Diseño, tecnología, calidad y buenas sensaciones a los mandos. Esto es lo que ofrece el Mazda2 con el motor gasolina 1.5 de 90 CV, un pequeño japonés que deja bien claro que hay vida más allá de los Clio, Ibiza, 208 y demás.
El Mazda2 es uno de esos coches que resultan apetecibles sin quererlo. Estéticamente llama la atención por ese diseño tan reconocible de Mazda que combina elegancia y deportividad a partes iguales, algo que marca la diferencia frente a sus rivales generalistas. Pero es que, además, este pequeño japonés está tan bien hecho por dentro y rueda de una forma tan agradable, que casi podríamos decir que ofrece un tacto de marca premium. Pero de sensaciones hablaremos más adelante.
Ahora toca encuadrar al Mazda2. ¿Qué es exactamente y a quién puede ir dirigido? En cuanto a lo primero, se trata de un modelo perteneciente al segmento B, es decir, el de los Opel Corsa, Ford Fiesta, Renault Clio y demás coches de unos 4 metros de longitud. Un tamaño a mitad de camino entre un urbano y un compacto, que, sin embargo, aglutina lo mejor de estos dos mundos. Esto quiere decir que puede ratonear entre el tráfico sin problema alguno mientras los viajes por carretera no le asustan lo más mínimo. Una opción interesante, por lo tanto, para todos aquellos usuarios que buscan un coche nada aparatoso y de precio contenido, en el que viajarán casi siempre dos adultos (y dos niños cuando toque), generalmente en desplazamientos cortos.
En el término medio está la virtud
Y es ahora cuando hablamos de sensaciones. Para esta prueba hemos optado por la versión de gasolina 1.5 Skyactive de 90 CV, que ocupa el escalón intermedio por potencia y que nos parece una de las más equilibradas de la gama. Quien busque buenos consumos, sin más, seguramente se decantará por el diésel 1.5 de 105 CV, pero para todos aquellos que no recorran muchos kilómetros al año y que prefieran la finura de un buen motor de gasolina, sin duda el motor que aquí sometemos a examen es una gran alternativa. Su capacidad de aceleración es solvente a cualquier régimen, apenas suena y, de alguna manera, evoca ese tacto de los motores atmosféricos de antaño que ya casi han caído en el olvido por el extendido downsizing. Aquí no hay turbo ni sistema de sobrealimentación alguno, pero las prestaciones son buenas y el consumo medio oficial es de sólo 4,5 litros a los cien (cerca de 6 en condiciones reales). Por todo ello nos parece una alternativa interesante para quien huya del gasóleo y quiera disfrutar de una conducción suave.
Por otra parte, este motor es el único que se puede asociar a un cambio automático, por si alguien buscara un extra de comodidad. En cualquier caso la opción más recomendable es el manual de seis marchas, que además de tener un tacto exquisito, exprime al máximo los 90 caballos, logra un consumo inferior y rebaja el precio final en 1.500 euros.
Y no dejamos el apartado de las sensaciones para hablar de un interior muy bien resuelto, con ajustes más que correctos y materiales que, si nos taparan los ojos, bien podríamos llegar a pensar que pertenecen a una berlina de corte premium. De hecho, es precisamente este apartado el que consideramos el punto fuerte del pequeño Mazda. Su presentación, diseño y terminaciones son tan agradables a la vista y al tacto que sólo esto nos parece motivo suficiente para decantarnos por este modelo y no cualquier otro. No es fácil encontrar coches del segmento B que destilen tanto mimo en su fabricación, y menos dentro del grupo de los generalistas.
Un coche que vale lo que cuesta
En el apartado tecnológico, el Mazda2 1.5 Skyactive 90 puede tener un abundante equipamiento, sobre todo en los acabados altos de gama. Elementos como la alerta de cambio de carril y de ángulo muerto, el aviso de acercamiento de objetos por la parte trasera o la frenada de emergencia en ciudad son algunos de los ejemplos que forman parte del catálogo de opciones. Eso sí, ya desde las versiones básicas la dotación es suficientemente abundante y no deja de lado ningún imprescindible.
Refinado, bien hecho, con calidad de rodadura? A estas alturas más de uno se estará preguntando si este coche no tiene pegas. Pues sí, las tiene, y es que para ser un producto redondo quizá le haría falta una mayor habitabilidad interior (es sólo correcto en este campo, se sitúa en la media del segmento por el espacio disponible en ambas filas) y un maletero algo más capaz (280 litros, también en la media). Ya que es un modelo sobresaliente en todo lo demás, quizá esperábamos una nota más alta también aquí.
Del precio, en cambio, no diremos nada negativo. Somos conscientes de que es algo más caro que, por ejemplo, un Opel Corsa o un Seat Ibiza, pero entendemos que la pequeña diferencia que pueda haber está justificada ya que el Mazda2 es un coche muy cuidado desde muchos puntos de vista y pone una nota de color en una categoría en la que a menudo nos encontramos opciones un tanto aburridas. Los precios con el motor de 90 CV van de los 14.240 a los 15.740 (en función de los acabados y con descuentos de marca ya aplicados).