Economía

La desaceleración de la economía española revive a las empresas zombies

  • El Banco de España simula un shock para evaluar si puede haber contagio
  • Dice que el tejido empresarial está más saneado que en 2008, pero...
  • ... las pymes y el sector de la construcción son los sectores más sensibles

El Banco de España informa sobre un repunte de empresas que no son capaces de generar beneficios suficientes para afrontar los gastos financieros. Este tipo de compañías son un lastre para la economía y pueden agravar aún más la coyuntura económica. El supervisor alerta de una caída generalizada de los beneficios y de la rentabilidad corporativa de las empresas españolas.

Por primera vez desde la salida de última recesión experimentada por la economía española crece el número de empresas que registran unas ratios negativas en rentabilidad. Es decir, no son capaces de generar ganancias. Para el Banco de España, que ha informado hoy sobre la información de la Central de Balances Integrada de empresas no financieras y en el que destaca que las sociedades con registros negativos en su rentabilidad aumentó en 2019, hasta el 25,3% en la del activo y hasta el 27,9% en la de los recursos propios, es una fuente de preocupación porque son empresas que van camino de la desaparición o, en el peor de los casos, de elevar su endeudamiento para seguir agonizando.

Son compañías que sin crédito barato es imposible que sobrevivan porque, básicamente, no generan suficientes recursos propios para cubrir sus gastos operativos. Solo tienen dos opciones cerrar o seguir endeudándose, generando más gastos vinculados a la deuda hasta que terminan asfixiadas. Algunos bancos centrales, incluido el banco de bancos centrales (BIS, por sus siglas en inglés), las definen como empresas zombies. El Banco de España, mucho más ortodoxo y delicado, las llama empresas vulnerables. En cualquier caso, las detectan del mismo modo, cuando ratio de cobertura de intereses, resultado ordinario entre gastos financieros, es inferior a uno en dos ejercicios empresariales consecutivos. La fórmula revela el grado de presión financiera que soporta una empresas y cuando baja del nivel mencionado entra en fase zombie.

Fuente: Banco de España

El origen de la epidemia se sitúa en crédito fácil. En pleno boom del crédito era muy fácil encontrar compañías, como constructoras e inmobiliarias, con alta necesidad de capital de refinanciar deuda para seguir creciendo. Pero no fue hasta la crisis de 2008 con los bancos centrales recortando los tipos de interés y fomentando el dinero barato, cuando las empresas zombies comenzaron a aumentar exponencialmente. Según la OCDE, la proporción de compañías que están muertas en vida pero continúan con su actividad se ha triplicado desde 2007 suponiendo alrededor del 10% de las empresas españolas.

"La caída de la rentabilidad de las compañías ha contribuido a un incremento en el porcentaje de empresas vulnerables así como en el volumen de deuda y en el nivel de empleo asociado a estas compañías", señala el informe del Banco de España. La capacidad de generar beneficios se ha visto reflejado en todos los indicadores empresariales que maneja el supervisor desde que comenzó 2019 en mitad de una intensificación de la desaceleración económica. De esta manera el Valor Añadido Bruto (VAB), que mide la diferencia entre las ventas y los gastos totales del tejido empresarial, ha pasado a crecer tan solo un 0,5%, frente al 3,7% registrado un año antes. En 2017, estaba creciendo al 5,7% en términos anuales.

Por su parte, el resultado ordinario neto (RON), que no tiene en cuenta los gastos, ingresos financieros, ni tampoco el pago de impuestos, descendió hasta septiembre un 1%, frente al crecimiento del 5,4 registrado en 2018. Los datos publicados por el Banco de España apuntan a que las empresas se enfrentan a la desaceleración económica con una caída de la demanda. Solo el sector de la energía se ha librado de recortar la rentabilidad y resultados. En particular destaca la contracción del 9% en el VAB de la industria. Esta evolución estuvo fuertemente influida por el descenso registrado en el subsector de refino de petróleo (35,2%), aunque también experimentaron caídas significativas los subsectores de fabricación de productos minerales y metálicos (19,5%), y de productos informáticos y electrónicos (18%). El resto de las ramas de actividad registraron aumentos del VAB; destaca la de energía, con un incremento del 6,6%, un punto superior a la cifra del año anterior. Finalmente, las ramas de comercio y de información y comunicaciones registraron los avances más moderados, del 1%.

A las empresas no les ha quedado más remedio que elevar la deuda ante la desaceleración

El desglose de la rentabilidad agregada por sectores revela que el de la energía fue el único en el que este indicador aumentó claramente en 2019: un punto porcentual, hasta situarse en el 5,1%. Las demás ramas de actividad, o bien mantuvieron registros similares (como la de información y comunicaciones), o bien  reflejaron descensos (por ejemplo, de casi dos puntos, tanto en el sector industrial, hasta situarse en un 6,4%, como en la rama de comercio y hostelería, hasta el 8,3%).

Todo ello en un contexto financiero muy favorable. El Banco de España subraya que los costes de financiación siguen disminuyendo. Lo que significa que debería haber sido más fácil para las empresas generar más rentabilidad. Pero lo único que ha conseguido es elevar el endeudamiento de las empresas que arrastraban problemas en años anteriores. El informe apunta que en el nivel de endeudamiento también ha habido un cambio de tendencia en los nueve primeros meses del año. Especialmente, en las empresas bajo presión financiera elevada.

Al Banco de España le preocupa, y mucho, este tipo de empresas ahogadas en los intereses de su deuda. Las empresas zombis son un lastre para la economía y todavía puede agudizar más la desaceleración. Son empresas pocos productivas, distorsionan el mercado y desvían el crédito y la inversión que debería ir empresas saneadas. También entorpecen la creación de empleo, ya que no generan nuevo, como mucho conservan a los empleados que tienen. El organismo ha realizado un ejercicio de estrés de cuál sería la evolución de este tipo de compañías.

Pruebas de estrés a las empresas zombies

Por un lado, ha proyectado una caída prolongada de beneficios al que se vivió a partir de 2008 hasta 2012 y, por otro, ha simulado un endurecimiento del crédito con dos subidas de tipos anuales consecutivas en dos años. Pese a reconocer que hay un repunte de este tipo de empresas, el Banco de España asegura que "el aumento sería sustancialmente inferior al que se hubiera observado al aplicar las mismas perturbaciones que en 2008". La entidad lo explica por una mejora en la resistencias de las compañías por el desapalancamiento del sector corporativo durante los últimos años, que ha hecho que las compañías sean ahora menos sensibles que entonces a evoluciones desfavorable de la economía y del entorno financiero. Además, destaca que la exposición del empleo a este tipo de empresas también se ha reducido y actualmente se sitúa en niveles de 2008.

Pese a reconocer una mayor resistencia, el supervisor bancario apunta a que especialmente sensible el segmento de las pymes y en el sector de la construcción. Y advierte que esta vez si hay un shock sobre una caída de los resultados, los tipos de interés apenas ofrecen margen para amortiguar el impacto con recortes en el precio del dinero.

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