El Ayuntamiento de Madrid ha rechazado este martes las solicitudes de autorización de operación a tres empresas de patinetes eléctricos compartidos que actualmente prestan servicio en la capital: Lime, fruto de la asociación entre Google y Uber; la alemana Wind y la sueca VOI. Dichas compañías tienen 72 horas para retirar todos sus vehículos de movilidad personal.
El motivo del veto esgrimido por el Consistorio es"la no determinación de las zonas en las que los clientes puedan comenzar o terminar el viaje". Las app de alquiler de patinetes eléctricos deben excluir aquellas zonas donde, de acuerdo a la nueva ordenanza municipal en vigor desde el pasado 24 de octubre, no pueden utilizarse estos vehículos, como calles, espacios peatonales o grandes glorietas con múltiples carriles y con velocidad máxima de 50 kilómetros por hora. Ninguna lo cumple.
En el caso de Lime, además, la administración que dirige Manuela Carmena alega que no ha entregado en el plazo requerido la documentación electrónica que "garantice la interoperabilidad de sus sistemas informáticos con los del Consistorio". Es decir, se traba el mecanismo que tiene la administración para comprobar en todo momento la ubicación de los patinetes.
No obstante, una vez que cumplan las condiciones, las tres empresas podrán volver a operar en las calles de la capital.