
Justo en la semana en que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos designó oficialmente a China como un manipulador de su divisa, el Fondo Monetario Internacional publicó el Artículo IV sobre la economía del gigante asiático. En el mismo, el Consejo Ejecutivo de la institución estima que Pekín podría beneficiarse de "una mayor flexibilidad cambiaria" y un mejor funcionamiento de su divisa. Algo que ayudaría al sistema financiero a prepararse para una mayor volatilidad en el flujo de capitales.
Además, se recomienda al gobierno de Xi Jinping una "mayor transparencia" de la política cambiaria así como que divulgue las intervenciones que se realicen sobre la divisa china. Dicho esto, a pesar de la rápida depreciación entre el renminbi y el dólar experimentada entre junio y agosto del año pasado, el FMI estima que desde la publicación de su última radiografía económica de China, la divisa del país se ha mantenido "generalmente estable" y se ha depreciado un 2,5% en términos reales.
Esto sugiere "una baja intervención por parte del Banco Popular de China", según señaló el documento dado a conocer el viernes. Paralelamente, ojos de la institución, las reserva de divisas de alrededor de 3,2 billones de dólares con las que cuenta el país "siguen siendo más que adecuadas para permitir una transición continua a un tipo de cambio flotante".

El FMI destaca también como la guerra comercial entre Pekín y Washington pesa sobre la segunda mayor economía del mundo, que crecerá este año un 6,2% y el que viene un 6%.
La tendencia a medio plazo proyecta un debilitamiento progresivo que hará que el PIB de China crezca un 5,5% en 2024. Precisamente, desde la institución, algunos de sus miembros reiteran la necesidad de restar importancia a los objetivos de crecimiento. De hecho determinan que si las tensiones comerciales aumentan aún más, poniendo en riesgo la estabilidad económica y financiera, se justificaría un estímulo adicional, principalmente del lado fiscal.
Los expertos del Fondo estiman que las reformas progresan en varias áreas clave. El fortalecimiento de las regulaciones y el control financiero sobre la inversión del gobierno local fuera del presupuesto ha reducido el ritmo de acumulación de deuda, ayudando así a contener la acumulación de riesgos en el sector financiero. El crecimiento del crédito se desaceleró en 2018, pero comenzó a repuntar este año es por ello que se incidió en la necesidad de mantener el desapalancamiento y la eliminación de riesgos financieros.
Por otro lado, la institución considera que se ha realizado un amplio progreso en la reducción de los desequilibrios externos durante varios años y sus funcionarios señalaron que la posición externa en 2018 estuvo en línea con los fundamentos. Aún así recalcan que China se beneficiaría de una mayor apertura de su economía y otras reformas que mejoran la competencia. En este sentido, se hace hincapié en la necesidad de reducir el dominio del sector público en muchas industrias garantizando una competencia leal, acelerar la apertura al sector privado e intensificar la reforma de las empresas estatales.