Economía

Inversión en megatendencias: ¿qué nos aporta?

  • Permite descorrelacionar del ciclo económico y tener una visión a largo plazo
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Como inversores tenemos claro que una de las principales bases para crear una cartera de renta variable es la diversificación, que habitualmente abordamos mediante la selección de activos de diferentes áreas geográficas, sectoriales..., o mediante la selección de valores por su capitalización (small o big caps), o por estilos de gestión (empresas de crecimiento, empresas valor), etcétera.

En este caso irrumpe una forma diferente de diversificar una cartera de acciones, mediante la utilización de fondos que invierten en megatendencias. El concepto de megatendencia se define como "fuerzas estructurales de cambio que tienen consecuencias sociales, económicas y políticas"; es decir, hablamos de invertir en sectores o temáticas que van a marcar el crecimiento social o económico a largo plazo.

Para entenderlo con más claridad lo mejor son un par de ejemplos. El primero, muy comprensible por todos, es la transformación demográfica y, más en concreto, el envejecimiento de la población y el crecimiento demográfico (especialmente en los países emergentes).

Un ejemplo es la demografía: posicionarse en sectores relacionados con los servicios médicos puede ser interesante

Sobre el primero y, especialmente los españoles, sabemos lo que está ocurriendo con nuestra pirámide de población: crecen los estratos de mayores de 65 años en detrimento de la población más joven. ¿Cómo podemos beneficiarnos de esta macrotendencia? Posicionándonos en sectores y compañías cuyos resultados estén relacionados con la mayor demanda que se va a generar en servicios médicos (como las farmacéuticas o los hospitales, o incluso las ópticas), o en sectores como el turístico o el ocio, tan relacionados con los cambios en los hábitos de vida de este colectivo creciente.

En segundo lugar, hay otras macrotendencias menos conocidas por los inversores, como pueden ser la ciberseguridad, la robótica, la biotecnología o el sector del lujo, favorecido por el crecimiento de las clases medias y altas de los países emergentes, potenciales consumidores de estos productos.

Esta forma de seleccionar valores nos aporta varias ventajas. En primer lugar, una tendencia -como su propio nombre indica- ya nos lleva a observar su evolución con una perspectiva a largo plazo, y esto nos aleja de los peligros del cortoplacismo y las decisiones precipitadas provocadas por las fluctuaciones de los mercados a corto plazo.

Por último, este tipo de selección de valores, que en cualquier caso debe ser geográficamente global, nos permite descorrelacionar con la evolución del ciclo económico o con otros activos de renta variable que tengamos en nuestras carteras elegidos por criterios más tradicionales.

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