Se mire por donde se mire, la Ducati XDiavel es abrumadora. Su diseño, su motor, sus soluciones técnicas e incluso su filosofía rompen todos los moldes.
Lo que estamos contemplando es real. Aunque parezca un ejercicio de diseño propio de un concept de salón, en realidad se trata de una moto lista para salir al mercado. En Ducati se han atrevido con esta espectacular creación que, a pesar de su nombre -y del parecido que guardan-, nada tiene que ver con la Diavel.
Se llama XDiavel y es un modelo totalmente nuevo, que parte de una hoja en blanco y persigue a un cliente que probablemente nunca había dirigido su mirada hacia la marca italiana. ¿Y qué tipo de cliente es ese? El clásico rutero que saborea cada kilómetro que recorre a lomos de su montura, con relax, sin prisas ni acelerones. El asiento colocado en posición baja, las estriberas adelantadas y el manillar ancho son toda una declaración de intenciones.
Pero que nadie vaya a pensar que esta Ducati es mansa. Nada más lejos de la realidad. De hecho, esa obra de arte que se esconde en las entrañas del chasis tubular es el mismo motor que anima a la Multistrada, es decir, un bicilíndrico de 1.262 cc con distribución variable desmodrómica, que entrega 156 caballos y un respetable par de 128 Nm, que se transmiten al suelo mediante un donut trasero de 240 milímetros de ancho. Todo a lo grande, aquí no hay medias tintas. La mesura, si acaso, queda en manos de una curva de potencia suave, sin picos extremos, ya que la idea de la XDiavel no es marcar la vuelta rápida sino ofrecer una respuesta llena de vida pero dosificable a bajo y medio régimen.
Estilo inconfundible
En cualquier caso, merece la pena dejar las prestaciones al margen para centrarnos en lo realmente importante: su estilo inconfundible. Desde luego, si querían llamar la atención, lo han conseguido. De alguna manera los ingenieros han logrado ocultar toda la morralla mecánica para dejar a la vista un bloque macizo, limpio en sus formas y con superficies pulidas, que armoniza a la perfección con elementos como el basculante, el bastidor, el sistema de escape o las propias ruedas. Cada uno de ellos por separado bien podría ser digno de exposición de museo, pero visto en conjunto lo es aún más.
Lo valiente de la XDiavel no es sólo que rompa moldes con esos trazos tan peculiares, sino que lo hace en un segmento -el de las motos cruiser- muy clásico, en el que campan a sus anchas marcas de la talla de Harley-Davidson, cuyos clientes parecen tener siempre las ideas bien claras. En un escenario como este, la llegada de un forastero italiano se antoja controvertida.
La nueva Ducati llegará esta misma primavera al mercado en dos variantes, normal y S. La primera ya ofrece de serie innovaciones como la suspensión adaptativa, los controles de tracción y crucero, la función de Launch de arrancada, tres modos de conducción que modifican la gestión del motor, luces LED e incluso una completa instrumentación con pantalla TFT; la segunda, suma pinzas de freno Brembo, bluetooth y numerosos elementos decorativos, entre otros detalles. Sus precios parten de 20.290 euros.