Motor

El Mini eléctrico, a punto de salir del horno: estos son sus puntos destacados

El Mini 100% eléctrico ya está aquí. Tras las versiones con motor híbrido, ahora le toca el turno, por fin, al modelo alimentado solo por baterías, sin motor de combustión alguno. El camino ha sido largo, no sabemos si por difícil o porque en el grupo BMW han estado más centrados en la hibridación en estos últimos tiempos. Pero lo cierto es que ya ha llovido desde aquellos prototipos de Mini E que pudimos conducir por primera vez hace una década y que se fabricaron en una pequeña serie para servir como unidades de prueba.

Tan avanzado estaba el proyecto en aquel momento, que todo hacía pensar que la llegada del Mini eléctrico sería casi inminente. Pero no, en los planes de la compañía fueron prioritarios modelos como los BMW i3 e i8, los híbridos de las distintas series y los híbridos también de Mini. Mientras tanto, el Mini eléctrico seguía cocinándose a fuego lento sin llegar a asomar la cabeza en ningún momento como una opción real dentro de la gama.

La espera ha terminado. Ahora tiene nombre propio, Mini Cooper SE, y se ha presentado a bombo y platillo en Rotterdam con la intención de salir a la venta dentro de muy poco tiempo. Dicen los responsables de la marca que este coche es una pieza clave en la estrategia de electrificación del grupo y que está llamado a marcar un antes y un después en la historia del automóvil, tal y como lo hiciera el modelo original hace hoy 60 años.

Las claves del Mini Cooper SE eléctrico

- El motor: el sistema de impulsión eléctrico consta de un motor que entrega 184 CV y 270 Nm de par, y de una batería de ión-litio alojada en el suelo del coche. ¿Sus prestaciones? De 0 a 60 km/h en 3,9 segundos; de 0 a 100 km/h en 7,3 segundos. La velocidad máxima, como en todos los vehículos eléctricos, esta limitada para evitar la fatiga de la batería (en este caso a 150 km/h).

- Autonomía y recarga: con el Mini Cooper SE se pueden recorrer entre 235 y 270 kilómetros entre enchufe y enchufe -según el ciclo WLTP-. El tiempo de carga puede variar en función de la toma de corriente elegida. Según los datos facilitados por la marca, en el mejor de los casos se puede obtener hasta un 80% de la carga total en 35 minutos. En el caso más habitual, que será una carga en estación pública o en un wallbox doméstico, ese 80% se obtiene en 2,5 horas y el 100%, en 3,5 horas.

- Dinámica: gracias a que la batería va alojada en la parte baja del coche, el centro de gravedad se sitúa en una posición idónea para que la respuesta sea ágil. La marca promete ese tacto de conducción puramente Mini que ya forma parte del ADN de la gama.

- Maletero: tiene el mismo volumen que en los modelos con motor de combustión (270 litros). Tanto en este apartado como en el de la habitabilidad no hay modificación alguna, ya que eléctrico mantiene las mismas cotas. Solo crece la altura de la carrocería en 18 milímetros para que la batería guarde una buena distancia al suelo. También aumenta el peso total del coche. Si se compara, por ejemplo, con un Mini Cooper S de gasolina en su variante de tres puertas y con cambio automático, la báscula suma 145 kg hasta llegar a los 1.365 kg. Partiendo de la base de que el sobrepeso es un mal endémico de los coches eléctricos, ese extra que plantea el Mini no parece nada exagerado y, muy probablemente, lo compensará con su motor eléctrico de respuesta contundente e inmediata.

- Diseño: el Mini Cooper SE es prácticamente idéntico a sus hermanos de motor térmico. Apenas la parrilla, las llantas y algún que otro emblema exterior se encargan de dejar claro que es un modelo especial. En el interior, lo más llamativo es la pantalla de 5,5 pulgadas para la instrumentación digital, que aporta ese necesario toque tecnológico.

- El equipamiento: incluye de serie elementos como la iluminación LED, el climatizador bizona, la calefacción con bomba de calor y auxiliar, el freno de mano eléctrico y el navegador Connected Navigation.

El Mini Cooper SE se fabrica en la misma planta de los modelos de combustión (Oxford) y el sistema de propulsión eléctrico se ha desarrollado en los centros tecnológicos de movilidad eléctrica de BMW en Dingolfing y Landshut (Alemania).

Tras su presentación estática mundial, en pocas semanas se abrirán los pedidos; en noviembre de este mismo año comenzará la producción y "lo más pronto posible" se lanzará al mercado. Así que cabe pensar que puede ser un buen regalo para estas próximas Navidades. De su precio no se ha dicho absolutamente nada, pero teniendo en cuenta que un Opel Corsa eléctrico parte de 30.000 euros (el doble que el arranque de gama con motor de combustión), no sería descabellado pensar en una cifra a mitad de camino entre los 35.000 y los 40.000 euros. En cualquier caso, toca esperar para ver su posicionamiento, del que dependerá, sin duda, su posible éxito comercial.

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