Economía

El 'top manta' de la perfumería en Europa

Cada año se presentan 600 denuncias. Foto: Fernando Villar
Es una antigua cañada real a unos diez kilómetros de la Puerta del Sol, en Madrid, junto a la carretera de Valencia.

Las mafias de Europa del Este han instalado allí, en un poblado de chabolas conocido como la Cañada Real Galiana, uno de sus centros de operaciones para la distribución en toda Europa de perfumería falsificada.Es el nuevo top manta, el que está sustituyendo ya al DVD, que cada vez tiene mayores dificultades para competir con la piratería a través de Internet.

Julián Díaz, director general de Adaps, la patronal que defiende los intereses de cadenas de como Bodybell, Juteco, Gala, Douglas o In Faradis, explica que "cada año se presentan más de 600 denuncias, pero el problema, lejos de frenarse, aumenta cada día que pasa".

La ruta de la ilegalidad

La policía sospecha que el producto llega desde los países asiáticos vía marítima, entra a través del puerto de Rotterdam, en Holanda, y de allí llega a Madrid para el envasado y la posterior distribución. "El 80 por ciento de todas las incautaciones que se realizan en España en términos de valor y el 25 por ciento por volumen se concentran en Madrid; y eso no tiene ningún sentido. Está claro que no todo se vende aquí, pero falta por saber todavía dónde", dice Díaz.

Fuentes policiales explican que "hemos comprobado que aunque ni el perfume ni el envase de vidrio se fabrican en España, sí que se le da aquí la apariencia final, con el envasado en la caja de cartón. Y hemos llegado a detectar envíos, por ejemplo, a Italia". ¿Y por qué en Cañada Real Galiana? "Pues porque, con casi 40.000 habitantes, es allí donde se concentra gran parte de la población rumana que reside en la capital y que se dedica a vender alta perfumería falsificada. Viven allí y operan desde allí", dicen en la policía. España empieza a convertirse así en un paraíso para las mafias de la falsificación. Según la Asociación Nacional de Defensa de la Marca (Andema), es ya el noveno país del mundo dedicado a la producción y distribución de este mercado fraudulento.

Ilustración: Pepe Farruqo


El Ayuntamiento interviene

Creada hace tan sólo un par de años, Adaps está manteniendo una reunión de forma trimestral con los responsables de seguridad del Ayuntamiento de Madrid para analizar la evolución del problema, llegando a reclamar incluso la intervención del alcalde de la capital, Alberto Ruíz Gallardón. La patronal está dispuesta a aportar todos los recursos necesarios para dejar claro a los consumidores que, al contrario de lo que ocurre cuando compran un DVD ilegal, una colonia o un perfume falso puede ser perjudicial para la salud.

"Al margen del daño que puedan hacer a la imagen de marcas como Calvin Klein, Lacoste o Dolce & Gavana, es evidente que existe un riesgo añadido. Los productos falsos no han pasado ningún control de calidad y pueden ser perjudiciales para la piel o las fosas nasales", advierte Julián Díaz. La ventaja en este caso es que, al contrario de lo que ocurre con la falsificación de otros productos, donde resulta prácticamente imposible notar las diferencias, en la alta perfumería no ocurre lo mismo. Y no se trata sólo del aroma del perfume, que dura sólo unos minutos, sino incluso de la impresión de los envases que, según los expertos, son de muy mala calidad.

Pero el daño es el mismo. De acuerdo con un estudio realizado este mismo año por Aecoc, la Asociación Española de Codificación Comercial, el 72 por ciento de las pequeñas tiendas y el 33 por ciento de las grandes empresas de distribución considera que la venta ilícita está repercutiendo de forma directa en su negocio de forma muy grave. Y las falsificaciones no son el único problema al que se enfrenta el sector. Al igual que ocurre desde hace tiempo con los joyeros, las perfumerías están sufriendo también ahora el azote de los robos. El máximo responsable de la patronal de la perfumería señala que "aunque es cierto que hay menos que antes, están mucho más organizados y operan como verdaderas mafias".

Crecen las pérdidas

Los datos no dejan ningún lugar a dudas. En 2004, los daños por robos fueron insignificantes. En 2005, las pérdidas se elevaron ya a más de cinco millones de euros y en los cuatro primeros meses de este año se ha superado ya esa cifra, que podría llegar a duplicarse al cierre del ejercicio. Las cifras que maneja Aecoc indican que los comercios españoles pierden en conjunto el 1 por ciento de su facturación por los hurtos, lo que hace que las compañías de fabricación y distribución dejen de contabilizar más de 1.700 millones de euros anuales. Ante esta situación, la gran mayoría, el 92 por ciento de las compañías de distribución, no duda en culpar, al actual marco legal. "Es demasiado indulgente y impide que los robos sigan creciendo".

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