Los fabricantes de automóviles estadounidenses van a recibir créditos por valor de 13.400 millones de dólares (9.617 millones de euros) del fondo de respaldo al sistema financiero del Secretario del Tesoro, Henry Paulson, según ha anunciado este viernes la Casa Blanca en un comunicado. Con estos fondos, General Motors y Chrysler deberían sobrevivir al menos hasta marzo. Además, en febrero podrán recibir otros 4.000 millones de dólares (2.870 millones de euros). Paulson solicita los 250.000 millones restantes del plan de rescate financiero.
"Los términos y condiciones de la financiación brindada por el departamento del Tesoro facilitarán la restructuración de nuestra industria doméstica del automóvil, prevendrá bancarrotas desordenadas en una época de dificultades económicas, y protegerá al contribuyente asegurando que sólo las firmas financieramente viables recibirán financiación", ha explicado la Casa Blanca.
Los fondos saldrán del plan de rescate financiero del Tesoro (Troubled Asset Relief Program, TARP) de 700.000 millones de dólares. Otros 4.000 millones de dólares del TARP estarán disponibles en febrero, bajo reserva del desbloqueo por el Congreso de la segunda parte de los fondos del plan Paulson.
Condiciones a los fabricantes
El plan es, en principio, sólo para General Motors (GM.NY) y Chrysler. De momento, Ford ha dicho que puede continuar operando en las circunstancias actuales.
"Las firmas deben usar estos fondos para hacerse financieramente viables. Si las firmas no han alcanzado viabilidad para el 31 de marzo de 2009, el préstamo será retirado y todos los fondos regresarán al Tesoro", especifica la Casa Blanca.
Las compañías, además, deben aceptar límites en los salarios de sus ejecutivos y los sindicatos deben negociar nuevos convenios laborales antes de la fecha límite del 31 de marzo. Además, miembros del Gobierno examinarán el estado de las cuentas de las compañías, y tendrá la potestad de bloquear cualquier transacción que supere los 100 millones de dólares.
Bush aprueba la ayuda
"Los fabricantes del sector automotriz y los sindicatos deben entender qué es lo que está en juego y tomar decisiones difíciles, necesarias para reformarse. Nos proponemos enviar un claro mensaje a cada uno de los involucrados en el futuro de la industria automotriz estadounidense", ha declarado el presidente estadounidense George W. Bush en la presentación del plan
El presidente norteamericano ha señalado que permitir la quiebra de los constructores de en crisis no sería una opción responsable en este momento. "La crisis financiera llevó a las firmas automotrices al borde de la bancarrota mucho más rápidamente de lo que pudieron haber anticipado", ha considerado.
Reacción de los fabricantes
Chrysler ha anunciado que había aceptado las severas condiciones impuestas por el Estado Federal para otorgar la ayuda financiera de urgencia y que había firmado una carta en la que se compromete a cumplirlas. Igualmente, GM se congratuló por la aprobación del plan de asistencia financiera.
Por su parte, Ford consideró "prudente" la ayuda otorgada a sus rivales, destacando el riesgo de efecto dominó que podría provocar la quiebras de uno de ellos y reiteró que no necesita asistencia.