
La Comisión Europea lleva tiempo repitiendo el mismo mensaje. Los Estados miembros, sus supervisores y sus bancos, tienen que mejorar considerablemente en la lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo. Las cifras le dan la razón. Según Europol, los flujos ilegales de dinero en la UE podrían ascender a 200.000 millones de euros. Además, una cascada de escándalos recientes, sobre todo el protagonizado por Danske Bank, han evidenciado que Europa va un paso por detrás al intentar atajar este problema.
Por eso, y ahora que se acerca el final del mandato, los comisarios al cargo de servicios financieros y de Justicia, Valdis Dombrovskis y Vera Jourova, pidieron este miércoles de nuevo a los socios y los bancos que apliquen completamente la legislación comunitaria existente. "Los supervisores de los Estados miembros no siempre hacen lo suficiente", sobre todo en casos transancionales, dijo sin ambages la comisaria.
Los flujos ilegales de dinero en la UE podrían ascender a 200.000 millones de euros.
Aunque un nuevo paquete legislativo contra el lavado de dinero entrará en vigor el próximo año (la quinta vuelta de tuerca), la Comisión ya ha pedido nuevas medidas para asegurar una aplicación consistente en toda Europa. Entre ellas un sistema de normas único para tratar estos casos, medida que también respalda el nuevo responsable de la Autoridad Bancaria Europea, José Manuel Campa. Y apunta a la necesidad de transferir más competencias al nivel europeo, ya sea a la propia ABE o creando un nuevo organismo paneuropeo contra el blanqueo de capitales, tal y como también apoya el BCE o la Eurocámara. Sin embargo, varios socios se oponen a esta idea por temor a perder competencias y que la nueva autoridad descubra trapos sucios en su sistema financiero.
Jourova defendió que la autoridad europea que trate con estos casos, ya sea la ABE o un nuevo organismo, debería tener "poderes más fuertes" para una detección temprana de casos sospechosos. Por eso, pidió ser "creativos" a la hora de abordar los retos sobre la mesa.
La Comisión basó sus demandas en una evaluación de una decena de casos conocidos de lavado de dinero en bancos conocidos entre 2012 y 2018. Según Dombrovskis, las conclusiones del estudio comunitario "preparan el camino para más trabajo y nuevos pasos" por parte de la nueva Comisión que tomará el relevo en noviembre, y de la que él formará parte.
El estudio incluyó los escándalos de Danske Bank, la principal entidad de Dinamarca, y que admitió haber manejado a través de su sucursal estonia 200.000 millones de euros en transacciones sospechosas entre 2007 y 2015.
"Los supervisores de los Estados miembros no siempre hacen lo suficiente"
Otros grandes bancos salpicados en el pasado fueron Deutsche Bank, ING, Societe Generale, y otros menores como el ABLV de Letonia, el Banco Pilatus de Malta, el Banco FBME de Chipre, el Satabank de Malta, y el Versobank de Estonia, cuya licencia fue revocada el año pasado en medio de una investigación de lavado de dinero.
Bruselas concluyó que los bancos a menudo no cumplían con los requisitos contra el lavado de dinero, mientras que los supervisores nacionales no previnieron ni abordaron el déficit de manera efectiva.
"Estas deficiencias apuntan a problemas estructurales pendientes en la implementación de las normas de la UE", resaltó la Comisión.