
La muerte de diésel sigue dando réditos a las haciendas autonómicas. La recaudación por impuesto de matriculación en España, tasa transferida a las comunidades autónomas, se situaron en 55,58 millones de euros en mayo, lo que representa una subida del 27,5% respecto al mismo mes del año anterior.
Los ingresos públicos por este concepto en los cinco primeros meses del año se situaron en 253,49 millones de euros, lo que representa una subida del 32,3% respecto a dicho período del año previo, según datos de la Agencia Tributaria (AEAT).
El mayor peso de los motores de gasolina, que emiten más CO2 que los diésel, es el detonante del aumento de la recaudación por este impuesto, que se abona en los coches que superan las emisiones de 120 g de CO2 por kilómetro. En lo que va de año, la gasolina ya suma el 61,3% de las matriculaciones en España y el diésel se reduce a un 28,2%.

En mayo, las emisiones medias de dióxido de carbono (CO2) de los vehículos matriculados se situaron en 121 gramos por kilómetro (118 gramos en 2018). En los cinco primeros meses del año, esta cifra se elevó cinco gramos, de 117 a 122 gramos de CO2.
456 euros de impuesto
Los compradores de coches tuvieron que hacer frente al pago de un cuota media por su vehículo de 456 euros durante el pasado mes de mayo (+39,8%) y de 471 euros en lo que va de ejercicio, lo que representa un aumento del 44% más.
El precio medio de los vehículos en mayo (incluido el impuesto de matriculación) fue 17.844 euros, un 5,7% más, al tiempo que el importe contabilizado en los cinco primeros meses fue de 17.851 euros (+4,2%).
Por su parte, la base imponible (valor de todos los vehículos vendidos) contabilizada en el quinto mes del año fue de 2.117 millones de euros, un 4,3% menos, con una cifra acumulada de 9.362 millones de euros, un 4,9% menos.