Motor

Claves a tener en cuenta para que no le roben la moto

El robo de motocicletas es una de las lacras contra la que los conductores españoles se ven obligados a lidiar. De hecho, se estima que aproximadamente cada 8 minutos tiene lugar un hurto de estas características -no existen estadísticas oficiales de motos al estar incluidas en el total de vehículos a motor-, a pesar de que se mantiene una tendencia a la baja en los últimos cinco años, según un informe del comparador online Rastreator en el que se recogen datos del Ministerio del Interior. | Las cinco motos más robadas.

Una cifra alarmante es que tan sólo un 10% de las denuncias por robo de motos se resuelve con la recuperación del vehículo. El resto desaparecen para siempre, en muchos casos desmontadas y vendidas ilegalmente por piezas en un mercado cuyos precios pueden llegar a rebajarse entre un 10% y un 60%, dependiendo de la evidencia de que se trate de piezas robadas.

En cuanto a las ciudades más afectadas, Barcelona, Málaga y Madrid se llevan la palma en este orden. Pero ¿cómo actúan los ladrones para obtener su botín?

El perfil del 'caco' español tiene, de media, entre 20 y 27 años y actúa en grupos de cuatro a diez personas, según datos del Ministerio del Interior. Respecto al 'modus operandi', es frecuente que las motos sean aupadas en volandas e introducidas en una furgoneta, con lo que la primera recomendación para evitar el hurto sería su anclaje a un poste, columna, farola, valla o cualquier otro elemento del mobiliario urbano, incluso dentro de un garaje privado, explica a Ecomotor Cédric Parnaudeau, director general de AMV Hispania.

Existen diferentes sistemas de anclaje, pero siempre hay que tener en cuenta que el dispositivo antirrobo utilizado conecte al menos dos parte fijas de la moto, como la horquilla, el basculante o el chasis. Entre ellos destaca la cadena de acero cementado, el sistema más pesado e incómodo de transportar, pero al mismo tiempo el más complicado de forzar.

Con la cadena es necesario utilizar un candado, que puede ser de varios tipos: en forma de U, que permite bloquear la llanta delantera con la horquilla o fijar la motocicleta a una barandilla o poste; el candado de disco, el más pequeño y ligero, que se instala en los discos de freno aunque no permite el anclaje a un elemento externo; o el candado pitón, el más tradicional y fácil de llevar, pero el menos seguro de los tres. Es recomendable no colocarlos a ras del suelo, pues de ese modo pueden ser fáciles de inutilizar, partiéndolos con un golpe seco.

Otros elementos antirrobo enunciados por Parnaudeau son los inmovilizadores electrónicos, que impiden la puesta en marcha del motor (aunque no sería muy eficaz ante un robo mediante furgoneta); y las alarmas, que hoy día, gracias al avance de la tecnología, van mucho más allá de emitir un sonido disuasorio y pueden comunicarse con el propietario mediante una app en el móvil, e incluso integrar un sistema GPS que permita geolocalizar el vehículo en el caso de sustracción.

De igual forma, se antoja esencial elegir bien la zona de aparcamiento, tratando de evitar calles aisladas y sombrías, en beneficio de otras áreas más transitadas y con buena visibilidad, y a ser posible habilitadas para tal fin. Estacionar cerca de un edificio oficial, o en algún lugar en el que hayamos detectado la instalación de cámaras de seguridad, suma enteros a la seguridad de nuestro vehículo.

Y por supuesto, es altamente recomendable contar con un seguro de motos que incluya la cobertura por robo, lo que, por supuesto, no exime de tener en cuenta las recomendaciones anteriores.

Si, en el peor de los casos, ninguna de las opciones de seguridad tenidas en cuenta funciona y se es víctima de un robo, es importante actuar con rapidez. En primer lugar, hay que confirmar que no se la han llevado los servicios municipales por estar estacionado en lugar indebido. Basta con una llamada al depósito de vehículos de la localidad para salir de dudas.

Una vez confirmado el hurto, se debe denunciar inmediatamente su desaparición en la comisaría más cercana, pues será la única vía de acceso a su posible recuperación. Y por último, si disponemos de un seguro con cobertura ante robo, el siguiente paso será avisar a nuestra compañía aseguradora.

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