tenga 65 años.

Recomendaciones de los expertos

El consejo del Registro de Asesores Fiscales (Reaf) es que cuando cambie el año los ahorradores que tengan interés en alimentar un plan de ahorro previsión se pasen a los Planes Individuales de Ahorro Sistemático (PIAS), que permiten no pagar un euro a Hacienda a la hora de cobrar si se ha estado dotando durante más de diez años.

Para Inverco, los planes de pensiones individuales y los planes de pensiones asegurados constituyen "el mejor instrumento de previsión" de cara al futuro debido a que serán las dos únicas herramientas que, a partir del uno de enero, permitirán deducir en la base imponible. Su recomendación general: "Ahorrar desde el principio, aunque sea poco dinero y no dejarlo para los últimos años".

Los seguros, también perjudicados

Los seguros también se verán perjudicados con la nueva reforma. El Gobierno socialista ha eliminado la reducción que hacía que sólo se tuviera que tributar por el 60 por ciento de las primas cobradas por contratos de más de tres años y por el 25 por ciento, cuando éstos superaban los cinco años.

A partir del año que viene, si no se quiere pagar a Hacienda por las primas derivadas de contratos de seguros, habrá que reinvertirlas en un Plan Individual de Ahorro Sistemático, que se cobra como renta vitalicia.

El Reaf recomienda que si este ejercicio superamos los dos años en seguros, nos interesará retrasar el cobro a 2007 si nuestra base liquidable es superior a 26.316 euros, ya que el año que viene tributará a un tipo más bajo. En el caso de que el contrato tenga una duración superior a cinco años, la mejor opción sería cobrarlo antes de que termine 2006.

Unespa, patronal del sector asegurador, recuerda en todo caso que el régimen transitorio aprobado en la ley mantiene las ventajas actuales para todos los contratos de seguros suscritos antes del 20 de enero de 2006.

Además, critica la pérdida de incentivos al ahorro que supondrá la entrada en vigor de la nueva reforma.

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