El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, informó a última hora del miércoles en Twitter que retrasará dos semanas el incremento de los aranceles del 25% al 30% sobre productos chinos por valor de 250.000 millones de dólares.
"A petición del viceprimer ministro de China, Liu He, y debido a que la República Popular de China celebrará su 70 aniversario el 1 de octubre, hemos acordado, como un gesto de buena voluntad, retrasar el incremento de los aranceles de bienes por valor de 250.000 millones de dólares (25% a 30%), del 1 al 15 de octubre", señaló el mandatario en varios tuits.
At the request of the Vice Premier of China, Liu He, and due to the fact that the People's Republic of China will be celebrating their 70th Anniversary....
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) September 11, 2019
Esta decisión se produce después de que el gigante asiático anunciase el miércoles que blindará a 16 tipos de productos americanos de sus gravámenes adicionales. El Ministerio de Finanzas chino indicó en un comunicado que estas exenciones se aplicarán a productos que incluyen algunos medicamentos contra el cáncer y lubricantes, así como a los ingredientes de alimentos para animales, suero y harina de pescado.
Esta medida, que entrará en vigor el próximo 17 de septiembre y durará un año, supone un gesto amistoso pero cae en saco roto cuando se tiene en cuenta que más de 5.000 tipos de bienes estadounidenses están sujetos a aranceles adicionales como parte de las contramedidas tomadas por Estados Unidos, que actualmente grava entre un 15% y un 25% a un catálogo de 360.000 millones de dólares de productos chinos.
Trump indicó previamente durante la jornada del miércoles que la decisión de China "fue un gesto" que no le "sorprendió" dado que las cadenas de fabricación del país se están "rompiendo como juguetes" a medida que las compañías estadounidenses continúan trasladando sus operaciones a otras regiones.
De hecho, según un sondeo publicado por la Cámara de Comercio Americana en Shanghái (AmCham, por sus siglas en inglés), más de una cuarta parte de los encuestados, o el 26,5%, indicaron que en el último año, han redirigido las inversiones originalmente previstas en el gigante asiático a otras regiones. Esto supone un aumento de 6,9 puntos porcentuales con respecto al año pasado. La encuesta, realizada en colaboración con PwC, incluyó a 333 miembros de la organización.
No obstante, Pekín, según varios medios de comunicación tanto estadounidenses como chinos, ha mostrado también su intención de aumentar la compra de productos agrícolas estadounidenses a cambio de que Washington retrasase la próxima escalada arancelaria y relajase la prohibición de Huawei a sus proveedores estadounidenses, cuya exención actual expirará en noviembre.